Raúl López Gómez/Cosmovisión
El pueblo comete errores. Lo sabe y paga las consecuencias; pero comparados con los errores que han sido cometidos por cualquier género de autocracia, estos otros carecen de importancia.
John Calvin Coolidge (1872-1933) Presidente de Estados Unidos (1923-1929).
Todo lo que toca Morena lo manchan; lo trastocan.
El Presidente les encarga leyes a los diputados federales, a gobernadores y a alcaldes del sello morenista, y terminan por convertir el “encargo” en orden.
Los diputados de Morena, por ejemplo, no entienden que el jefe no es López Obrador, sino el Pueblo. Se deben a sus electores y a los intereses de ellos.
Sólo prevalecen sus intereses personales de ser apoyados por “el partido” y mantener sus privilegios de poder y dinero, que les da la política y los puestos públicos.
Ejemplos del servilismo y sumisión de morenistas, son innumerables. Se dan de la mano de actos autoritarios, ilegales y corruptos. Su impunidad la justifican porque “trabajan” en favor de la “Cuatrote”.
Esto se los platico, todavía durante la discusión sobre la Ley elécrica, por la gran cantidad de amenazas, actos ilegales dentro del Congreso Federal, así como la intimidación de legisladores opositores, a los que el aparato de “chairo-bots” en las redes sociales, los acusa de traidores de la patria. Atrás, la impotencia por lograr mayoría para aprobar la ley que les ordenó el Presidente.
Ingenuos, corruptos o débiles mentales. Ojalá y lean un poco sobre la traición a la patria y, entones, ellos podrían configurar ese delito que va contra el país y la estabilidad económica que genera empleos.
Quieren verse en el espejo de países totalitarios como Venezuela, donde los pobres, y los muy pobres, sufren hambre en un socialismo donde los miserables son los que no tienen ni qué comer y los ricos son los militares que Hugo Chávez llevó al poder desde el inicio de este milenio.
Pero, esa es otra historia.
Con la desaprobación de la Reforma Eléctrica, a la que no le movieron ni una coma como lo ordenó el Líder del Ejecutivo, acto de sumisión de los dirigentes morenistas en San Lázaro (Ignacio Mier y Sergio Gutiérrez), llevó a hacer trampas para lograr su objetivo. El debate lo perdieron y estaban desesperados las huestes de Ignacio Mier y Sergio Gutiérrez. Morena sigue en caída libre, pese a las traiciones del PVEM.
No les importa que el país tenga que pagar miles de millones de dólares por las expropiaciones que realizará el gobierno a los inversionistas extranjeros. No importa que se pierdan empleos. “Lo mejor es mantener al pueblo jodido, porque cuando sale de su jodidez es mal agradecido y muerde la mano de quien lo ayudó”, como dijo en su momento de liderazgo de Morena, la ahora diputada Yeidckol Polevnsky.
La Reforma Eléctrica nos traería problemas políticos, económicos y sociales. Pero, eso no les importa a los empleados del Ejecutivo. Lo que importa es crear enemigos para crear un espíritu de solidaridad con los gobernantes. Es una estrategia muy vieja.
Para aquellos que acusan a legisladores de oposición que su voto en contra de darle el monopolio a la Comisión Federal de Electricidad, el otorgar contratos a empresarios afines a la Cuarta Transformación, sin mediar una licitación pública, y el expropiar empresas legalmente establecidas en el país para fortalecer a la CFE, donde los políticos no se cansan de robarla y saquearla (de la misma manera que Pemex), simplemente los traidores a la patria y al patrimonio de los mexicanos más pobres, son esos diputados de Morena, PVEM y PT, que apoyar el saqueo en el sector energético.
Los morenistas no han dicho nada sobre el huachicoleo que no ha terminado; el saqueo de refacciones de Pemex y la CFE; los contratos directos sin el mínimo de requisitos para amigos de los políticos morenistas; el enriquecimiento brutal de administradores de las “empresas productivas” del Estado; la venta de productos fuera de los mercados tradicionales e infinidad de trapacerías.
El silencio de los morenistas es insultante a la inteligencia de la mayoría del país que razona lo que realmente ocurre. Pero, al final de cuentas, esta propuesta había nacido muerta y, así, AMLO no se enfrentará al gigante del Norte, que le puso varias sentencias, ante lo que podría ocurrir si la aprobaban los morenistas.
Al final de cuentas, no pierde el Presidente. Pierde Morena, su imagen de mayoría. Ya no son los 30 millones del 2018. Son muchos menos.
PODEROSOS CABALLEROS
LA CORRUPCIÓN POR TODOS LADOS.
El presidente López Obrador, desde inicio de su mandato arrancó con mano firme con toda la intención de erradicar la corrupción de todas las dependencias que conforman el gobierno federal, como entre otras, es la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), sin embargo, nosotros tenemos otros datos. Tenemos información que al interior de la PROFECO, las empresas transnacionales más poderosas han obtenido beneficios por “arreglos” pactados informal e ilegalmente utilizando la coerción de la PROFECO para desplazar a sus competidores, trastocando la libre competencia entre empresas, mediante los alcances legales que por Ley tiene dicha institución. Lo anterior a pesar de que en el marco de su 43o Aniversario, su titular Ricardo Sheffield Padilla recalcó que en la Cuarta Transformación, el objetivo principal es eliminar la corrupción. Sin embargo, y ante este repetitivo discurso presidencial, parece que en esta transformación el Presidente es el único que ha cumplido con ese principio, dejando que instituciones como PROFECO al día de hoy no estén alineadas con este discurso.
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