Raúl López Gómez/Cosmovisión
A lo largo de los últimos seis años –desde 2017–, en una veintena de entregas del Itinerario Político documenté, paso a paso, la gestación de la dictadura de López Obrador.
Incluso, es posible que algunos recuerden que, en las primeras ocasiones que señalé el peligro de una potencial dictadura con Obrador, no pocos políticos, críticos, intelectuales y periodistas me insultaron, difamaron y hasta me llamaron loco.
Y es que el candidato López logró engañar a muchos políticos, críticos, intelectuales y periodistas que insistían en defender a ultranza al tabasqueño, con argumentos ridiculos como “la autocontención, la honestidad intelectual” y “el amor de AMLO a México y a la democracia”.
Queda claro que nunca entendieron que “en política no hay sorpresas, sino sorprendidos”.
Hoy, a más de seis años de que empecer a documentar las pulsiones dictatoriales de Obrador, muchos de los antaño “enamorados de López” se dicen engañados y asustados por el monstruo que construyeron y se sorprenden de que Obrador colocó los últimos ladrillos de su dictradura.
¿Y cuales son esos ladrillos que coronan la dictadura lopista?
Primero, la desaparición de la fugura jurídica del “amparo”, que es el último recurso de los ciudadanos, para defenderse de los abusos del poder.
Segundo, la reforma a la Ley de Amnistia, enmienda que le otorga al presidente la libertad de sacar de prisión a los criminales que guste y mande.
Tercero, con la nueva Ley de Amnistía, la justicia se venderá al mejor postor, ya que el presidente tendrá el derecho discrecional de perdonar a los peores criminales a cambio de dinero o de favores políticos, como acusar de falsos delitos a los enemigos del régimen.
Y, cuarto, ya con todo ese poder discrecional en manos de un solo hombre, el presidente usará de manenra discrecional la prisión preventiva oficiosa, para mantener en prisión a los enemigos o críticos del régimen.
Sí, ya está aquí la dictadura de un López que, a través de la señora Claudia Sheimbaun, seguirá mangoneando el país a su entojo, además de que el Congreso ya le ofeció los instrumentos propios de todo dictador.
Pero también es cierto que la pulsión dictatorial de AMLO siempre estuvo frente a todos y no la vieron sólo aquellos que cerraron los ojos y los oídos; sea por conveniencia, complicidad o por mediocridad.
Y si aún lo dudan, a continuación un repaso de algunas entregas que desde hace seis años identificaban las pulsiones dictatoriales de a López.
Por ejemplo, en el Itinerario Político del 1 de agosto de 2017, titulado: “¡Gracias, dictador Maduro”, dije que la destrucción del sistemas electoral
venezolano, impulsado por Maduro, era una advertencia de lo que podría llevar a cabo, en México, el eventual presidente Obrador.
¿Y que fue lo primero que anunció AMLO como mandatario?
SÍ, la captura del INE y del Tribunal Electoral. Y ya los tiene en la bolsa
Meses después, el 27 de noviembre de 2017, en el Itinerario Político titulado: “¡Confesiones de un dictador!”, dije que el Proyecto de Nación de López no era más que una confesión de parte, del futuro dictador.
Y es que proponía una Fiscalía General a modo, para llevar adelante las venganzas personales de López; una amnistía a los cárteles del crimen organizado y adelantaba que no habría persecución a los capos del crimen, para entonces convertidos en aliados.
Pero el mayor peligro del eventual gobierno de AMLO, advertí ese 27 de noviembre de 2017, es la llama “Guardia Nacional”, que no es más que un grupo represor al mejor estilo de las dictaduras.
Así lo dije: “Llama la atención la ambigüedad de los objetivos de AMLO para crear la Guardia Nacional. Por ejemplo, a qué se refiere Obrador por `serenar al país´? ¿Para qué requiere una “Guardia Nacional” si ya cuenta con el Ejército, la Marina, la Policía Federal y la Gendarmería?
“Lo cierto es que la “Guardia Nacional” que propone AMLO tiene idénticas características a “La Guardia Nacional Bolivariana” de Venezuela; grupo paramilitar que sostiene al dictador Maduro”. (Fin de la cita)
Volví al tema con el Itinerario Político del 14 de diciembre de 2017, titulado. “Morena, la dictadura perfecta”, en el que advertí que rumbo a la presidencial del 2018, Morena había concentrado las peores practicas corruptas, clientelares, antidemocráticas y de extorsión política del viejo PRI y que, por tanto, el partido de AMLO era “la nueva dictadura perfecta”.
