Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Del Mazo arriba, por ahora
Las encuestas dicen que en el Estado de México va arriba el candidato del PRI, Alfredo del Mazo.
Es una sorpresa mayúscula, pues era de prever que ese partido recibiera un amplio rechazo por la inseguridad que vive el Estado de México.
Lo que arrojan las encuestas es que el candidato del PRI hoy está arriba, que arranca en punta, pero no quiere decir que necesariamente va a ganar.
Es un político arrogante, lejano a la gente, sin chispa y almidonado. Pero es Del Mazo y su apellido pesa en el Estado de México.
Además, quien dé por muerto al PRI en esta y en las otras dos elecciones de junio, se puede equivocar.
El priismo, para sorpresa de muchos, existe.
Y si la gente lo pone en el primer lugar de las preferencias en Estado de México (encuestas de El Financiero y SDP) y en Coahuila (encuesta de Reforma), es que se trata de preferencias genuinas y no de voto comprado.
Hay un facilismo de muchos analistas que señalan que los votos del PRI se deben a la compra, la coacción y a la capacidad de manipulación.
Ojo, por creerse sus propias elucubraciones después vienen los desengaños.
Y gritan fraude, como ya empezó a hacerlo López Obrador este fin de semana en Nayarit, donde volvió a desempolvar el discurso del fraude que saca cada vez que pierde.
¿Por qué Del Mazo va arriba por ahora? Por su apellido, sí, pero también por factores objetivos.
El consumo ha crecido en el país.
También ha crecido el empleo formal.
Repuntó la confianza de los consumidores.
La venta de autos creció 6.5 por ciento en febrero con respecto a febrero del año pasado, a pesar del gasolinazo.
El dólar, contra todo pronóstico, va a la baja.
No todo está mal en México como nos quieren hacer creer.
Tampoco está tan bien, al grado de que a Del Mazo sólo le alcanza para el 28 por ciento de las preferencias, de acuerdo con la encuesta de El Financiero publicada ayer.
Eruviel Ávila obtuvo el 61.9 por ciento de los votos en la elección pasada.
No hizo un buen gobierno, por la inseguridad, y ahora su partido disputa una elección a tercios, con el PAN y con Morena, y no llega al 30 por ciento de las preferencias.
Algo hicieron muy mal para desplomarse a la mitad, y eso que estuvo mal hecho es la incompetencia del gobierno estatal para frenar y revertir la delincuencia común.
Para Del Mazo, Josefina y Delfina, nada está escrito. Puede ganar cualquiera de los tres.
Casi siempre el PRI arranca bien en las preferencias y luego se va cayendo. Crece poco a partir de su cifra de salida. Al contrario, tiende a desinflarse.
Josefina tiene todo para levantar porque, a diferencia de Bravo Mena hace seis años, ha recibido el apoyo de prácticamente todos los dirigentes panistas de la entidad.
Y Delfina cuenta a su favor con el hecho de que Morena no ha gobernado en ninguna entidad y puede ser la apuesta por lo novedoso.
Alfredo Del Mazo va arriba, por ahora, lo que no le garantiza el triunfo el 4 de junio.
Sin embargo su arranque en el primer sitio no deja de ser sorprendente luego de oír hasta el cansancio que todo está podrido.
Hay contienda cerrada, hay competencia real y cualquiera de los tres puede ganar.