Raúl López Gómez/Cosmovisión
Uno no es experto, pero puede alertar. Cuando la situación se torna candente no solo en la temperatura sino sobre todo en lo político, vale recordar que aparte de nosotros y nuestras familias, hay otros seres cercanos que dependen de la casa: las mascotas y las plantas. Centrados en la sorpresa que ha tomado a algunos la presencia del calor, se han olvidado de esos que conviven con ellos y que sufren tanto o más, los efectos de esta temporada. En el caso de las plantas ya lo vemos al pasar por los jardines públicos y residenciales, secas, áridas, ya muertas en muchos casos. La advertencia que se da es el riego diario antes de que eso suceda, con cuidado en el agua. Los animales están en una situación que precisa de atención especial. Publicaciones y consejos de expertos, se concentran especialmente en el agua. Líquidos constantes que se les debe dar a los animales y llevar un recipiente con agua cuando se les saca a pasear. Se deben cambiar sus recipientes a diario para evitar bichos y no dejarlos encerrados. Tanto perros, como gatos carecen de capacidad para enfrentar el calor a través del sudor y encerrados pueden sufrir golpes de calor que suelen ser mortales.
EL GRADO DE SENSIBILIDAD DE UN ENTORNO SE REFLEJA EN SUS ANIMALES
Recuerdo que asesinar un gato le costó a un depredador queretano, 16 mil pesos. Eso vale para algunos la vida de un animal. En algunos casos matar a un gato o cortarle las orejas a un perro, puede pasar de una simple amonestación o a un arresto de tres días y ante la poca sensibilidad por el valor de una vida y lo vemos en el caso de los toros, los jueces pueden fijar al arbitrio de considerar la situación económica del agresor, para determinar una multa. Es más importante el agresor. En su muerte los animales pueden dar información y la literatura nos da el ejemplo. El agresor queretano se jactó de su hazaña en las mismas redes y éstas fueron las que lo denunciaron al hablar del animal. La denuncia del gato Plutón sucedió casi doscientos años atrás en el relato de Edgar Allan Poe.
UN ANIMAL. DENUNCIA LA AGRESIÓN Y POE LO DEMOSTRÓ
En El gato negro (Biblioteca Básica 2012), del escritor estadounidense Edgar Alan Poe, el gato se valió de sus maullidos para denunciar el asesinato de su ama y su propio emparedamiento. La historia se ha querido presentar más aterradora de lo que es y de hecho hubo una serie escrita que se llamaba El gato negro. Pero si se analiza el relato y las alucinaciones en las que se percibe su imagen, el felino no es sino un elemento vindicador de un abuso de maltrato de los animales. Poe fue un escritor que tuvo debilidad por los animales y de hecho cuatro de sus relatos más conocidos giran alrededor de una especie animal: El cuervo, El escarabajo de oro, El doble asesinato de la calle Morgue (un orangután) y El gato negro. “Hay en el desinteresado amor de un animal, en su abnegación, algo que va derecho al corazón”, dice su personaje antes de caer (como Poe), en el delirio enfermizo del alcohol y ahorcar al gato Plutón.. El del horror en todo caso es el hombre, que hastiado de la fidelidad del gato, le sacó un ojo primero y después lo mató. Lo que nos ha estremecido por décadas y décadas, más si recordamos al asesino queretano que mató al otro gato.