Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
Hoy iniciamos un recuento de los fracasos más escandalosos del gobierno de López Obrador: una gestión fallida a pesar de que, como pocas, llegó al poder con el respaldo y la legitimidad de 30 millones de mexicanos.
Pero también es cierto que muchos de los millones de ciudadanos que votaron por AMLO se niegan a reconocer que terminará como una de lss peores gestiones de la historia, en especial por la inseguridad; fracaso que colocó a México entre los países más inseguros del continente y del mundo.
Por eso, vale recordar que entre 2006 y 2018 –durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña–, el incansable líder opositor llamado López Obrador colocó el tema de la violencia criminal como una de sus prioridades, de llegar al poder.
Sí, durante todos esos años prometió que, de ganar el voto popular, se acabarían las masacres, no habría más muertes violentas, erradicaría los feminicidios y que no habría un solo periodista asesinado.
Es decir que, con AMLO en el poder, México sería algo así como el paraíso de la seguridad, ya que eterno aspirante insistía en que los criminales dejarían las armas a cambio de los tractores y que, tal cambio, abriría paso a la estratagema de “los abrazos, en lugar de los balazos”.
Y frente a esas promesas francamente “chabacanas”, aquí siempre dijimos que López era un farsante y que sus promesas eran imposibles de cumplir, sobre todo porque desde 2017 y 2018 aparecieron claros signos de una alianza entre el partido Morena y el crimen organizado.
Y a pesar del evidente nacimiento de los “narco-gobiernos”, y siempre con la ayuda de sus propagandistas, de 2006 y hasta 2018, Obrador sembró en la conciencia colectiva el exitoso lema: “¡No más sangre!”; eslogan de repudio a los crímenes violentos en los gobiernos de Calderón y Peña Nieto.
Hoy, sin embargo, la realidad se estrella en la cara de un presidente demagogo y mentiroso, ya que estimaciones de expertos señalan que, al final de su sexenio –el 30 de septiembre del 2024–, el de AMLO será el peor sexenio a causa de la violencia criminal, el del mayor número de masacres, más feminicidios, más atrocidades y más periodistas asesinados.
Es decir, un fracaso total en materia de seguridad, ya que los mexicanos habremos pasado del contundente: “¡No más sangre!” a los lamentables e incontenibles “ríos de sangre” por todo el país.
Y si lo dudan, la frialdad de los números no miente.
1.- Para empezar por el principio vale recordar las cifras de muertes violentas en los últimos cinco gobiernos federales.
En el sexenio de Carlos Salinas se cometieron un promedio de 78 mil muertes violentas. En el de Zedillo 80 mil crimines violentos. Con Fox la incidencia bajó a 61 mil defunciones a causa de la violencia. En la gestión de Calderón se dispararon a 122 mil los mexicanos que perdieron la vida de forma violenta y con Peña Nieto la cifra fue de escándalo, con 157 mil muertes violentas.
2.- Sin embargo, estimaciones conservadoras de especialistas en el tema, señalan que el gobierno de López Obrador terminará con poco más de 200 mil muertes violentas. Es decir, casi tres veces más crímenes violentos que en los gobiernos de Salinas, Zedillo y Fox.
O si se quiere, 70 por ciento más muertes que en el gobierno de Calderón y 25 por ciento más que con Peña Nieto.
Así el tamaño del fracaso y, sobre todo, de la irresponsabilidad del peor gobierno federal en la lucha contra la violencia y el crimen.
3.- Pero si aún no los convencen las cifras arriba citadas, vale recordar que en el gobierno de Calderón se cometieron, en promedio, mil 300 homicidios dolosos por mes, mientras que en la administración de Peña Nieto esa cifra se elevó a mil 800 mexicanos asesinados al mes.
Pero con López Obrador, cada 30 días son asesinados poco más de 2 mil 300 mexicanos; lo que significa casi 80 ciudadanos asesinados al día, lo que nos lleva a una cifra de terror por hora, ya que cada 60 minutos mueren en promedio 3 ciudadanos mexicanos. Eso durante más de cinco años.
4.- Y qué decir de las masacres, que rebasan las 20 mil, los feminicidios, convertidos en una verdadera epidemia en todo el país; además de que están fuera de control la muerte de luchadores sociales, sacerdotes, periodistas y ciudadanos extranjeros.
5.- Pero acaso el mayor escándalo es el de los desaparecidos en el gobierno de AMLO, que alcanzan una cifra de terror –poco más de 110 mil mexicanos reportados como no localizados–, y que son borrados de la estadística oficial, frente al repudio internacional.
Y ahora las preguntas.
¡Hasta cuando la complicidad de los medios, de no pocos periodistas e intelectuales, de empresarios y dueños de medios?
Y es que, por ejemplo, masacres como la de Salvatierra, Guanajuato, cometida el pasado fin de semana y que costó la vida a 12 jóvenes, sólo ameritó la primera plana de cuatro diarios de la mal llamada prensa nacional.
¿Quién sancionará al criminal presidente López Obrador?
Al tiempo.