
Alejandro García Rueda/Cuarto de Guerra
De nueva cuenta al refranero popular: “¡En política no hay sorpresas, sino sorprendidos!”.
Y es que a lo largo del agonizante mes de julio, los sorprendidos han sido miles de ciudadanos mexicanos, ante las “impensables” revelaciones y descubrimientos entre “personeros” del primer círculo del poder en México y, sobre todo, dentro del aún joven gobierno de Claudia Sheinbaum.
Revelaciones y descubrimientos que ratifican, a los ojos de México y del mundo, que los líderes de la llamada “4-T”, en realidad son todo aquello que criticaron cuando eran opositores; sí, son ladrones, mafiosos, ineptos, tramposos y mentirosos, por decir lo menos.
Ruidosas revelaciones –que parecen sorprender a miles–, como la exhibición pública de los conocidos vínculos de Adán Augusto López con el crimen organizado; poder mafioso que llevó el terror a Tabasco y a todo el sureste mexicano
Miles de sorprendidos por los “austeros” viajes de “personajes” del Partido Morena, como Gerardo Fernández Noroña a Roma, Ricardo Monreal a la capital española, Mario Delgado a Portugal, los Yunes a Capri y el diputado Enrique Vázquez, a la paradisiaca Ibiza, en el Mediterráneo, entre otros.
Pero sin duda la revelación mayor –y que sorprendió a millones en México–, se produjo cuando aparecieron imágenes impensables de “Andy” López Beltrán –el hijo consentido del expresidente Obrador y el número dos del Partido Morena–, en un lujoso hotel de Tokio, la capital japonesa.
En efecto, luego de meses de ausencia total de la vida pública mexicanas, “Andy” López reapareció… pero en Japón.
Es decir, que repentinamente aquellos “morenistas” que se dicen austeros, que pregonan la “honestidad valiente”; todos quienes dicen abrazar la ideología de la “rancia izquierda mexicana”, que ponen como ejemplos para vivir a dictaduras como la cubana o la venezolana, en realidad son capitalistas empedernidos, ladrones sin freno del dinero público y adoradores de “La Dolce Vita” en los mejores y más costosos lugares del mundo.
Sin embargo, lo simpático del tema es que, a pesar de miles o millones de sorprendidos por los excesos, abusos y complicidades del primer círculo de Morena, lo cierto es que nada es novedad; no es ninguna sorpresa que Adán Augusto, Noroña, Monreal, Delgado y “Andy”, entre otros “morenistas”, son pillos de siete suelas, mafiosos, farsantes, incompetente y mentirosos.
¿Por qué entonces los escándalos por las sorpresas y los millones de supuestos sorprendidos, si Adán Augusto, Noroña, Monreal, Delgado y “Andy”, entre otros del primer círculo de Morena, siempre han sido pillos, ladrones de dinero público, mafiosos, farsantes, incompetentes y mentirosos?
Por una razón llamada “poder y política”. ¿“Poder y política”?
En efecto, lo cierto es que asistimos a una suerte de “advertencia” y “venganza política” lanzadas desde Palacio contra los adversarios de “la señora presidenta”; adversarios que curiosamente son escuderos del expresidente, López Obrador.
Una advertencia de Palacio cuyo mensaje central aparece con toda claridad y que se puede descifrar se la siguiente manera: “los estoy viendo y tengo todo para destruirlos cuando yo decida… ¡Entendieron!”.
Y para entender tal advertencia vamos al origen.
Lo primero que debemos recordar es el desaire público que Adán Augusto, Monreal y “Andy” –entre otros–, le “aplicaron” a la presidenta, Claudia Sheinbaum, el domingo 9 de marzo del 2025, frente al Zócalo capitalino, antes del inicio de la Asamblea Informativa prevista para ese día.
Resulta que esa mañana, al momento que la presidenta llegaba al Zócalo, los señores Adán Augusto y Ricardo Monreal, entre otros, parecían entretenidos con una “selfie” junto a “Andy” López Beltrán, hijo de AMLO.
Nadie le hizo caso a la presidenta, quien –literalmente–, debió avisarles que ya había llegado. La imagen del desaire provocó un verdadero escándalo que, incluso, llevó a algunos “morenistas” a disculparse de manera pública.
Sin embargo, no es nuevo el espíritu vengativo de la presidenta, quien desde entonces ordenó un riguroso escrutinio de “los trapos sucios” de Adán Augusto, Noroña, Monreal y los traidores “Yunes”, entre muchos otros.
Al mismo tiempo se ordenó un “marcaje personal” mediante imágenes y audios, todo con el fin de someter a los incondicionales de AMLO y, cuando la ocasión lo amerite, destruirlos.
Y entonces ocurrió el milagro; por montones salieron a la luz “los trapos sucios” de Adán Augusto, quien pronto caerá en desgracia, al tiempo que todos vimos el poder del “marcaje personal”; decenas de fotografías de Monreal en Madrid, de los Yunes en Capri, de Mario Delgado en Portugal y… toda una galería de “Andy” López Beltrán en Tokio.
Y ahora las preguntas. ¿Es casual el “marcaje personal” a “enemigos” de la presidenta? ¿Quién, además de Palacio, tiene el poder y la capacidad para tal “marcaje” personal? ¿Se imaginan el tamaño de la persecución de Palacio, contra los críticos, con ese descomunal poder presidencial?
Sí, en política nada es casual.
Se los dije. Al tiempo.