Carlos Ramírez/Indicador político
La pregunta que titula la presente entrega del Itinerario Político la formule aquí el 22 de mayo de 2018, pocas semanas antes de la elección presidencial de ese año.
El encabezado de aquella entrega fue el siguiente: “Culto a la ignorancia, la transa y la estupidez” y era una criticas a la ceguera de una mayoría de electores quienes, a pesar de las evidencias, se negaban a ver el peligro que significaba el candidato más aventajado, López Obrador.
Y es que, en aquel momento, cuando el país entero estaba expectante por una elección presidencial que sería histórica, también era evidente que a los electores mexicanos poco o nada les importó que el aspirante más aventajado fuera un probado ignorante, transa y mitómano.
Sí, a pesar de que muchos advertimos lo que vendría con un gobierno de López, la contienda se resolvió con una votación histórica a su favor.
Hoy, luego de cinco años de tal gobierno, queda claro que es una gestión plagada de ignorantes, transas y mentirosos, empezando por el propio presidente. Y por eso volvemos a preguntar: ¿En el 2024, el electorado mexicano finalmente abrirá los ojos?
La duda persiste, a pesar de que López Obrador ha mostrado, de manera irrebatible, que no solo es un ignorante sino un mentiroso, transa, vengativo, violador de la Constitución, destructor de la democracia y que su gestión es, en los hechos, una “narco-dictadura”.
Y por eso volvemos a preguntar. ¿Qué tiene que ocurrir en México para que los electores abran los ojos sobre el peligro otro gobierno de Morena?
¿Qué tiene que ocurrir para que los electores entiendan que el voto por Morena, en el 2024, será un voto por la destrucción de la democracia?
¿O será que también en el 2024 veremos el culto ciudadano a la ignorancia, la transa, la mentira y la corrupción?
Y si hace seis años nadie –con los ojos abiertos–, podía decir que no se podía saber lo que vendría en un gobierno de López Obrador, hoy nadie se podrá llamar a sorpresa con la destrucción que traerá la señora Claudia Sheinbaum, si llega a la presidencia.
Y para quienes lo han olvidado y para aquellos que pecaron de ingenuos, aquí un fragmento del Itinerario Político de aquel 22 de mayo de 2018, titulado: “Culto a la ignorancia, la transa y la estupidez”.
Así lo dije: “Luego de ver los dos primeros debates presidenciales cualquiera “con dos dedos de frente” puede concluir que algo está muy mal en la democracia mexicana.
“¿Cómo es posible que –según las encuestas–, el puntero presidencial sea un “líder social” con la ignorancia mostrada por López Obrador?
“Se puede entender que los ciudadanos de a pie, sin información, atrapados entre el enojo y el odio, se digan hartos del PRI, PAN y PRD luego de los malos gobiernos de esos partidos. Se puede entender que gracias al eficiente discurso populista de AMLO muchos ciudadanos comunes se digan decididos a votar por el candidato de Morena.
“Pero lo que resulta inexplicable –por donde se vea–, es que reputados intelectuales, académicos y hombres de empresa aplaudan y hasta se digan convencidos que el candidato de Morena es el mejor para encabezar el Ejecutivo Federal, cuando en los hechos ha mostrado su absoluta ignorancia de todo lo que concierne al Estado.
“Pero cuando vemos que en redes y digitales miles de anónimos salen a la defensa rabiosa de la ignorancia mostrada por AMLO en los dos debates, el asunto adquiere matices de tragedia. ¿Por qué?
“Porque ya no sólo asistimos al fanatismo en torno a Obrador, sino al culto a la ignorancia, la mentira, la transa y la estupidez. Es decir, el puntero es el candidato más ignorante, incapaz, más atrasado y mentiroso.
“Y seguramente muchos reaccionarán airados por la conclusión anterior. Sin embargo, la realidad es terca y contundente; muchos ciudadanos mexicanos, de distintas regiones del país y diversas formaciones, confirman que estarían dispuestos a votar a favor del más tonto, más ignorante y hasta el más imbécil. ¿Abrirán los ojos los electores?” Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
Hoy, a casi seis años de aquella entrega del Itinerario Político, el tiempo me da la razón de nueva cuenta.
En efecto, 30 millones de electores mexicanos no abrieron los ojos y prefirieron votar por el más tonto, más ignorante, más mentiroso y hasta el más imbécil.
¿Volverán a ganar en el 2024 los más tontos, ignorantes, más mentirosos y los más imbéciles?
Al tiempo.