
Felipe de J. Monroy/El lugar común como estrategia comunicativa
La parodia sería perfecta y hasta de risa loca, de no ser porque exhibe la profunda tragedia que viven México y los mexicanos, en los gobiernos de Morena.
Una tragedia que lleva a nuestro país no solo en reversa, sino sin brújula y directo a un choque que, tarde o temprano, resultará en el mayor retroceso democrático de la historia.
Un retroceso aún mayor que la creciente inseguridad; que la cada día más deficiente impartición de justicia y un decadente bienestar que, de manera irremediable, llevará a México y a los mexicanos a un choque inevitable que marcará la destrucción de nuestra joven y decadente democracia.
Y es que igual que ocurrió con el Buque Escuela Cuauhtémoc –que por la impericia de su tripulación quedó a la deriva, sin brújula y que, en reversa choco contra el puente de Brooklyn en Nueva York–, el gobierno mexicano va directo a la destrucción del Poder Judicial, lo que convertirá a nuestro país en una de las peores tiranías del mundo.
Una tiranía en donde la impartición de justicia será dictada a capricho desde Palacio, con los poderes Legislativo y Judicial a modo y sometidos, mientras que éste último –el Poder Judicial–, estará integrado a través de uno de los mayores fraudes electorales de la historia.
En pocas palabras, la tragedia protagonizada por el Buque Escuela Cuauhtémoc es la parodia perfecta de la destrucción que ha vivido el Estado mexicano en manos de los gobiernos de Morena; gobiernos plagados de incompetentes, incapaces, improvisados y vividores que confirman que –para pertenecer al partido oficial–, sólo se requiere 95 por ciento “de lealtad” y un mísero 5 por ciento de habilidad.
Sí, parodia que exhibe a México y a los mexicanos como un pueblo plagado de idiotas que, a ojos cerrados, eligieron a lo peor de su clase política no sólo para ocupar los cargos públicos más relevantes, sino para provocar el mayor saqueo de la historia, la peor depredación del dinero público y no sólo una corrupción inédita, sino el retroceso democrático más pernicioso y criminal de que se tenga memoria.
Sí, se confirma que los mexicanos eligieron a un gobierno sin timonel, sin brújula, que va en reversa, en un mar embravecido, a la deriva y que ha chocado con la historia reciente al llevar a México al primer lugar en muertes violentas, criminalidad y complicidad con los cárteles y mafias imparables.
Y precisamente frente a las tragedias del Buque Escuela Cuauhtémoc y de su parodia involuntaria, obliga preguntar: ¿Quién, de la Secretaría de Marina Armada, será sancionado por la impericia que provocó la muerte de los jóvenes cadetes, América Yamilet Sánchez y Adal Jair Marcos?
¿O acaso la señora Sheinbaum saldrá con el “sambenito” de que “todo fue culpa de un perno”?
Está claro que existe responsabilidad criminal en la tripulación de la embarcación, a tal grado que la propia “señora presidenta” dijo que La Marina Armada “ya tiene un informe” de lo ocurrido, pero… “por lo pronto no lo hará público”.
¿Y por qué ocultar tal informe, si no hay nada que temer? ¿O será que tendremos que esperar un informe de las autoridades norteamericanas, para que confirmen a los mexicanos la estulticia del gobierno mexicano?
Por lo pronto, la misma presidenta se quejó de que se había “politizado el accidente” y hasta llamó “mezquinos” a quienes se atrevieron a criticar a la Secretaría de Marina Armada.
Es decir, la misma señora que politizó el crimen de “los 43”, la misma que politizó el incendio de la guardería ABC; la misma que politizó el escándalo de “La Casa Blanca” de Peña Nieto, que politizó el Fobaproa y que politizó la supuesta “guerra de Calderón”, entre decenas de acontecimientos en los gobiernos del PRI y PAN, hoy se queja de que se politiza la tragedia del Buque Escuela.
Lo cierto es que la “señora presidenta” podrá decir misa y acusar de “mezquinos” a quienes exigen justicia por lo ocurrido en el puente de Brooklyn, pero lo cierto es que su gobierno va a la deriva, sin timonel, sin brújula, en reversa y muy pronto derribará lo que queda del Estado democrático.
Y es que, por si fuera poco, el Buque Escuela fue usado, de manera ilegal, para realizar propaganda a la elección del Poder Judicial, lo que lleva las cosas al extremo, ya que además desde el partido Morena se comete un delito más; un delito electoral.
Al final de cuentas queda claro que la “señora presidenta” no gobierna, no controla a nadie en Morena, en sus gobiernos estatales, en su gabinete y, lo peor, que no es más que una figura decorativa en Palacio.
¿Hasta cuándo?
Al tiempo