Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
Hoy quedó claro que el gobierno de la espuria, Claudia Sheinbaum, no sólo tiene miedo, sino pavor a la realidad mexicana, del “narcoterrorismo” que se ha impuesto en México.
Sí, un imparable “narcoterrorismo” que asoma por todo el país, sea en los recurrentes “coches bomba”, en las cabezas de víctimas del terror exhibidas en todo el territorio –sobre todo en los gobiernos de Morena–, en drones kamikazes, lanzados contra gobiernos estatales, incendios de negocios por no pagar piso; masacres y crímenes producto de la estafa delictiva.
Y es que, ahora resulta que el debate y la discusión sobre la violencia criminal que se apoderó no sólo del fallido estado de Sinaloa, sino de todo el país, debe ser entendida como “mera casualidad”, según el gobierno federal.
Sí, resulta que el gobierno espurio de Claudia Sheinbaum y su cinismo sin parangón, decidió preguntar –en la mañanera de ayer miércoles 4 de diciembre del 2024–, si los mexicanos creían que, Felipe Calderón y Genaro García Luna, pedirían perdón por “la guerra” contra el crimen organizado.
Es decir, “la presidenta” no solo alucina, sino que propone que los mexicanos debemos aplaudir la alianza de Morena con el crimen organizado, ya que combatir a los cárteles del narcotráfico y la violencia –como hicieron Calderón y García Luna–, es “pecaminoso”. Sí, eso es lo que intenta insertar en la conciencia colectiva el también fallido gobierno de “la presidenta”.
Pero el asunto es peor cuando, en el extremo –que rebasa la estulticia–, el responsable federal de la seguridad pública intentó engañar a los ciudadanos cuando asegura que “no fue un coche-bomba” el estallido que aterrorizó a los habitantes de la capital sinaloense, el pasado martes.
En efecto, mediante una explicación cantinflesca, Omar García Harfuch –el jefe de la seguridad pública en el gobierno de Claudia–, dijo que la explosión que aterrorizó a los habitantes de Culiacán no había sido producto de un “coche-bomba”, sino de “un dron” que estalló fuera del municipio de Culiacán, Sinaloa, la madrugada del martes 3 diciembre del 2024.
¿Y cuál es la diferencia entre un “coche bomba” y un “dron bomba”?
Sí, en cualquiera de los dos casos, se trata de actos terroristas; de una provocación de las bandas criminales que han recurrido a los “coches bomba” y a los drones, cada día con más frecuencia; drones llamados “kamikaze”, en casi todas las entidades del país.
Es decir, en México asistimos, de manera cotidiana, al terrorismo que, a diario, cobran la vida de miles de ciudadanos, al extremo de que los gobiernos de AMLO y de su criatura, Claudia, son los más violentos de la historia de México y del mundo.
Pero el problema del gobierno federal y del secreto que esconde la espuria Claudia es que, por todos los medios, su gobierno pretende esconder la realidad de que en México se vive un “narcoterrorismo” solapado desde Palacio y que, por esa razón, “la señora presidenta” ordenó una venganza contra el jefe de uno de los mayores cárteles de la droga; un cártel al que “ordenó liquidar”.
Pero vamos por partes.
Lo primero que debemos entender es que, conforme avanza el terrorismo en México –por parte de los cárteles criminales–, el gobierno de “la señora presidenta” diseña montajes para justificar su alianza con las más criminales y poderosas bandas mafiosas.
Pero resulta que los gobiernos de Estados Unidos no se tragan el cuento y, por esa razón, elevaron el monto de sus exigencias contra jefes de grupos criminales mexicanos como el “Cártel Jalisco Nueva Generación”.
Y por eso, el electo presidente Trump mandó un mensaje claro y contundente; el mensaje de que va por los cárteles criminales y por el cierre de la frontera sur de su país, para impedir el ingreso de más migrantes y más drogas como el fentanilo.
Pero en México, la espuria Claudia no entiende nada y, también por esa razón, decidió impedir que el gobierno norteamericano localice y capture a los jefes de las bandas criminales asociadas al Partido Morena; socios como Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho” quien, entre otras cosas, financió la campaña de la espuria Claudia.
Lo curioso es que la presidenta mando a Omar García Harfuch a Sinaloa a localizar, detener y eliminar al jefe del Cártel “de las cuatro letras”.
¿Y por qué y para qué eliminar al jefe de esa banda criminal?
Porque es el cártel criminal que financió la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum.
¿Ustedes le creen a “la señora presidenta”?
Yo tampoco.
Al Tiempo.