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El oportunismo político en la crisis
No son tiempos para el oportunismo político, como lo pretende hacer el senador veracruzano de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, al erigirse en sabio y redentor, sin serlo para tratar ilusamente de darle consejos al presidente Andrés Manuel López Obrador, no solicitados en una supuesta carta que le envío, pero a título personal.
Las cartas se escriben para muchas cosas, incluso lo más común es en navidad a ya saben quién, pero en estos momentos, enviarle una carta al presidente AMLO, para reclamos insostenibles, infundados y hasta sobrados de lo que siempre afecta a los seres humanos, de ego.
Dante Delgado, olvida los tiempos del poder, sí en aquellas épocas de secretario de gobierno con don Fernando Gutiérrez Barrios. Su comportamiento fue burlón con la gente y cruel con propios y extraños.
Político de carrera y conocedor de las profundidades del poder, fue gobernador interino y se especializó en dejar a los amigos en el camino, en aras de su ambición política de siempre,
Dueño de una inteligencia envidiable, comienza en la construcción de una candidatura posiblemente para el estado de Veracruz, cuando no son los tiempos ni el momento, pero quizás esa sea la razón de una carta que no abona en nada, y quizás sólo es parte de su estrategia.
Los tiempos, no olvidados del hombre con poder, mejor dejarlos en el pasado, pero sembró odio y rencor con mucha gente, incluso llegó a quedarse sólo y por esos sus serias diferencias con todos sus cercanos, convertidos en lejanos.
En la ambición de poder, Dante pretende construir su candidatura con el oportunismo de siempre para enfrentar a Morena en Veracruz, pero seguramente está calculando ya un triunfo electoral, por una supuesta debilidad de sus adversarios en estos lares, pero sin advertir que ya pasaron sus tiempos de juventud, y estará padeciendo el anacronismo irreversible, pero puede hacer la lucha, sin muchas posibilidades,
La misiva que le envió al presidente, no es en un tono cordial o ameno, nada amigable, se sumerge más en la agria critica, y hasta infantil o inocente, porque atrabiliario como lo es desde muy joven de dirigente estudiantil atrevido, esas cosas o más lo puede hacer con una mente calculadora. Ojalá y a Dante se le enfríe la cabeza.
Es muy simple, al personaje como dicen en estos lares se le entiende, pero no se le justifica en el error de la intentona de que se le queman las habas, por regresar al pasado y en el vano intento de seguir aliado al político tabasqueño, pero el político veracruzano se quedó en el camino por un error de cálculo, aunque se dice que después intentó acercarse al presidente de este país, a destiempo y la respuesta fue de “ya no”.
No es común el recordar o reclamar, o sacar a relucir aquella presunción de que “yo te presente con tal persona”, eso ni al caso, porque el que fue presentado salió más cercano que el presentador. Ni modo así es la vida en esto de las relaciones humanas.
Dante Delgado, perdió el rumbo y la oportunidad con Andrés Manuel López Obrador, quizás puedan existir algunas diferencias insalvables, pero el político tabasqueño, no es rencoroso y más aún, no se puede detener a escuchar planteamientos que en el fondo pretenden ser sólo una estrategia política fuera de tiempo.
Pero, no se puede sorprender a quién por una lucha natural y personal, está ahora ocupando el cargo de presidente de la nación.
En los tiempos de crisis con contingencia de la pandemia, no se debe hacer política, más vale esperar a que los problemas se resuelvan y para bien de todos.
Dante Delgado, no anda desesperado o nervioso, porque de la noche a la mañana es visionario y experto de la economía, y habla de un conocimiento en finanzas públicas, quizás olvida que ahora no son tiempos electorales y ya vendrán para ponerse a su prueba final de político experto y consumado al mismo estilo de AMLO, que le dan los años.
La memoria colectiva está viva, y personajes que a DDR, le sobreviven no a su amistad de los tiempos de poder, y que siguen vigentes a pesar de que antes fueron sus aliados, sus amigos, y que estoicos siguen en una lucha con un destino diferente a quien no duerme y no descansa pensando en los sueños de grandeza, que da el poder público y se fueron, pero se anhela el regreso.
Indudable que Dante Delgado, sabe pelear como gladiador y tan hábil puede ser, que se pelea hasta con su sombra, como muchos de los de su generación de exitosos personajes de la política veracruzana, inolvidables y expertos en esta actividad que hicieron escuela, con muchos grandes como don Manuel Carbonell de la Hoz, que alzaba la voz para decir: “dejen que los jóvenes se organicen”. Esto en los tiempos de 1968. Así las cosas.