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Subestimar la complejidad
Los delincuentes de AMLO
Para López Obrador la detención de Rubén Núñez y otros líderes de la CNTE fue una acción propia de “cobardes y rufianes”. Desde luego, llamó a movilizarse en contra de las aprehensiones.
Lo que hubo fue aplicación de la ley a una partida de bandidos que desde hace muchos años tienen en jaque a Oaxaca y a otros estados.
Llegó el momento de ponerles punto final, el ya basta que tantas veces se ha pedido para esa camarilla de asaltantes del futuro de millones de niños.
Núñez y sus cómplices están presos por lavado de dinero, en una cantidad que podría superar los 132 millones de pesos comprobados.
No están presos por protestar, sino por delinquir.
Han delinquido sin ninguna “finalidad social”, como pretendidamente lo hacen quienes, como López Obrador, recorren el país y agitan el odio contra sus adversarios con dinero de oscura procedencia, pues no trabajan.
Los delitos de la CNTE los vemos a diario en los periódicos y en los noticiarios.
Atacan a la policía, queman edificios, incendias patrullas y vehículos particulares, roban autobuses, secuestran funcionarios, agreden a particulares, boicotean el comercio, le dificultan la vida a millones de personas que sí trabajan pero llegan tarde por los bloqueos…
Secuestran niños, roban cuotas a sus agremiados, bloquean aeropuertos, toman carreteras, rapan a los profesores que asisten a dar clases, golpean a disidentes…
Ayer en la página 2 de El Financiero, se publicó que maestros de la CNTE que mantienen bloqueada una carretera a la altura de Tamulté de las Sabanas (Tabasco), golpearon al médico Humberto C. Noceda, quien circulaba en la zona del conflicto, lo intentaron quemar vivo y le incendiaron la camioneta. El doctor se encuentra hospitalizado luego de la agresión que fue dada a conocer por su hija Carolina en Facebook.
La sección 18 de la CNTE llamó, el año pasado, a crear “brigadas caza-delatores”, y con ellas “rapar a los maestros que presentaron la prueba del INEE”. Lo hicieron.
Uno de los puntos centrales de las protestas de la sección 22 de la CNTE ha sido (además de echar abajo la reforma educativa) la liberación de agremiados suyos que están presos por secuestrar durante 140 días a sobrinos –niños- del ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani. Los tenían metidos dentro de un tubo… por 140 días.
Los líderes de la CNTE le retuvieron, sin autorización, 20 pesos de su quincena a los 90 mil afiliados para dárselos a los familiares de los secuestradores. Eso fue apenas en junio del año pasado (para más detalles ver columna de Ricardo Alemán del 3 de este mes en Milenio).
Y ahora, metidos hasta el tuétano en triangulaciones con dinero robado a los trabajadores, para financiar su ritmo de vida y las movilizaciones que fastidian al país.
Eso defiende López Obrador.
¿No le da vergüenza a él y sus aliados en los medios de comunicación defender a tamañas lacras?
No, no le importa que los líderes de la CNTE sean unos delincuentes, porque son “sus delincuentes”.
Y en los medios de comunicación también encuentran defensa, porque hasta ese tipo de maleantes les son útiles a algunos para golpear al gobierno.
Por cierto, el gobierno tiene múltiples flancos criticables, pero en esto ha acertado. Y que no se eche para atrás por los gritos de AMLO y sus comunicadores afines.