Jorge Robledo/Descomplicado
La Iglesia sin autoridad moral
Nadie puede negar que somos una democracia. Incipiente, dicen algunos, pero democracia al fin. Somos libres de opinar, de discernir, de estar a favor o en contra de algo y manifestarlo públicamente.
Si estas a favor de las reformas estructurales y lo dices en la cantina, puede que alguien te la miente pero de ahí no va a pasar. Si por el contrario, consideras que ha sido la tontería más grande de Enrique Peña y lo gritas a todo pulmón, nadie te va a meter al bote porque estarás ejerciendo tu libre derecho a decir tu opinión. De alguna manera tienes autoridad moral.
Pero hay personas y organismos que no tienen ninguna autoridad moral para opinar sobre determinado tema y lo hacen indecentemente. Uno de esos organismos es la Iglesia.
A propósito de la iniciativa presentada por el diputado local Cuauhtémoc Pola Estrada, para legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo, el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes, expresó que aprobar una ley así sería una aberración y una ofensa a la humanidad.
«Una propuesta como esta ofende a la razón, lesiona a la familia y confunde el bien con la conveniencia. Hoy más que nunca necesitamos fortalecer a la familia que ha sido siempre la principal escuela de los valores, el espacio donde uno aprende lo fundamental de la vida; la familia es la transmisora de los valores humanos y la célula fundamental de la sociedad», dijo el prelado.
Se puede estar a favor o en contra de la propuesta de Pola Estrada, pero ese no es el punto, el punto es que la Iglesia no tiene ninguna autoridad moral para hablar del tema y menos para descalificarlo.
¿Por qué no tiene autoridad moral? Porque es uno de los entes más corrompidos de la Tierra.
¿Qué autoridad moral puede tener un organismo que cobija en su seno a sacerdotes pederastas? Que se empeña en señalar y denostar el homosexualismo hacia afuera cuando en su interior viven homosexuales de closet. ¿Qué es más grave, que se unan ante la ley dos personas del mismo sexo para tener los derechos y obligaciones que tiene cualquier hijo de vecino o que un jerarca de la Iglesia encubra a un cura pederasta? Si lo primero es pecado ¿cómo se le llama a lo segundo?
Si el matrimonio entre personas del mismo sexo es un acto aberrante, eso está por verse y por supuesto que es tema a discutir. Pero ¿acaso no es más aberrante y ofensivo para la humanidad violar a un menor y hacerlo en nombre de Dios como lo han hecho varios criminales con sotana?
Si la Iglesia fuera ejemplo de moral, rectitud y humildad entonces sí tendrían validez las palabras del señor Suazo Reyes. Pero por desgracia no es así. La Iglesia ha cometido pecados a lo largo de su historia y en la mayoría de los casos se ha hecho de la vista gorda. Por lo tanto, no tiene ninguna autoridad moral para señalar la paja en el ojo ajeno.
El día en que aquellos sacerdotes, obispos, arzobispos, rabinos y pastores que tiene una cola bien larga para que se las pisen, pidan perdón por sus pecados en un monumental acto de contrición, entonces la Iglesia (no sólo la católica sino todas) tendrá autoridad y sobre todo calidad moral para hablar de lo que quiera y su voz será escuchada con respeto.
Pero mientras sus miembros sigan siendo hombres de Dios en el día e hipócritas encubridores por la noche, ni lo piensen.