Jorge Romero inicia su liderazgo bajo la lupa de Claudia Sheinbaum
Aquí lo dije en todos los tonos.
Lo dije desde hace años y lo recordé apenas hace pocas semanas.
Dije que la herencia más perniciosa para la “Señora Presidenta” –la herencia del verdadero mandamás, López Obrador–, era la alianza del Partido Morena con las bandas criminales.
Una herencia que, a poco más de 40 días de gestión, ha convertido al de Claudia Sheinbaum, en un impensable gobierno del terror, con masacres a diario y más de 3 mil vidas perdidas en sólo 40 días; peor que una guerra convencional.
Un gobierno en donde los ciudadanos de todo el país viven –vivimos –, “con el Jesús en la boca”, ya que nadie está seguro dentro de su casa, en las calles cercanas a su casa, en el transporte público, en restaurantes y bares; nadie está seguro en su escuela en su lugar de trabajo, en parques y jardines y menos a bordo de su automóvil.
Y es que está claro –para todo el que quiera ver y escuchar–, que de manera deliberada los aliados del partido en el poder han desatado una ola de violencia y crimen que busca aterrorizar a la población en general.
Terror que incluye matanzas y masacres colectivas en restaurantes y bares de todo el país; que muestra los estragos del estallido de “coches bomba”, atrocidades como el crimen contra sacerdotes, ataques a medios de comunicación y cancelación de eventos como la Feria Ganadera de Sinaloa, que fue suspendida luego que el grupo criminal dominante lanzó amenazas de muerte contra el “narco-gobernador”, Rubén Rocha Moya
En pocas palabras, que en los primeros 42 días del nuevo gobierno mexicano se cumple, de manera puntual, “El Manual del Dictador”.
Es decir, que los aliados criminales de los gobiernos de Morena, han emprendido una campaña de desestabilización, de violencia y terror tal que, en cualquier momento llevará al gobierno federal a decretar un Estado de excepción, para justificar la represión a escala nacional.
Sí, se trata de toda una estratagema diseñada para imponer el terror generalizado y, con ese pretexto, justificar la cancelación de libertades fundamentales. Nada nuevo en las tiranías bananeras del continente.
Y por eso las preguntas: ¿Quién puede negar que es un acto terrorista la masacre ocurrida el pasado fin de semana, en Querétaro, en donde sicarios entraron disparando a un bar en donde mataron a 10 personas y dejaron lesionadas a otras tantas, en una matanza que supera la barbarie?
¿Quién puede negar que se trató de otro acto terrorista la masacre en el Estado de México, en donde la misma escena se repitió en un bar en donde mataron a 6 personas y dejaron lesionadas a una decena de parroquianos?
Eso sin contar la inseguridad generalizada; la violencia en las propias casas y escuelas; los asaltos y robos en el transporte público y los despojos en la vía pública.
Pero lo que no sabe el gobierno de la espuria presidenta es que aquí advertimos lo que pasaría desde hace años. Incluso apenas el pasado 28 de octubre del 2024, en el Itinerario Político titulado: “¡Se los dije, será un sexenio de terror!”, señalé que solo era cuestión de tiempo para confirmar la estrategia terrorista del nuevo gobierno.
Así lo explique: “Sólo era cuestión de tiempo.
“Y es que aún no se cumple el primer mes del gobierno de Claudia Sheinbaum y no hay un solo día sin el reporte de actos terroristas en el país.
“Por ejemplo, resultaron de terror el estallido de coches bomba en Guanajuato; el asesinato de un sacerdote en Chiapas; el atentado a balazos contra el diario Debate de Culiacán; la persecución a tiros contra juezas y trabajadores del Poder Judicial –en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas–, a manos de militares, la censura a manifestantes del Poder Judicial en el Gran Premio y el ataque reiterado contra ciudadanos por parte de las fuerzas castrenses.
“Sin embargo, para la espuria Claudia Sheinbaum, no se trata de actos terroristas, sino de hechos aislados. Pero vamos al tema desde el principio.
“Según la ONU, un acto terrorista “es aquel que implica la intimidación o coerción de poblaciones o gobiernos mediante la amenaza o la violencia, que puede resultar en la muerte de personas, lesiones graves o toma de rehenes”; criterio que retoma el Código Penal Federal.
“Queda claro, según la definición anterior, que el estallido de coches bomba, el asesinato de sacerdotes, el atentado contra medios de comunicación y los crecientes ataques de militares contra civiles indefensos, no son otra cosa que actos terroristas, que buscan generar miedo y terror entre la población…
“Y es que, en efecto, en los primeros días del gobierno de Sheinbaum, los mexicanos y el mundo atestiguaron actos terroristas que poco o nada le han importado a la presidenta y a su gobierno.
“Terror y barbarie como el asesinato y decapitación del alcalde de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, quien cumplía cuatro días en el cargo y a quien horas antes le habían matado a su secretario de seguridad y al secretario de gobierno. A pesar del peligro, nadie le brindó protección.
“Pero el terror llegó al extremo cuando las bandas del crimen organizado depositaron sobre el toldo de la camioneta del funcionario, la cabeza cercenada, a manera de advertencia ejemplar; macabra señal que parecía decir: “¡Que el mudo sepa lo que pasará a los servidores públicos que no se someten a las bandas criminales!”. ¿No es un acto terrorista?
“Pero ese era apenas el principio ya que, por ejemplo, en Sinaloa, Sonora, Chiapas, Jalisco y Tabasco, los grupos criminales se desataron en los primeros días de la naciente gestión federal, mediante crímenes, secuestros, balaceras, bloqueos carreteros, saqueos, quema de vehículos, asesinatos por negarse al “pago de piso”, levantones –sobre todo jóvenes– y, en general, la implantación del terror como “forma de gobierno””. (FIN DE LA CITA)
Sí, en los primeros días del gobierno de “La señora presidenta” hemos vivido el terror, el autoritarismo y la dictadura.
Y hoy, cuando apenas se cumple el día 42 de la gestión de la espuria Claudia Sheinbaum, se ratifica que viviremos un sexenio de terror.
Sí, se los dije. Al tiempo.