
Gabriel García-Márquez/Sentido común
Poco a poco salen a la luz los acuerdos a los que llegaron, tanto la presidenta Claudia Sheinbaum, como su homólogo norteamericano, Donald Trump.
Acuerdos como la entrega de una segunda tanda de criminales a la justicia de Estados Unidos
Como el uso de aviones norteamericanos no tripulados, que desde el aire rastrean los feudos del crimen organizado.
Además de las venganzas políticas que necesariamente llevarán a la extradición –a México–, de presuntos criminales detenidos en territorio del vecino país del norte.
Pero también asistimos a lo que parece una infidencia de algunos de los más cercanos de Palacio.
Infidencia como la de hacer público el acuerdo binacional que autoriza –por parte del gobierno mexicano–, que aviones norteamericanos no tripulados puedan violentar la soberanía del territorio mexicano, para buscar a presuntas bandas criminales.
Y ante esa claudicación de “la señora presidenta” –porque en los hechos no le importa la soberanía nacional–, no se hacen esperar las preguntas obligadas y generalizadas, sobre la integridad de tal soberanía; esa entelequia esgrimida por todos o casi todos los dictadores latinoamericanos.
Y es que, “a cuentagotas” los mexicanos nos enteramos de los pactos entre la presidenta de México y el mandatario norteamericano; pactos inconfesables que obligan a preguntar.
¿Qué más pactaron, la presidenta Claudia Sheinbaum y su homólogo del vecino norteño, Donald Trump?
¿También pactó, señora presidenta, la entrega de sus amigos, socios y aliados políticos, conocidos como “narco-políticos” mexicanos?
¿A cuántos de esos “narco-políticos” de Morena entregará la señora presidenta a la justicia norteamericana?
¿Acaso entregará al verdadero jefe del cártel político mexicano, motejado como López Obrador?
Lo cierto es que, a ciencia cierta, nadie sabe hasta donde llegan los acuerdos y pactos de la presidenta mexicana y el presidente norteamericano. Lo que sí sabemos es que en los próximos días veremos muchas más sorpresas que vendrán de allende la frontera norte.
Y es que en Morena y en sus gobiernos pueden decir misa, pero la verdad es que la presidenta, Claudia Sheinbaum, está entregando el país a los deseos y los intereses de Trump.
Incluso, ayer mismo, en una declaración que pareció “un chiste”, el mandatario norteamericano dijo que el gobierno de México “hace lo que le dicta Estados Unidos”; declaración que confirma que el gobierno de México no es más que un títere del interés estadounidense.
Sí, de ese tamaño, resulta que por su debilidad, la presidenta mexicana no se ha convertido en la principal aliada del norteamericano Trump, sino en su principal marioneta y títere.
Y por esa razón debemos volver a las preguntas.
¿De qué tamaño es la debilidad de “la señora presidenta”, como para doblarse ante las exigencias más inaceptables y menos viables del presidente norteamericano?
¿A qué acuerdos inconfesables llegó la señora Claudia, con tal de salvar su cargo, su investidura y sus intereses, una vez que el mundo entero sabe que el de México es un “narco-gobierno”?
Sí, las respuestas están en el tiempo y los hechos hablarán hasta poner a cada quien en su lugar.
Al tiempo.