Raúl López Gómez/Cosmovisión
En respuesta al sismo del martes 19 de septiembre se anunció la entrada del Plan MX que, según palabras del Presidente Enrique Peña Nieto, contiene al PLAN DNIII del Ejército, el Plan contra Desastres de la Marina, la participación de la policía federal y de las autoridades del gobierno de la Ciudad de México.
Lo que no se nos ha dicho es quién tiene el mando.
Es decir, quién tiene la responsabilidad de la organización de todas las instituciones que participan.
Y esto se vuelve infinitamente importante porque al tercer día de las labores de rescate parece imperar el caos.
En algunos sitios específicos de la Ciudad de México, como en Coapa en el colegio Enrique Rébsamen, cuyo edificio fue colapsado, se sabe que el “control”, el mando pues, está en manos de la Semar, concretamente del almirante José Luis Vergara…
Aunque también sabemos, por los medios de comunicación, que este mando se turna cada cuatro horas con otro almirante. Y que también “manda” un general de apellido Luna.
Y, lo conocemos por la televisión en sus transmisiones directas del miércoles 20 de septiembre, que ahí operan también, independientemente de las labores de rescate donde están los marinos, los militares, los policías federales y demás autoridades, miembros de la “sociedad civil”, supuestamente ingenieros que están organizados para el rescate de algunos niños.
Niños que se ha comenzado a dudar de su existencia porque los padres no se han presentado en el lugar. A lo que debemos agregar la confusión de la existencia de una niña llamada, supuestamente, “Frida Sofía”, que no existe en las listas de alumnos de la escuela, pero de cuya existencia se habló todo el miércoles, incluso con afirmaciones de una reportera de Televisa, de que había hablado con su familia.
El secretario Aurelio Nuño, también presente en este rescate del Colegio, aseguró ante cámaras de televisión que no conocía a los padres de dicha niña llamada “Frida Sofía”, con el consecuente escándalo que ha llevado hasta dudar de su existencia.
El tema principal es no tener un mando. Alguien que dé la cara ante la sociedad. Y que, obviamente, informe lo que está pasando.
Lo que tenemos hasta el momento son declaraciones aisladas de autoridades, del mismo primer mandatario, de Miguel Mancera, del citado almirante Vergara… frente a cámaras de televisión. Todas fragmentadas, sin referencia específica a cada uno de los edificios colapsados, donde se presume se puede encontrar a personas con vida.
¿Quién lleva el recuento exacto? ¿Quién nos puede decir, con total certidumbre, cuántos soldados, cuántos marinos, cuántos policías federales, cuántos voluntarios bajo el mando concreto de qué autoridad están trabajando y dónde?
Ni siquiera hay una lista de muertos con nombres, actualizada con oportunidad. O de heridos. O de personas rescatadas que ya están en sus casas. La comunicación a partir del sismo ha estado en redes sociales, ha sido comunitaria en toda su expresión.
¿Y las autoridades?
Si hay un Plan para este desastre, que supongo que también estará en funciones en el Estado de México y en Morelos, en Puebla, tendría que haber un encargado de la comunicación. Esa gran falla del gobierno de Peña Nieto: La comunicación.
Lo que va a pervivir de las labores de rescate, posteriores al sismo del 19 de septiembre, es la percepción social de desorden, de caos, incluso de estorbar a los voluntarios. Los soldados, los marinos, entraron a los lugares colapsados varias horas después que los voluntarios, no se va a olvidar.
Quien tenga el mando tiene, también, la responsabilidad. Si Peña Nieto no ha hecho a una persona responsable de este Plan MX, para la historia él será quien tenga la responsabilidad, y como sucede en este tipo de eventos, será también el principal acusado de todo lo que salga mal…
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