Carlos Ramírez/Indicador político
La violencia verbal de AMLO, un aviso
La violencia política puede irrumpir en México derivada de la agresividad verbal del candidato de Morena que se dice predicador del amor y de la paz.
No se puede pasar la vida insultando a medio mundo –ese que no está con él- y pensar que nunca habrá reacción.
López Obrador juega con fuego al atizar el odio y ejercer la violencia verbal contra sus adversario políticos.
El fin de semana recriminó a los partidos de izquierda que no se le pliegan en el Estado de México porque son “lambiscones y paleros”.
Su lenguaje es una provocación absoluta.
“No se quieren unir en el Estado de México porque no se los permite Peña y están de paleros de Peña, del PRI, tanto los dirigentes del PRD como los dirigentes del PAN”.
Lo anterior no fue un arrebato en un mitin, sino que fue en mensaje video grabado y difundido en redes sociales.
En una sola frase mezcla a la izquierda que no se le quiere adherir en Edomex, y al PAN, partido que odia, porque le ganó la Presidencia cuando él ya tenía dispuesto adónde iba a acondicionar su dormitorio en Palacio Nacional.
El problema con el lenguaje soez y prepotente es que permea de manera aún más agresiva hacia sus seguidores.
Insultar así, en este caso al PRD y al PAN, lleva a los partidarios de López Obrador a ser doblemente agresivos en redes sociales.
Ese fenómeno pronto se va a trasladar a la calle.
AMLO está llevando demasiado lejos su violencia verbal. Eso contagia a los seguidores de su causa y a los que hacen méritos para tener un sitio junto a él.
Luego de los insultos con que López Orador llamó a la unidad de la izquierda en el Estado de México, recibió una respuesta respetuosa y clara del candidato del PRD en esa entidad, Juan Zepeda.
El perredista le recuerda unos quince llamados a Morena para ir unidos en Edomex y a cambio recibieron el desdén.
Fue AMLO el que no quiso la unidad de la izquierda en esa entidad.
Zepeda le dice en su carta de respuesta que AMLO cometió dos graves errores: “1.- Menospreciar la unidad de las izquierdas e intentar la sumisión de las mismas. 2.- No haber revisado a conciencia la honestidad del grupo político que apoya la candidatura de Delfina Gómez”.
La réplica de AMLO es un dechado de vulgaridad política lamentable: “En Nayarit sí fueron juntos PAN y PRD porque se lo permitió Peña. En Veracruz van con Yunes juntos, PAN y PRD, y en el Estado de México no. Peña uso a Vázquez Mota y Peña puso a Zepeda del PRD y no les permite que se unan porque están haciendo el juego sucio en contra nuestra, en contra de la maestra Delfina”.
¿Hasta dónde quiere llegar López Obrador con su violencia verbal hacia quienes no se le someten?
Un personaje así, si llega a tener el poder del Estado en sus manos, va a dividir a los mexicanos en bandos irreconciliables.
Fomenta el odio y el choque incluso entre quienes piensan parecido, pero no se le someten como él quisiera.
El país no se merece un destino de confrontación, como el que propugna López Obrador.
Por eso es vital el Estado de México. O se le para ahí, o no habrá manera.