Miguel Ángel Sánchez de Armas/Juego de ojos
¡PARA INICIAR EL FASCISMO, AMLO CIERRA LA CATEDRAL!
Al presidente López Obrador le estorban los católicos mexicanos.
Le estorban para ensayar sus espectáulos facistas en el corazón de México; en el Zócalo de la capital del país.
Por eso, la noche del 13 de septiembre ordenó que efectivos del Ejército Mexicano tomaran el Zócalo capitalino y bloquearan todos los accesos a la Catedral Metropolitana, el mayor templo católico de México.
El bloqueo es permanente, desde la noche del 13 y permanecerá hasta la noche del 16 de septiembre. Sin embargo, durante el “Estado de Sitio” que ordenó AMLO, ninguna autoridad federal informo a la autoridad eclesiástica.
Y no se diga los fieles católicos, a los que el presidente Obrador ignoró y no fue capaz, siquiera, de exlicar el cierre del culto en el recinto católico por excelencia.
¿Y por qué el cierre de la Catedral Metropolitana?
Porque en un remedo –una copia–, de dictadores fascistas como Benito Mussolini y Adolfo Hitler, el presidente Obrador ordenó reeditar “La Marcha de las Antorchas” en el Zócalo, la noche del 15 de septiembre.
Según AMLO, “la noche del 15 vamos a llevar a cabo toda la ceremonia (del Grito), sólo que no va a haber participación de los ciudadanos por la pandemia: sin embargo, habrá una representación en imágenes de nuestra República; va a estar representado todo el territorio nacional, iluminado en la plancha del Zócalo y se va a encender la llama de la esperanza; una antorcha”.
Lo que no dijo el presidenre –en su mañanera del 11 de septiembre–, es que su gobierno copia el símbolo fascista que en octubre de 1922 inauguró el dictador Benito Mussolini y que en 1933 repitió Adolfo Hitler.
Nos referimos –como lo dijimos aquí el 3 de agosto–, a la reedición de “La Marcha de las Antorchas”, que Mussolini y Hitler convirtieron en una teatralidad en donde el fuego juega el papel de presunto purificador y supuesta energía de esperanza y renovación social. En los dos casos “La Marchas de Antorchas” fue usada como amedrentamiento para someter a las masas.
En realidad, se trata de una manipulación de las emociones colectivas que, incluso hoy, sigue siendo utilizada por grupos supremacistas, como el “Ku Kux Klan”, en cuyos rituales es infaltable el fuego de las antorchas, que desata sentimientos sociales encontrados, entre el miedo y la admiración. A esa dualidad y a esa teatralidad es a la que apela AMLO y, para lograrlo, le estorban los catolicos que acuden a la Catedral.
Pero tampoco es una casulidad que el presidente mexicano invoque de manera reiterada al dictador Mussolini, de quien se ha declarado admirador y seguidor y al que incluso llegó a comparar con Benito Juárez.
Lo cierto es que AMLO conoce bien la ambición patológica de Mussolini por el poder, su capacidad para destruir la democracia y, sobre todo, el mismo Obrador cree haberse convertido en un “nuevo César” tropical.
Lo que al parecer ignora López, es que muchos de los dictadores de los que se ha convertido en remedo, acabaron colgados en la plaza pública.
Lo cierto es que el escándalo del “Toque de Queda” en la Catedral Metgropolitana se desató cuando la noche del 13 de septiembre, a través de sus redes sociales, el vocero Hugo Valdemár, informo que “El Ejército Mexicano tomó la Plaza de la Constitución y por esta razón fue difícil para quienes deseaban participar en la Eucaristía entrar a la Catedral Metropolitana. Creo que los demás días tendremos el mismo problema”.
A primera hora del lunes 14, Carlos Aguilar Retes, arzobispo Primado, intentó desmentir la toma de la Catedral Metropolitana, por parte del Ejercito, pero no desmitió que se habían cancelado el acceso al recinto. En cambio, exigió al gobierno federal “comunicación constante y cordial” para que las partes lleven a cabo sus responsabilidades de la mejor manera.
Sin embargo y a pesar de que las partes trataron de justificar el “Toque de Queda” en Catedral, ya se había exhibido la fractura entre el gobierno de AMLO y las más altas autoridades de la Iglesia Católica mexicana.
Quedó claro que al gobierno federal y al presidente mexicano le estorban los católicos.
¿Y por qué le estorban?
Elemental, porque la noche de hoy –durante la emblemática noche de El Grito de Independencia–, veremos el nacimiento oficial del fascismo en México; el gobierno de AMLO mostrará la peor cara de las dictaduras de toda la historia; una dictadura al estilo de Mussolini y de Hitler.
¿Aún dudan que López Obrador avanza en la instauración de una dictadura?
Al tiempo.