Cinematógrafo 04

La hija de Moctezuma

Mostrando de forma muy respetuosa las tradiciones mexicanas y la base histórico-social que existe entre las comunidades mexicanas, el director Iván Lipkies (hijo de la protagonista), presenta la cinta “La hija de Moctezuma”, que pretende ser una comedia crítica que termina por decepcionar debido a varios factores.

El filme nos cuenta las aventuras del personaje de María Elena Velasco, La India María, quien debe interpretar pistas para encontrar el tesoro de Moctezuma y enfrentar a los enemigos que buscan ponerle el pie, aunque como era de esperarse, la protagonista siempre consigue sus objetivos.

Si bien la comedia fina nunca fue su fuerte a lo largo de su carrera, la crítica política, tampoco le beneficia mucho a la India María -personaje interpretado por María Elena Velazco-, pues las significaciones burdas de problemas sociales, no causan mucha gracia ni generan siquiera un poco de conciencia política en los espectadores.

Un personaje que más que parodiar a las mujeres de comunidades indígenas que se acercan a las grandes ciudades, consigue denostar a estas personas, apoyada de clichés absurdos como el acento, la vestimenta, los movimientos corporales, situación que al final llega a ser denigrante.

Otro elemento que decepciona por sobremanera es el vestuario, que resulta simplemente burdo, haciéndonos recordar que con recursos económicos o sin ellos se puede hacer mal la tarea.

Sin lugar a dudas, el punto fino de la cinta es el trabajo histriónico del grandioso Eduardo Manzano, que como los buenos vinos, entre más pasa el tiempo, más talento derrocha en pantalla y que al lado de Rafael Inclán, uno de los maestros de la comedia callejera –que no menciona ni una palabra soez en el filme-, integran un equipo que apoya bastante la predecible película.

En síntesis, una película que cumple con el elemento básico del cine que es entretener, aunque queda en duda a qué público y, seguramente será un filme efectivo para los seguidores que desde hace años tiene cautivos la India María, sobre todo, quienes observan sus películas en televisión los domingos por la tarde.

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita.

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