
Raúl López Gómez/Cosmovisión
Gente de los tres niveles de gobierno es parte del gran robo de hidrocarburos que fue descubierto en el país en una investigación que duró seis meses. En lo escandaloso y apabullante del golpe llamado histórico en contra del huachicol, se exhibe el cúmulo de corrupción que invadió a este país sobre la que permanece una lucha constante desde el sexenio pasado. Lo encontrado por el gabinete de seguridad federal, evidencia que es casi imposible buscar caso por caso para someterlo a proceso. Solo en este se hicieron cerca de veinte incautaciones, entre ellas inmuebles, remolques, tractores, pipas, decenas de automóviles lujosos, dinero en millonadas, armas de fuego, una lista apabullantes. Pero más evidente es la participación de gente de los tres niveles de gobierno, que el régimen ya tiene bajo control. Y eso que en el sexenio de AMLO se afianzó la lucha contra los robos de hidrocarburos y la gasolina. Pero penetrar directamente a todo el embrollo saqueador, le hubiera llevado a AMLO todo el sexenio. Por eso los priístas mas conocedores del problema puesto que ellos lo crearon, dieron en su momento, con el chivo expiatorio bíblico, vehículo para calmar multitudes y sanar heridas.
CHIVOS EXPIATORIOS QUEDARON ATRÁS. AHORA COARTAN JUICIOS DIRECTOS
Este caso no es sino un ejemplo de lo que se oculta en un largo período de décadas de corrupción. Y de usos de apariencia legal para socavar sin caer en el castigo. Lo estamos viendo casi todos los días en el caso de Ricardo Salinas Pliego con su adeudo casi imposible de concebir de 74 mil millones de pesos y la actitud de autodefensa mañosa para enfrentar consignas ya definidas. La capacidad de violar la ley ha tenido una larga enseñanza que antes se curaba con la complicidad. No por ello las grandes riquezas se iban a otras manos diferentes a un pueblo por lo general empobrecido. Se usaba el derecho como mecanismo de defensa y ocultamiento. Y todas las fórmulas para dejar fuera al sistema, una de ellas el famoso chivo expiatorio. En el caso de los ex presidentes, está la maraña legal, las componendas de antaño, los arreglos cupulares, la destrucción de pruebas, etcétera. En los casos claros de fraude público para robarse la presidencia, que es uno de los actos de corrupción más graves, Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón fueron aprobados por los órganos electorales a modo y nombrados formalmente presidentes. La misma maniobra de usar el derecho. Las primeras boletas se quemaron y las de Felipe Calderón al parecer siguieron un trámite semejante.
LAS LEYES DE RESPONSABILIDADES DE FUNCIONARIOS, UN POZO OSCURO
¿Como se castigará a los funcionarios de los tres niveles que están involucrados en el robo histórico de huachicol’ ¿aplicando leyes de responsabilidades? En el caso de este sexenio se espera un ejemplar castigo que advierta que la lucha contra la corrupción es real. Creadas para que funcionaran para los que eran opositores en sexenios pasados, las leyes de responsabilidades de los funcionarios públicos servían como aquellas que se aplicaban en décadas lejanas y que ameritaban un jurado popular con el que solo eran juzgados, ¡los carteros! Los llamados juicios políticos, los desafueros, las investigaciones a funcionarios y empleados públicos se deslizaban entre instituciones que se tiraban la pelota y que después de un largo periodo le daban al inculpado la posibilidad de defensa -legitima desde luego- que suele terminar en la nada. Mientras el ciudadano común era llevado a proceso con solo una querella ante un ministerio público que la turnaba ya con su veredicto ante un juez penal, la parafernalia de los juicios a funcionarios públicos, en los que intervenían varias instituciones, era como un laberinto al que pocos fueron sometidos sobre todo si eran priístas. Meterse en esa maraña es perder un tiempo valioso para alguien que solo tiene seis años para tratar de recomponer al país. Se mencionan cambios profundos en una sociedad, pero mientras son peras o manzanas, el castigo debe aparecer. En eso anda el gabinete de seguridad nacional.
LA VIDA INÚTIL DE PITO PÉREZ, DE UN PÍCARO JUZGADO POR LA LITERATURA
Los delincuentes que se meten en la riqueza nacional son eso, delincuentes que deben pagar sus delitos. Los pícaros son otra cosa. Seres violadores de la norma a un nivel pequeño pero permanente. Son pícaros, ladrones de lo mínimo pero detractores al fin. Aquí hemos tenido a varios y a algunos los hemos sacado a relucir. Los españoles se apoderaron de la picaresca, pero escritores mexicanos dieron un cambio a sus clasicismos y crearon, como José Rubén Romero, novelas que si bien tomaban algunas cosas de aquellas famosas aventuras de los picarillos, ofrecían aportes que eran bienvenidos en el cine -tres veces con el famoso Pito Pérez-, pero además era claro que Romero un alto diplomático y miembro de número de la academia de la lengua mexicana, había leído también a Pirandello. En El difunto Matías Pascual, de hecho el premio Nobel italiano plantea un nuevo tipo de pícaro, mujeriego, sensible, culto -termina dedicándose de por vida a promover la lectura en su pueblo-, aunque el mexicano solo lo copió en lo mujeriego con características similares. La edición es de la Universidad veracruzana 2012. Biblioteca del universitario.
A DIFERENCIA DEL DOLOSO CRIMINAL, EL PÍCARO TIENE IMPACTOS SOCIALES
El Pito Pérez se reproduce en las obras de Romero por antecedentes que escribió en una primera parte y la segunda parte que se desarrolla en Michoacán. El pícaro es un desastre, borracho, raterillo, transa, vividor, truhán completo, que nunca encuentra su puerto moral. Pero a diferencia de los pillos que han asolado y saqueado a México era germen de una niñez en plena etapa pre revolucionaria, de una sociedad miserable, explotadora y abusiva, como la que han creado los otros, los pícaros mayores. Romero se sirvió de sus obras para exhibir lo que eran desde entonces –La vida inútil de Pito Pérez se escribió en 1938, con publicaciones diversas, Porrúa 2008-, la sociedad y la política mexicanas. Me gusta la película con Manuel Medel y Katy Jurado (1944). Aquí, parte de una de las canciones que ambos cantan en ese filme:
Como que te vas
como que te vas
como que te vienes,
pero vida mía
¡Como te entretienes!
Como que te vienes
como que te vienes
como que te vas,
pero vida mía
¡Que borracho estás!