Esa entrega concluyó con la siguiente pregunta: “¿Qué hacen en Morena brillantes académicos, políticos sensatos, empresarios exitosos, periodistas preparados y ciudadanos bien educados, si se trata de una de las peores dictadura de partido? La respuesta puede ser demoledora: parece que a todos ellos les gusta la dictadura, les “vale madre” la democracia y apuestan por un futuro como el de Venezuela”. (Fin de la cita)
De vuelta a los afanes dictatoriales de AMLO, en el Itinerario Político del 20 de abril del 2018, titulado: “La dictadura tardía”, dije que de manera tardía, López intentaría imponer en México una tiranía al estilo de los sátrapas del sur del Continente en el siglo XX.
Así lo expuse: “En Morena, como saben, se vive la dictadura de un solo hombre. Y por eso la pregunta: ¿por qué creer que un eventual gobierno de Obrador sería distinto; por qué los ingenuos, incautos, bobos y hasta los idiotas siguen ciegos al mesías que promete que su gobierno será diferente; por qué la ceguera y la sordera?
“¿De verdad creen que un tirano que construyó su propio partido con dinero criminal; que es dueño único del partido; dueño de vidas y carreras de quienes militan en su partido, estaría dispuesto a someterse a las reglas de una democracia representativa, como la del presidencialismo mexicano?
“¿Por un momento se imaginan al dictador de Morena sometido a la Constitución, a la división de Poderes; a la crítica y la rendición de cuentas?
“Lo cierto es que no lo tienen que imaginar; sólo tienen que recordar: ¿recuerdan cuando AMLO fue jefe de gobierno del DF; cuando ignoró a la Asamblea Legislativa; cuando violó la Constitución, cuando extorsionó a los empleados del GDF, cuando insultó a la “Marcha Blanca” que protestó por los escandalosos niveles de violencia…”. (Fin de la cita)
Regresé al tema el 30 de abril de 2018, con el Itinerario Político titulado: “¡La dictadura está a la vista!”, en donde enumeré ejemplos de la pulsión dictarorial en Morena.
“1.- Paco Ignacio Taibo II proponía a López expropiar a los empresarios adversarios y fusilar a los opositores.
“2.- Claudia Sheinbaum levantaba la clausura a negocios en Tlalpan, a cambio de afiliarse a Morena.
“3.- Y recudadoras como Rocio Nalhe y Delfina Gómez pregonaban su recaudo proveniente del crimen organizado”. (Fin de la cita)
Luego de las entregas del Itinerario Político del 20 y 30 de abril de 2018, López Obrador lanzó la más demencial persecusión contra el autor de Itinerario Político, a quien sicarios de López a sueldo difamaron y calumiaron en redes mientras AMLO exigió despedir de todos los medios donde opinaba Ricardo Alemán.
Aún así, seguí la evolución de la dictadura de AMLO y, por ejemplo, en el Itinerario Político del 10 de agosto del 2022, titulado: “Sí, el dictador se quitó la máscara”, dije que solo había sido cuestión de tiempo para que López Obrador mostrara su verdadero rostro de tirano.
Así lo explique: “Y es que, a querer o no, lo que hoy vemos es la insturación, por decreto, de la dictadura mexicana; una autocracia anunciada el 15 de junio del 2021, desde Palacio, en donde López dijo que propondría, en su momento, que la Guardia Nacional pasara a formar parte de la Sedena.
“De esa manera, el 8 de agosto del 2022 se concretó la militarización cuando, por decreto, Obrador violentó la Constitución y convirtió a la (Sedena) en el brazo operativo de la Seguridad Pública.
“Es decir, la dictadura de López siempre ha estado a la vista de todo aquel que quisiera verla. Pero también es cierto que Obrador sólo engañó a los idiotas que a gritos exigían ser engañados. Al tiempo” (Fin de la cita)
A la vuelta de los años, López tiene en sus manos todas las armas del dictador: el control total de los árbitros electorales; la facultad de dejar libre a quien se le antoje; la fuerza de llevar preso a quien le plazca y dispone de dos ejércitos incondicionales; el ejército del crimen organizado y las fuerzas federales, a las que corrompió hasta la saciedad.
¿Aún dudan que ya estamos en dictadura? Se los dije.
Al tiempo.