Ricardo Alemán/Itinerario político
La orden salió de Palacio y llegó a todos los medios.
La orden era que ningún informativo de radio y televisión hablara del grosero espectáculo de la persecución presidencial contra Carlos Loret.
Y la orden fue cumplida por casi todos, a pie juntillas.
Y casi todos cumplieron: empezando por Televisa, Imagen, Milenio… y no se digan los medios oficiales.
En ninguno de esos informativos se habló del cadalso montado por el presidente Obrador contra Carlos Loret, en el mismísimo Palacio.
Pero la orden también llegó a las empresas de radio, cuyos noticieros ignoraron, en su mayoría, el tema. Claro, salvo excepciones.
Pero la censura previa –propia de las dictaduras–, también alcanzó a los periódicos, cuyas primeras planas ocultaron, en su mayoría, el lance dictatorial de López.
Sólo tres diarios nacionales reportaron en sus primeras planas el cadalso contra Loret: El Universal, Reforma y El Sol de México.
Y es que, en efecto, la dictadura de López Obrador ya está aquí, como lo pronosticamos desde mayo de 2018.
Pero lo más grave es que la mayoría de las empresas mediáticas se han prestado a la censura impuesta por el dictador de Palacio.
Pero no fue todo.
A la censura pública en medios le siguió la censura personalizada.
Sí, los concesionarios de radio y televisión recibieron la orden de que, a su vez, les ordenaran a sus luminarias periodísticas, intelectuales y académicas, que no se solidarizaran con el repudio a la represión lanzada desde de Palacio contra Loret.
Sin embargo existieron acepciones ejemplares.
En Grupo Imagen, la dignidad de Ciro Gómez Leyva merece un reconocimiento. El periodista se habría negado a censurar la represión oficial contra Loret –e su informativo nocturno de televisión–, y se habría ausentado del noticiero del viernes 11 de febrero.
En suma, vivimos la muerte de la democracia mexicana y la exhibición pública del dictador desnudo: López Obrador.
Curiosamente, horas antes de que la conducta presidencial comprobara que México es una dictadura, la revista especializada The Economist publicó el Indice de Democracia 2021, que coloca a México a un paso de la dictadura.
Sí, México ocupa el lugar 86 de un total de 167 países analizados y resulta reprobado en la calidad de su democracia, con una calificación de 5. 57 puntos, de un total posible de 10 puntos.
Es decir, con López Obrador México es “un régimen híbrido”, lo que significa que cuando se realizó el estudio citado, estábamos a un paso de convertirnos en gobierno autoritario y dictatorial.
Pero entre el 9 y el 11 de febrero del 2022, López Obrador dio el paso al despeñadero y exhibió la desnudez de su dictadura.
El estudio realizado por The Economist dice que el debilitamiento de la democracia mexicana se debe a que el presidente López “continuó con sus esfuerzos para concentrar todo el poder”.
Así lo explica: “En agosto, López Obrador dijo que buscaría una reforma integral para autoridades electorales del país, ya que cree que tienen prejuicios contra su gobierno y dijo que están ‘al servicio de la antidemocracia””.
Y si, como “anillo al dedo”, The Economist advierte que Obrador “intensificó sus ataques contra los medios de comunicación y se volvió cada vez más intolerante con los críticos, incluso entre sus aliados, lo que se vio empeorado por los altos niveles de violencia que a su vez tuvieron un impacto en las elecciones intermedias de junio”.
La publicación especializada dice que si bien el presidente López tiene elevados niveles de aceptación, la democracia mexicana se debilita de manera acelerada y la caída a la categoría de “régimen híbrido” sugiere que el deterioro se podría agrabar en las elecciones del 2024.
Es decir, ya estamos en dictadura: revelación demoledora de la prensa internacional.
Sin embargo, para los lectores de Itinerario Político no es novedad.
¿Por qué?
Porque, por ejemplo, el Itinerario Político del 14 de mayo de 2018 se tituló así: “AMLO: gobernar por decreto”.
En esa fecha –hace casi cuatro años–, dije lo siguiente: “Una victoria de López Obrador significaría el regreso al México de los años 50 y 60, no sólo por la aplicación de una economía cerrada y la implantación de un populismo rapaz, sino que asistiríamos al regreso de los gobiernos represores y autoritarios, en donde libertades fundamentales, como la de expresión, estarían canceladas.
“Un gobierno de Obrador significaría la desaparición de la División de Poderes, uno de los pilares del Estado democrático; representaría abrir la puerta a una dictadura y sería un severo retroceder a los tiempos del partido único, del autoritarismo, la opacidad, además del fin de la pluralidad y los contrapesos en el poder.
“Todo eso sin contar con el regreso de la violencia criminal a los niveles del Distrito Federal entre 2000 y 2006; muertes violentas, secuestro, extorsión, trata de personas… Y es que el perdón que propone AMLO a criminales y matarifes no será más que el pago a los servicios prestados por grupos del crimen que por todo el país han impuesto candidatos de Morena. Al tiempo” (Fin de la cita)
Volví al tema el día siguiente, el 15 de mayo, también de 2018, con el Itinerario Político titulado: “¡AMLO va contra el Ejército!”.
Así fue la conclusión de aquella entrega: “En pocas palabras, en un hipotético gobierno de Morena vemos la amenaza clara de una dictadura al mejor estilo de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia. Al tiempo”. (Fin de la cita)
Sí, se cumplió todo lo que dije desde mayo de 2018, el mes en que el candidato presidencial, López Obrador, ordenó la más brutal campaña de difamación y calumnia en contra de periodista mexicano alguno, Ricardo Alemán, en ese momento era su mayor crítico.
¿Tuvimos o no razón? ¿Estamos o no en dictadura?
Al tiempo.