Raúl López Gómez/Cosmovisión
No ha hay que confundir lo que ha sido para los mexicanos ese histórico sitio de reunión que es la cantina, con los bares hacinados que se están promoviendo en el centro de la capital. Los escándalos que ha habido últimamente en esa parte de la ciudad y que deben reproducirse en otros sitios sobre todo turísticos, dejan mal parados a los bares masivos que no respetan edades. Son muchos casos que se han presentado que arrojan intoxicados incluso una muerte, que ha alertado a la opinión pública sobre su peligrosidad. En el caso de la capital la gran mayoría de esos casos se dan en la alcaldía Cuauhtémoc curiosamente una de las más peleadas, tal vez por las grandes capacidades de negocio que tiene, más cuando cae en manos de funcionarios a los que les vale la juventud. Las denuncias tardías que se dan ahora contra la ex alcaldesa Sandra Cuevas que se negaba a solucionar las quejas contra esos bares y el extraño atentado sufrido por la alcaldesa en trámite Alessandra Rojo de la Vega, ya alerta sobre la complejidad de esos negocios, se llamen Black o Perro Salado entre centenares de ellos. Lo llamativo también es que son espacios enormes por lo general en la parte alta de la calle Madero, en pleno centro de la ciudad. Sitio en donde también se está acelerando el geocentrismo en la venda de espacios y desalojo de ciudadanos tradicionales. En reciente intervención policíaca, fueron desalojados en unos de esos bares, miles de jóvenes entre ellos algunos adolescentes
LA CANTINA REFLEJA LA HISTORIA, FRENTE A BARES MODERNOS Y MASIVOS
La reunión tradicional para tomar una copa con amigos no es exclusiva de México; sería absurdo. Es una tradición de siglos que existe en todos los poblados, como un acicate de descanso, de charla, de confesiones, de tramas, de cita amorosa o de simples ganas de echarse un trago. No fue ahí, en una de esas cantinas, donde Josefa Ortiz de Domínguez planeó la conspiración de Independencia porque tenía el serio despacho de su esposo en Querétaro. Pero otros si lo hicieron para planear lo que querían de un país y dar adelantos de sus planes. Es el espacio travieso o grosero que ponía en sus puertas el anuncio de que “No se admiten mujeres, uniformados ni perros”. Y es el lugar del escritor que busca la silla solitaria, mientras se empina una copa y agrega a sus hojas blancas, lo que surge de su inspiración. La cantina ha sido testigo de todo en el mundo, aunque se llame de diferentes maneras. Ha sido inspiración de libros, de películas, de series, de dramas, de descubrimientos, de alguna gran tragedia. Pero no es un negocio depredador, enorme, escandaloso, sin personalidad alguna, ni la fórmula masiva, afrentosa para los jóvenes, que se está promoviendo en el centro. Eso debe de quedar, estrictamente claro.
ACADÉMICO JUAN ARTURO BORJA Y EL ELOGIO DE LAS CANTINAS
Confieso que todavía no he leído el libro Elogio de las cantinas ( Eterno femenino Ediciones enero 2024) primicia de este año, del académico del IEMS Juan Arturo Borja. Pero por opiniones de personas que si lo tienen en sus manos y lo han leído, se trata de un libro muy interesante sobre la historia de las cantinas de la capital. Una obra que rescata a un espacio singular, que es parte sobre todo del centro y que refleja en las anécdotas de sus entrevistados la esencia de la gran ciudad. Se de personas que hacen el recorrido amplio que hay que hacer para conocer esos sitios en la capital, algunos incluso escogen sitios específicos con las historias a la mano de esos bares. Pero este libro en manos de un académico debe hurgar en historias de cada sitio no solo como espacio de la capital sino de algo que es parte de la historia de México. Suelo visitar de vez en cuando las cantinas en citas con amigos y a veces dentro de la gran variedad que tienen esos sitios, topamos con un hecho raro en una cantina, pero muy triste, la tragedia en el centro de la ciudad donde murió el gran compositor y cantante Guty Cárdenas. Hay que recordarlo en una de sus canciones:
NUNCA
Yo se que nunca besaré tu boca,
tu boca, de púrpura encendida.
Yo se que nunca llegaré a la loca
y apasionada fuente de tu vida.
Yo se, que inútilmente te venero,
que inútilmente el corazón te invoca.
Pero a pesar de todo yo te quiero,
pero a pesar de todo yo te adoro,
aunque nunca besar pueda tu boca.