Ricardo Alemán/Itinerario político
En los últimos ocho años, de 2005 a la fecha, al país han ingresado más de siete millones de autos usados, procedentes, en su mayoría, de los Estados Unidos de Norteamérica.
Se trata de unidades que debido a su estado, ya no están en condiciones de rodar por las carreteras de ese país; son altamente contaminantes y su mantenimiento resulta muy costoso, en síntesis, son vehículos cuya vida útil ha concluido.
Sin embargo, esos autos chatarra siguen llegando a nuestro país.
De acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, en el último año, la importación de unidades usadas provenientes de Norteamérica ha crecido en un 40 por ciento.
El reporte de 2012 hablaba de la entrada a México de 458 mil autos usados. Un año después, en 2013, la cifra llegó a las 650 mil unidades.
Cualquiera diría que se trata de un asunto sin importancia; sin embargo, tiene fuertes implicaciones tanto para el entorno ambiental como para la economía nacional: por un lado, si bien son unidades económicas si se les compara con los autos nuevos, también es cierto que se trata de vehículos viejos y contaminantes.
Por otra parte, esos autos importados compiten con los vehículos nacionales, provocando la depreciación por el exceso de oferta.
Apenas el 30 de enero, el banco BBVA-Bancomer dio a conocer los resultados de un estudio sobre ese tema, en el que concluye que la importación de autos americanos no afecta la venta de unidades nuevas en el territorio nacional. Sin embargo, las estadísticas oficiales sobre la venta de unos y otros nos dice que los casi siete millones de autos importados representan poco más del 80 por ciento de las unidades nuevas que son vendidas en el territorio nacional.
El gobierno mexicano, por cierto, amplió un año el decreto para regular la importación de autos usados como una medida de protección al mercado interno. Por supuesto, no faltaron las críticas desde los Estados Unidos porque lo que intentan es hacer negocio con sus desechos.
El impacto económico para nuestro país tiene que ver con la competencia que enfrenta la industria automotriz nacional, que registra una producción anual, sin contar con las unidades destinadas a la exportación, de más de un millón de automotores.
Esa industria aporta el 4 por ciento del producto interno bruto y el 20 por ciento de la producción manufacturera nacional. Para dar una idea de su importancia en el contexto internacional, podríamos decir que de cada cien vehículos que se producen en el mundo, 3 son mexicanos, lo que convierte a nuestro país en uno de los 10 más importantes en ese sector.
A pesar de los impresionantes números de la industria automotriz mexicana, ante la elevada importación de autos usados, nuestro país se ha convertido, en la última década, en el gran cementerio de chatarra de los Estados Unidos. @luisromero85