
Bernardo Gutiérrez Parra/Desde el Café
Del refranero popular mexicano.
“En política no hay sorpresas, sino sorprendidos”.
Y de nuevo vale el ejercicio memorioso porque luego del severo señalamiento del abogado de Ovidio Guzmán y de una congresista norteamericana –quienes calificaron al de México como un “narco-Estado”–, menudearon quienes se llamaron a sorpresa.
Pero la verdadera sorpresa se produjo cuando la presidenta, Claudia Sheinbaum, se dijo ofendida y hasta anunció que su gobierno demandó “por el delito de difamación” a Jeffrey Lichtman, abogado de Ovidio Guzmán.
Sin embargo, de nueva cuenta se equivocan en Palacio.
¿Y por qué se equivocan?
Primero, porque quien convirtió en tendencia la declaración del defensor de Ovidio Guzmán, fue la propia presidenta.
Segundo, porque al criticar a Sheinbaum, el abogado Jeffrey Lichtman ejerció en su país de origen una libertad fundamental en esa democracia, como la libertad de expresión.
Tercero, porque en Palacio ignoran que “el delito de difamación” ya es inexistente en México.
Cuarto, porque en los hechos, la presidenta mexicana lanza una persecución política contra un ciudadano norteamericano con derechos plenos; ciudadano que, por cierto, dijo lo mismo que ha dicho el presidente Trump y que repitió la congresista Marjorie Taylor Greene.
Y quinto, por a partir de lo anterior debemos preguntar: ¿La presidenta mexicana también demandará a Trump y a la congresista Marjorie?
Pero, para entender el peso de lo declarado por la congresista sobre la presidenta mexicana, aquí su dicho: “Ella es presidenta de México y debería ser capaz de detener a los cárteles y crímenes contra los estadounidenses, el narcotráfico y la trata de personas. Si ella no puede detener eso en su propio país, entonces creo que la cuestionaría: ¿Es realmente presidenta o a quién sirve realmente?”. (FIN DE LA CITA)
Pero también es cierto que, entre los mexicanos es del dominio público que todos los políticos, servidores públicos y dirigentes del partido oficial, Morena, son aliados de los cárteles criminales.
Y si lo dudan, reproducimos un fragmento del Itinerario Político titulado: “¡Será del “narco” la “paliza electoral”!”, del 19 de mayo del 2022: “En una declaración que debiera ser intolerable en una democracia funcional –que no es el caso de la democracia mexicana–, el presidente López Obrador adelantó que las jornadas electoral venideras –la de junio del 2022 y la de julio del 2024–, “serán una paliza” de su partido.
“Sin que le importen las reglas electorales y en abierta violación a la norma del INE, el mandatario mexicano utilizó una parodia “beisbolera” para adelantar lo que todos saben en México: que en 2022 y 2024 veremos otro fraude de Estado como el ocurrido en junio del 2021.
“Pero no sólo será un nuevo fraude de las instituciones estatales sino que –en por lo menos en cuatro de las seis entidades en juego–, el factor clave en los comicios del 2022 será el crimen organizado –aliado del gobierno federal–; igual que ocurrió en Michoacán, Sinaloa, Sonora, Baja California, San Luis Potosí y Nuevo León, en la contienda del 2021.
“Y es que en estados como Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Oaxaca –entre otros–, la verdadera fuerza electoral no será la del partido oficial, Morena, sino que se perfila con toda su influencia el poder de las bandas criminales que dominan “una tecnología criminal” para doblar la voluntad popular a favor de sus candidatos.
“Y ay de aquel partido, candidato y/o ciudadano que no entienda el mensaje de los barones del crimen porque –igual que en los previos a la elección del 2021–, pagarán con la vida su rebeldía electoral.
“Por eso, frente a la impronta presidencial de adelantar una supuesta “paliza” de Morena y sus candidatos en la contienda para renovar seis gobiernos estatales en junio del 2022, aparecen las preguntas obligadas.
“¿Qué es, en realidad, lo que sabe el presidente sobre los procesos electorales por venir…?
“¿Cuántos políticos, candidatos, gobernadores, líderes, servidores públicos, periodistas y ciudadanos se van a resistir a esa sutil exigencia de “la plata o el plomo” del crimen organizado?
“Lo cierto es que no es ninguna novedad que los barones del crimen hoy estén metidos “hasta la médula” en las elecciones de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca y Tamaulipas.
“Pero lo mismo revelé en los previos a la elección intermedia del 2021; dije que los partidos de la coalición PRI, PAN y PRD no sólo denunciaron sino que documentaron que la elección de ese 2021, en México, fue un proceso electoral violentado por el crimen organizado.
“Y no es una denuncia más y tampoco un señalamiento menor; en realidad se trata de un expediente que los tres partidos hicieron llegar a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la participación del crimen organizado en las elecciones mexicanas del 2021.
“Se trata de testimonios que confirman que “grupos armados secuestraron e inmovilizaron a equipos completos de campaña, se apoderaron de casillas electorales y obligaron a los ciudadanos a emitir su voto públicamente y por consigna.
“El expediente también dice que por lo menos fueron asesinados 27 candidatos a puestos de elección popular y que la presión criminal se produjo antes, durante y después del proceso electoral.
“Y hasta incluye un detallado recuento del número de agresiones contra opositores, en especial del PRI, PAN y PRD –el 80 por ciento de los ataques, amenazas y muertes–, además de cientos de testimonios de la forma en que el crimen organizado se apoderó de la elección para hacer ganar a los candidatos del partido oficial, Morena”, (FIN DE LA CITA)
Lo curioso es que nada de lo anterior es novedad para los lectores del Itinerario Político. ¿Por qué?
Porque antes, durante y después las elecciones de julio de 2018, de junio del 2021 y julio del 2024, aquí documenté lo que llamamos las “narco-elecciones” que llevaron al poder a los “narco-presidentes”, “narco-gobernadores” y “narco-legisladores” de Morena.
Sí, “narco-elecciones” y “narco-Estado” que desde 2018 son un secreto a voces entre los mexicanos.
Al tiempo.