Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
De tanto en tanto gusta de agitar un pañuelo blanco dizque para celebrar el fin de la corrupción.
Sin embargo, todos los días le prueban entre 60 y 70 mentiras, lo que ya suma casi 70 mil declaraciones falsas en sólo 34 meses de gestión al frente del gobierno federal.
Sí, 70 mil mentiras, el mayor signo de corrupción de un gobernante, sea en México, sea en el mundo.
En días pasados, incluso, amenazó con acudir a la ONU en donde, dijo, hablaría de corrupción, en un alarde de la superioridad moral que pregona en México y que intenta llevar al mundo, a la Asamblea General de la ONU.
Pero en una ridícula casualidad, el anuncio lo formuló el mismo día que apareció en la prensa mexicana una imagen inmejorable del tamaño de la corrupción en el gobierno federal.
Sí, la fotografía del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, festejando en lujoso “comedero político”; estampa de impunidad que desmorona el supuesto arraigo domiciliario, en medio del escándalo y el escarnio públicos.
Además, solía decir que la corrupción, igual que las escaleras “se barre de arriba para abajo”.
Sin embargo, la impunidad de sus allegados, familiares y amigos es “el pan de cada día”.
Y casos como los del mismísimo Lozoya, Bartlett, Pío López, Martina Obrador, Irma Eréndira, Yeidkol Polevnski, Ana Gabriela Guevara y muchos otros lo desmienten, también todos los días.
Todos son testigos de que gusta alardear que, en su gobierno, “ya es diferente; ya no es como antes”. Claro, en referencia a la corrupción.
Lo que no dice es que en su gestión se han entregado más del 85% de contratos públicos sin licitación, además de que resulta de escándalo el robo en sus obras faraónicas; Tren Maya, Dos Bocas y Aeropuerto de Santa Lucía.
Sí, adivinaron, se trata del discurso de López Obrador.
Se trata de las buenas intenciones del presidente quien, en su “realidad alterna”, supone, imagina y desea acabar con la corrupción.
Pero, en los hechos, sólo ha convertido a su gobierno en uno de los más corruptos de la historia.
Y es que en tres años el presidente mexicano y su gobierno no han logrado afianzar, probar y castigar un solo caso de corrupción; flagelo que para fines políticos es utilizado como propaganda “engañabobos”.
Por eso vale un ejercicio memorioso elemental.
1.- ¿Recuerdan cuando de frontera a frontera y de costa a costa López prometía que castigaría la corrupción “de los sexenios anteriores” y que llevaría presos a los expresidentes?
El 1 de diciembre se cumplirán tres años de iniciada la gestión de AMLO y no hay más que venganzas y circo.
Y cada día es más claro que son más los escándalos de corrupción del gobierno en turno, el de AMLO, que en las administraciones pasadas.
2.- ¿Recuerdan cuando el presidente electo decidió tirar la construcción del NAIM, mediante una amañada encuesta?
¿Recuerdan que dijo que se cancelaba el Aeropuerto de Texcoco, por presuntos actos de corrupción?
¿Recuerdan que prometió que en meses presentaría las pruebas de esa corrupción en el NAIM?
Pues han pasado tres años de la cancelación del NAIM y no existe una sola demanda de corrupción.
3.- ¿Recuerdan que por orden presidencial desaparecieron una decena de fideicomisos y que, justo hace un año, AMLO dijo que en los siguientes diez días presentaría las pruebas de esa corrupción?
Pues pasaron no diez días, sino poco más de 365 días y no existe una sola prueba de corrupción de los hoy inexistentes fideicomisos.
4.- ¿Recuerdan un trabajo periodístico titulado “La Estafa Maestra?
¿Recuerdan que, entre otros, fue acusada la señora Rosario Robles como presunta responsable de ese escándalo?
Pues han pasado más de dos años de que Rosario Robles está en prisión –de manera ilegal e inconstitucional–, y no se ha podido probar nada.
Peor aún, en complicidad con el Poder Judicial, López Obrador debió hacer trampa para mantener a la señora Robles en prisión, lo cual más bien se confirma como una venganza dictatorial que como la aplicación de la justicia.
5.- ¿Recuerdan los escándalos de corrupción de los parientes del presidente –Pío, Josefa y otros–, los escándalos de Bartlett, Gertz Manero, de Yeidkol Polevnski, de Irma Eréndira Sandoval y el lavado de dinero de los escandalosos “Papeles de Pandora”?
En efecto, no hay una sola acción penal contra ninguno de los corruptos “lopistas” de ese escándalo.
Si, “mucho ruido y pocas nueces” sobre la supuesta lucha contra la corrupción en el gobierno de AMLO.
Al tiempo.