Raúl López Gómez/Cosmovisión

Descifrar el enigma del 2024

Los que se radicalizan en sus percepciones, pueden llegar a perder la objetividad, que luego se dice que no existe, ante el sesgo ideológico natural, pero algo que es real es que sobre toda la polarización que existe en el país, sin la menor duda, el senador Ricardo Monreal, es de todos los presidenciables, el único que puede amalgamar a todas las corrientes políticas y centrar un nuevo rumbo sin diferencias, en la conciliación, la tolerancia y el respeto.

Al casi llegar al final de las campañas políticas del proceso electoral intermedio con el debate entre todos contra todos, lo que se ha visualizado es ante todo el alto grado de violencia, la radicalización de las ideas y en muchos casos la impotencia de los que no supieron interpretar a los mensajes del presidente AMLO, en todo este tiempo como un hombre experimentado de la política y que conoce el terreno como lo señala Sun Tzu en el Arte de la Guerra.

AMLO, sabe que su periodo es de seis años y lo ha dicho de qué al término de su mandato, se retira de la política, lo que significa que no le interesa ni su reelección no empecinarse en su dejar al algún incondicional, algo que se ve imposible.

Por eso, es que la figura de Ricardo Monreal, crece y sube como la espuma, pero más que nada en una inercia natural de político capaz y experimentado, se encuentra en una posición en donde la vida y los astros alineados lo ponen en la caja de bateo, en la metáfora beisbolera de moda.

Los principios de la praxis en la ortodoxia política en este país, no se han roto en el mandato del político tabasqueño, y sólo juega con sus propios rounds de sombra y con lo que, por supuesto que pone a temblar hasta al más valiente, porque el poder del Estado en este país es altamente peligroso, pero en la realidad actúa sin vendettas y con puros simulacros el hombre de poder, disfruta de su momento por el que luchó más de treinta años de su vida. Y que contesta molesto a las críticas mediáticas desde EU con el tema del “falso mesías”.

Los que desgarran las vestiduras por la reelección de AMLO, mejor que se serenen, porque eso no va a suceder.

También, los que piensan que va a elegir a su sucesor tampoco, porque la inercia es que quien va a la delantera entre todos los presidenciables de todos los colores y sin buscarla, es el zacatecano Ricardo Monreal, a quien se le ve el bálsamo para sanar la herida, que es producto de una transición inteligente que a los necios y radicales no les deja ver, los beneficios del mandato de AMLO y de la Cuarta Transformación, que vino primero a reconstruir el dañado tejido social, y a meter orden en el tema de la impunidad, la corrupción y de los grandes abusos del poder.

En ese sueño de la llamada utopía con las famosas reformas constitucionales, cuando menos se avanza en una mediana paz, y se ha tenido legalidad y gobernabilidad al agarrar los toros por los cuernos, y en la realidad, los ricos que también lloran, se han quejado amargamente porque aunque no se les han podido quitar sus privilegios desde la alta burocracia de este país de todos los poderes federales, y de los tres órdenes de gobierno, pero han tenido miedo de sentir hasta frio y temblores de que les ha intentado frenar en sus desproporcionados ingresos muy desajustados con el alto nivel de pobreza en este país, de los millonarios con millones de mexicanos en la pobreza.

Ahora, con los programas sociales y del campo el país vive en una mediana paz, y ante la peor pandemia en la historia de la humanidad, la gente ha podido paliar muchas necesidades, que de no haberse otorgado se pudo llegar al colapso en general.

Ahora, el dirigente de Morena, Mario Delgado, sintió en carne propia el miedo de transitar por las carreteras del país, y no se ve como una escaramuza, sino con el terror en el rostro llegó un momento en que el video que compartió se le vio sin perder la forma y hasta coordinar su propio reto de salvaguardar su integridad y de sus acompañantes en un penoso suceso.

También, el gobernador poblano, Miguel Barbosa, le arrima el caballo a Mario Delgado, y aprovecho los desencuentros en su entidad con los miembros de Morena, para dejarle un no me olvides.

En Veracruz, se dio de fin de semana los clásicos desencuentros entre empresarios, y sin olvidar que se trata de la fortaleza de los que, en diversos organismos, siempre se han mantenido participativos y unidos.

El consultor Antonio Sola, dio un pormenor de lo que será el resultado del seis de junio, en donde ante la insistencia de Alvaro Delgado y Alejandro Paéz del programa de los Periodistas, dejó un anticipo de que el presidente AMLO, no ha bajado su popularidad, y que eso le da para mantener una mayoría simple en la próxima Cámara de Diputados del Congreso Federal.

Por lo pronto, la moneda en el aire, sin que se definan más de dos mil puestos en disputas en una elección que pasa a la historia como la de mayor índice de violencia y por lo mismo de alta competición.

Pero, hay quienes olvida aquel viejo dicho de la política mexicana, de que las reses de hoy son los carniceros del mañana, al tiempo.

Entre la comunidad universitaria de la UV, comienza la comidilla de los ascensos con plazas a la salida inminente de la rectora Sara Ladrón de Guevara, por el fin de un ciclo,

En donde, no escapa nada a la intensa lupa de quienes por años han esperado una mejoría en el escalafón, y como siempre, los cercanos son los beneficiados.

Ahora son muchos los aspirantes a ocupar la silla de doña Sara, y hay quienes hasta se ven desesperados por alcanzar el poder y en donde el gobernador Cuitláhuac García, anunció que no se va a meter en el proceso de la elección del nuevo rector o rectora, que se debe únicamente a la Junta de Gobierno, como parte de la autonomía universitaria que se vive en la máxima casa de estudios en la entidad, sin problema. Así las cosas.