Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
El impacto que los huracanes han creado en Estados Unidos, viene a demostrar la fragilidad del poderoso país; por más que su gobierno le esté echando la culpa a la fuerza de la naturaleza. Lo que está pasando en Florida con los últimos huracanes, Helene y Milton, sorprende en un país que presume de gran fortaleza. Y la principal embestida llega a un estado que el gobierno ha protegido por la calidad de muchos de sus habitantes, anticastristas expulsados de Cuba, que representan en Florida el 64 por ciento de los cubanos que viven en ese país. Esa protección que ha sido en todos los sentidos y debería de exhibirse en su seguridad en este momento, al parecer ha fallado, si bien no es lo mismo que el gobernador Ron DeSantis refleja en los actuales migrantes, que están en situación peor. A poco tiempo de las elecciones presidenciales, el próximo 5 de noviembre, la pregunta es por qué el gobierno no ha protegido como debería de ser a Florida, por las condiciones marítimas de ese estado, mientras por el contrario invierte sus recursos en Israel para asesinar palestinos. La actual situación en Florida evidencia el fracaso de los partidos reinantes en el país del norte, ya que el caso también le toca de cerca al de Donald Trump. Candiles de la calle en su presunciones, mientras sus intersticios se desgajan ante los huracanes. Ese es el doble rostro de los imperios.
MAR DE FONDO. LA FURIA DE LOS ELEMENTOS SE REFLEJA EN LA LITERATURA
Las aguas turbulentas empujadas por las locuras de los vientos, se expresan también en la ficción. Mar de fondo (Deep water) es una obra metafórica escrita por la estadounidense Patricia Highsmith en 1957, después de su sorprendente Extraños en un tren de 1951, que la lanzó a la fama con la película del mismo nombre que dirigió Hitchcock con guión de Raymond Chandler. Michel Deville hizo una versión en Francia de Mar de fondo en 1981 (Eaux Profondes), de una novela llena de las profundidades que tienen las obras de Hjighsmith y que se reflejaban en si misma, persona extraña, arisca, mujer con recovecos, pero una gran escritora. El argumento presenta en un corto fluido, la historia de Vic Van Allen, un hombre apacible, excelente esposo, buen vecino, que tolera los amoríos de Melinda, esposa frívola que por el contrario centra los reproches en su entorno. Pero en la tranquilidad del buen hombre, se esconde un interior turbulento como un huracán o el mar de fondo de un sicótico que espera el momento oportuno para matar; personaje que recuerda los cuentos de Raymond Carver por el final sorpresivo. Highsmith está mas cerca de la fallecida escritora Ruth Rendell que de Agatha Christie, todas, en diversa dimensión, reinas del crimen. Hastiada de Estados Unidos cuya clase media no toleraba sus complejas novelas, reivindicadas en cine a partir de su personaje Tom Ripley, se fue a vivir a Suiza donde murió en 1995.