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Toma y daca de la relación México-Estados Unidos
Los horrores de la guerra y del éxito se mezclan en La velocidad de la luz, de Javier Cercas
Actualmente Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) es uno de los máximos exponentes de la literatura en lengua española. Sus libros se han traducido a más de 30 idiomas y ha sido galardonado con diferentes premios.
Su obra alcanzó trascendencia internacional con la publicación de la novela Soldados de Salamina en el año 2001, y recientemente resultó ganador del Premio Planeta 2019 por Terra Alta, una novela que seguramente llegará a nuestro país en los próximos meses. Habrá que estar muy atentos porque se trata de un narrador de primera línea.
Entonces, mientras llega Terra Alta a México, quiero recomendar aquí otra novela de este escritor español que se titula La velocidad de la luz, publicada originalmente en el año 2005.
De acuerdo con la sinopsis de la primera edición Debolsillo del grupo editorial Penguin Random House, La velocidad de la luz indaga en nuestra ilimitada capacidad de hacer daño, en la estupidez de la guerra y del éxito, pero sobre todo en el poder de la literatura para enfrentarse a la realidad y exorcizar sus demonios.
El narrador de esta historia es un escritor (que el lector avezado notará que es el propio Javier Cercas) que recuerda sus años de juventud cuando partió de Barcelona a los Estados Unidos, concretamente a una ciudad del Medio Oeste llamada Urbana, para continuar sus estudios y aprovechar una beca de profesor ayudante en la Universidad de Illinois.
En Urbana y en la Universidad conocerá a un personaje central de la novela: el enigmático Rodney Falk, un veterano de la guerra de Vietnam, trotskista, mayor al resto de sus compañeros, de aspecto desaliñado y apasionado de la obra de Hemingway y de la vieja literatura norteamericana.
Rodney se convertirá en su gran amigo y con el paso de los años, sus conversaciones, su guía y sus consejos serán vitales para la formación del narrador como escritor.
“Por aquella época yo era muy joven y carecía de experiencia y de juicio, lo que vale tanto para la vida como para la literatura y explica que en aquellas conversaciones sobre literatura prestara una atención desmesurada a observaciones anodinas de Rodney y apenas reparara en otras que tarde o temprano acabarían por serme de mucha utilidad”, recuerda el narrador.
Este narrador también descubrirá y describirá los años de juventud de Rodney, cuando fue un brillante estudiante de filosofía y literatura. Estudios que lamentablemente se vio obligado a suspender al recibir una orden de alistamiento por parte del ejército de Estados Unidos para participar en la guerra de Vietnam, una guerra sin sentido que transformó su vida.
Asimismo, una guerra orquestada por el fanatismo y la irresponsabilidad de la clase política, de un “sometimiento servil a los dictados de las grandes corporaciones económicas”.
En Vietnam Rodney vivió el horror que puede pulverizar el equilibro mental de cualquiera: la muerte en combate de su hermano Bob (reclutado al igual que él), la masacre de mujeres, niños y ancianos vietnamitas inocentes, así como los estruendos de helicópteros y artillería.
Por ello, enfatiza el narrador, Rodney regresó convertido en la sombra derribada del muchacho brillante, trabajador y juicioso que había sido, sumergido en una bruma impenetrable, convertido en un fantasma ambulante o en un zombi.
Aunque Rodney nunca fue el mismo, supo ser un buen amigo y aconsejar y advertir al narrador de los peligros de la fama y el éxito, pues pudo ver y descubrir en él a un joven con talento para la escritura.
Ahora el narrador ha alcanzado el éxito, pero no ha sabido manejarlo, su vida se ha vuelto falsa y lamentará diversas acciones y actitudes que, con la fama, ha tomado ante sus viejos amigos españoles, su propia familia y el mismo Rodney Falk.
“Aunque al principio apenas fui consciente de ello, el éxito y la fama empezaron a envilecerme enseguida. Alguien dice que quien rechaza un elogio es porque quiere dos: el que ya le han hecho y aquel al que la modestia mentirosa del elogiado obliga con su rechazo. Yo aprendí muy pronto a reclamar más elogios, rechazándolos, y a ejercer la modestia, que es la mejor forma de alimentar la vanidad”, lamenta.
Un gran libro porque son dos historias fuertes, la de Rodney y la del narrador que mira al pasado buscando respuestas. Un libro, además, plagado de experiencias personales de Javier Cercas, quien vivió en los Estados Unidos donde efectivamente conoció a un veterano de guerra.
Lo narrado sobre Vietnam está basado en hechos reales y en volúmenes que recogen experiencias de otros excombatientes, como se afirma en la Nota del Autor al final del libro.
Mi recomendación.
Twitter: @PPCarreto