Ricardo Alemán/Itinerario político
El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.
Ambrose Bierce (1842-1914) Escritor estadounidense.
No mencionaré nombres, ni partidos políticos, porque la ley electoral lo prohíbe. Sin embargo, hay un fenómeno que es global en el país: la impunidad de la clase política. Esa clase que hoy nos pide el voto para mantenerlos en el poder o sustituir a los que están.
Durante meses de precampañas y campañas, descalificaciones, señalamientos de corrupción, enriquecimientos inexplicables e ilícitos, robos al amparo de la administración pública, asesinatos y una larga lista de delitos, se exhibieron durante este proceso donde más de 100,000 aspirantes a 20,000 puestos de elección popular, buscan convertirse o mantenerse en la casta dorada de nuestro país.
Las acusaciones no sólo van contra candidatos a puestos federales, legisladores, presidentes municipales, gobernadores, regidores, y muchos más. La mayoría que va por la reelección, a su paso por puestos públicos, se han enriquecido, de tal manera que resulta un insulto a la inteligencia de la sociedad y el pueblo de México.
Miles de millones de pesos han pasado de las arcas públicas a los bolsillos de la clase política. Muchos de ser personaje insignificantes, se convirtieron en el cacique del pueblo, en el rico de la colonia y en el magnate en el país.
Es cautivador buscar una gobernatura o una alcaldía donde se manejan miles de millones de pesos. Debe ser sensual ordenarle a tu piloto que tenga listo el helicóptero o el avión para ir al lugar que se te antoje. Ha de sentirse poder, el contar con un séquito entre 100 y miles de personas, que atiendan hasta el más ridículo de tus deseos.
Pero, estimado lector, tú y yo, con nuestros impuestos, pagamos esos lujos; esos excesos. El presidente de la República no paga la comida que se come, como lo hacemos tu y yo; no paga la gasolina de sus vehículos que le proporciona el gobierno. Premiamos a los políticos por hundirnos en la mediocridad.
Esa clase política que busca el voto. Y, no es escatimó dinero del presupuesto, tuyo y mío, para despilfarrarlo en francachelas personales y en mantener hasta sus amantes, a los que pagamos su servidumbre, sus borracheras, sus devaneos.
Sin embargo, pese a todo ello, en lo personal, estoy convencido que el único camino para realizar un cambio en el país, es el voto de la sociedad.
El voto es fundamental para castigar, aquellos que son incompetentes y corruptos, y para premiar al buen administrador público, que lo debe de haber, que busca servir a la sociedad.
Y, después, exigir a quienes elegimos que las denuncias presentadas en debates, redes sociales, y en algunos juzgados, contra aquellos políticos que son inmensamente ricos, no sean el relámpago de instante de pasión electoral, sino que se investiguen y se castiguen.
El ministerio público debe actuar sin complacencias, ni complicidades, en contra de la clase política, que ha traicionado al pueblo y la confianza de la sociedad.
Deben acabar las mentiras, la corrupción y las traiciones. Ya basta de saquear a nuestro grandioso México.
PODEROSOS CABALLEROS
TREN MAYA
No termina el escándalo de la construcción del Tren Maya. Destruyó la selva de la península de Yucatán; hay sospecha de negocios, turbios y denuncias de materiales de pésima calidad, así como el involucramiento de personajes de la vida pública en negocios ilícitos. Ahora un juez, Adrián Novelo, mantiene su fallo que impide terminar las obras del tramo cinco que va de Playa del Carmen a Tulum en Quintana Roo, de ese tren. Novelo, consciente del enorme daño ecológico que ha generado esa obra, rechazó el argumento de la SEMARNAT, que habla que son suficientes las medidas de mitigación ante los impactos provocados en Cuevas y se notes por la construcción del tramo elevado. En Yucatán, visité una parte del tren maya y fui testigo de los estragos del ecocidio de esta obra, digna de un megalómano.
RESPONSABILIDAD SOCIAL Y GOBERNANZA
ALFREDO HARP
Banco Nacional de México, a través de Fomento Social Citibanamex, destinó 7 millones de pesos para la rehabilitación y conservación de la infraestructura del Palacio de Bellas Artes, que ha registrado daños por el hundimiento del subsuelo y los sismos que ha sufrido la capital del país. Los trabajos de restauración estuvieron bajo la supervisión del INBAL. “En Banco Nacional de México estamos comprometidos con la conservación del patrimonio cultural de México. Este proyecto se realizó en alianza con Bellas Artes y con la Fundación Alfredo Harp.
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