
Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
En los gobiernos del Partido Morena se tolera todo.
Sí, se tolera y solapa a los ladrones, a los criminales, violadores, asesinos y mentirosos.
Y es que los gobiernos de Morena –a nivel federal, estatal y municipal–, no sólo son el reino de la impunidad, sino que se han convertido en el refugio de las peores lacras sociales que produce la sociedad mexicana.
Lacras como el expresidente López Obrador, como Cuauhtémoc Blanco, Félix Salgado Macedonio, Ricardo Monreal, Rubén Rocha Moya y Américo Villareal, entre decenas de criminales y ladrones que se ocultan detrás del fuero de legisladores, alcaldes, gobernadores y presidentes.
Y el caso más reciente es la grosera impunidad que le regalaron diputados de Morena –además de sus aliados del PRI, PVEM y PT–, a un ladrón, criminal y violador como Cuauhtémoc Blanco, quien se refugia en el fuero que le otorga su cargo de diputado federal por el estado de Morelos.
Y es que en las últimas 48 horas todo el que quiso pudo atestiguar el circo montado –por orden de Palenque y de Palacio–, para brindar total impunidad para un criminal como el exfutbolista, acusado no sólo de ataque sexual, sino de saqueo del dinero público, de mantener vínculos con el crimen organizado y, sobre todo, de participar en un asesinato.
Sin embargo, lo simpático del tema es que al llevar al extremo la impunidad a favor del ex gobernador de Morelos, tanto el expresidente Obrador, como la presidenta Claudia Sheinbaum, confirmaron que el exfutbolista es responsable de todos los cargos de que se le acusa.
¿Y por qué Andrés y Claudia confirman que Cuauhtémoc Blanco es responsable de todos los delitos por los que es acusado?
Porque si fuera inocente, el exfutbolista podía demostrar esa inocencia sin mayor problema, ante la autoridad competente y de esa manera podría regresar fortalecido a su trabajo de legislador.
Pero fue tal el desaseo del procedimiento para retirarle el fuero al ex gobernador de Morelos –y fue tal el temor de que se presentara ante la autoridad competente–, que el expresidente Obrador y la presidenta Sheinbaum se empeñaron en garantizarle total impunidad, con lo que confirmaron que no existía más alternativa que arropar con impunidad a capa y espada, a uno de los suyos.
Y por eso la pregunta: ¿De qué tamaño es la deuda que tienen el expresidente y la “señora presidenta” con Cuauhtémoc Blanco? ¿Por qué la defensa a ultranza, a pesar de las evidencias?
Sin embargo, el tema resulta aún más escandaloso si vemos lo que dijo la “señora presidenta” cuando fue cuestionada sobre la defensa a ultranza del exfutbolista.
Lo cierto es que la “presidenta” se encargó de abrir la puerta para confirmar que los gobiernos de Morena no son más que una gigantesca fábrica de impunidad a toda prueba.
Y es que la presidenta avaló la impunidad del diputado Blanco, con una explicación impensable.
Así lo dijo: “No conozco las pruebas, es una decisión del Congreso y sí es importante el contexto, pero repito, siempre vamos a apoyar a las mujeres, eso no está en duda, pero siempre tiene que haber pruebas suficientes para un caso como este…
“Ahora, quien pone la denuncia, de donde viene la denuncia, quien la hizo… qué fiscalía… sí, el fiscal de Morelos que era encubridor de feminicidios, con muchos casos de corrupción y por eso fue desaforado por el congreso local…”. (FIN DE LA CITA)
¿Qué significa lo anterior? ¿Qué debemos entender de la defensa a ultranza que hace la señora presidenta de un criminal como Cuauhtémoc Blanco?
Lo cierto es que el desafuero del exfutbolista y la intervención de la fiscalía es precisamente para llevar a cabo una investigación profesional sobre las denuncias penales que pesan sobre el ex gobernador de Morelos.
Y la presidenta podrá decir misa, mentir como acostumbra, pero la verdad es que la defensa a ultranza de Cuauhtémoc Blanco no hace más que confirmar que desde Palacio y desde Palenque defienden a un criminal.
Al tiempo.