La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
Sólo aquellos políticos, gobernantes y servidores públicos tramposos –como los del partido Morena–, se atreven a negar que “las mañaneras” de López Obrador, son un grosero montaje de propaganda electorera.
Sólo esos inmorales, como el mismo presidente y como toda su claque, mienten sobre el carácter ilegal e inconstitucional de tal propaganda, que incluso anuncia el mayor fraude electoral en el nuevo siglo.
Y sólo la complicidad de los supuestos expertos y adalides mediáticos del presidente, puede ignorar que no existe el concepto de “comunicación social” y menos de “información oficial” cuando esa comunicación y esa información no se sostienen en el principio de veracidad.
Es decir, que tanto el presidente Obrador como sus voceros oficiosos, como su asesor jurídico, Julio Scherer Ibarra, y toda la claque presidencial, saben que “las mañaneras” no son información pública y tampoco parte de la comunicación social, porque no cumplen con los mínimos de veracidad.
Dicho de otro modo, resulta que al convertir “la mañaneras” en una carrera por imponer el mayor número de mentiras, el propio presidente convierte sus conferencias en la más acabada prueba de que lo suyo es la propaganda clientelar y electorera –propaganda mentirosa–, que desde Palacio Nacional busca ifluir de manera ilegal en las elecciones federales de junio próximo.
Pero vamos por partes.
Como saben, el INE y el Truibunal Electoral insisten en cancelar “las mañaneras” de AMLO ya que, en opinión de tales órganos electorales, se trata de actos de propaganda que violentan el Artículo 134 Constitucinal.
En respuesta, durante “la mañanera” de ayer miércoles, el asesor jurídico de Palacio, Julio Scherer Ibarra, no sólo pretendió interpretar a un órgano autónomo, como el Tribunal Electoral, sino que sostuvo que el interés de ese Tribunal está muy lejos de poner en riesgo el proceso electoral.
Así lo dijo: “El Tribunal no ve que éstas conferencias pongan en riesgo el proceso electoral… Lo que dice el Tribunal es que ésta es una conferencia que, como bien dice el presidente, lo que está generando es información pública todos los días… Entonces el Tribunal no siente que se está generando información para inhibir el proceso electoral”.
Sin embargo, lo que no quieren saber, tanto el presidente Obrador, como Julio Scherer ibarra y toda la claque del gobierno federal, es que los conceptos básicos de “comunicación social” y de “información oficial”, tienen como condición insalvable la veracidad.
Dicho de otro modo –como ya se explicó desde el principio–, no es posible hablar de “comunicación social” y de “información oficial”, sin cumplir el requisito de “comunicar e informar” con la verdad.
Y en el caso de “las mañaneras” de AMLO, todos saben que se trata de un grosero montaje preparado no sólo para falsear la realidad, sino para mentir de manera flagrante; para difamar, calumniar, dividir, engañar y satanizar a los ciudadanos y a los opositores.
Pero esa es sólo una parte del problema.
Todos recuerdan que, en su toma de posesión, el presidente protestó respetar y hacer respetar la Constitución y las leyes que de ella emanan.
Y resulta que según el Articulo 134 constitucional, durante el tiempo que comprendan las campañas electorales federales y hasta la conclusión de la jornada comicial, “deberá suspenderse la difusión –en los medios de comunicación social–, de toda propaganda gubernamental, tanto de los poderes fedrales como estatales…”.
Además, se considera propaganda político-electoral contraria a la ley, aquella contratada con recursos públicos, difundida por intituciones y poderes públicos federales y por cualquier entre público de los tres órdenes de gobierno”.
De igual manera, se considera “propaganda político-electoral contraria a la ley, aquella contratada con recusos públicos difundida por instituciones o poderes públicos federale, locales y municipales” y que hagan alusión a expresiones como “voto”, “votar”, “sufragar” “comicios”, “elegir”… y que mencionen la fecha “del proceso electoral”.
La sanción de la propaganda en tiempos electorales será a partir del contenido de la misma, no del medio en el que se difunda tal propaganda.
Por último, los sujetos obligados del Artículo 134 Constitucional, que incurren en violación electoral a través de la propaganda, son los jefes de los Poderes Ejecutivo, Legislastivo y Judicial; además de los gobernadores.
Así pues, queda claro que, desde Palacio, el propio presidente Obrador violenta la Constitución, para meter la mano al proceso electoral; para cometer el mayor fraude electoral en la historia moderna.
No, presidente Obrador, nadie lo quiere callar.
Lo que todos exigimos es que usted cumpla la ley.
Y si no quiere cumplir el mandato costitucional, renuncie.
Al tiempo.