Carlos Ramírez/Indicador político
Los que le imponen un epíteto acusatorio a Hugo López Gatell, ignoran que poner un epíteto de esa naturaleza, puede llevarlos a la cárcel. Están atribuyendo delitos a una persona. Lo acabo de ver en un columnista de derecha de la red SDP. La aparición del subsecretario de la Secretaría de Salud, en la aspiración a la jefatura de la Ciudad de México, es una buena noticia que se embona con el hecho de que la elegida por Morena es una científica. Ambos del lejano CEU. Imagínense a los dos en puestos fundamentales, en un país en el que se precisa que la ciencia sea puntera en todos los asuntos del estado. Toda la miseria que se quiso ensañar contra el funcionario ante las muertes por Covid, desestimó en primer término que la respuesta negativa de la pandemia era mundial. Y lo más importante y que exhibió la ignorancia de sus críticos. Que la cifra elevada de muertes, incluía las anuales que son comunes en el país, porque la gente muere de muchas formas en el mundo. Si buscan la última cifra en este momento en México, que es la del 2022, es de 819 mil 448, con un conteo del 97.4 por ciento. Sin pandemia.
EL SEÑALAMIENTO IDEOLÓGICO AFECTA MÁS AL QUE LO APLICA
López Gatell es un funcionario que ha madurado para seguir adelante. El mismo señala que podría gobernar esta gran y conflictiva ciudad, porque penetró en el sentir de la gente durante la pandemia. Eso es lo que se necesita en este entorno. Una persona que comprenda el sentir de la gente y ofrezca soluciones. De risa fueron aquellas acusaciones porque el científico se tomó tres días en plena pandemia, para ir a la playa. Y ahí vino otro hierro de ignorancia de los críticos. Los propios médicos sostienen que es mejor que la gente que labora largas jornadas, haga un alto de descanse. Esos tres días pudieron beneficiar incluso a los maloras que le negaban ese descanso. La nueva etapa que se inicia en la cuestión de las vacunas y el alerta que se debe mantener ante un posible avance del virus, cosa que resaltan en países de otros continentes, obliga a estar atentos y mantener a la gente más experta en el problema. Es importante tener a alguien que conozca el sentir ciudadano y aplique sus conocimientos. Apareció hasta una odontóloga que se asumió escritora y dictó un libro ofensivo contra el funcionario, asumiendo la posición de científica. Trabaja de ayudante en la Facultad de Medicina de la UNAM.
FRANCIS BACON: LA CIENCIA Y LA TÉCNICA AL SERVICIO DE LA HUMANIDAD
A lo largo de los siglos han sido muchos los científicos que han estado al frente del poder. Y uno ellos fue Francisco Bacon, a quien por sus obras han equiparado con Shakespeare. Nacido en el siglo de las luces en Inglaterra, este científico, pero con muchos otros méritos, sobre todo poeta y escritor, vivió un largo periodo apoyado por la Corte inglesa y fue fiscal general, ministro de justicia, canciller, entre otros puestos, pero lo que relumbra de él es su tesis de denuncia sobre el mal uso de la ciencia a partir de investigaciones y resultados equivocados. Por eso entre sus grandes aportes está su discurso al conocimiento y La nueva Atlántida (Editorial Akal 2006), país utópico fundado en la ciencia y la técnica, todo puesto al servicio del pueblo. En medio de los enjuagues de la Corte, los zarandeos políticos como ahora, el gran Bacon escribió su obra central La gran restauración, en la que su Novum Organum ofreció a la sociedad los métodos para dominar a la naturaleza. Que mucho nos serviría en este tiempo, cuando por el contrario el ser humano es el que la destruye. Bacon murió en 1620, a los 65 años.