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ANAYA DUDA DE YUNES
Aparte del abierto rechazo del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, y del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle –aspirantes a la Presidencia de la República que demandan elegir democráticamente al candidato presidencial del Frente Ciudadano por México (FCM) ante la anunciada imposición del dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya–, el líder del partido blanquiazul enfrenta también la resistencia de al menos 8 de sus 12 gobernadores que no están de acuerdo en ceder las principales candidaturas federales o locales al PRD y a Movimiento Ciudadano (MC) en sus respectivas entidades.
En Veracruz, por ejemplo, aunque el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares ha sido hasta ahora un reconocido aliado de Anaya, ha comenzado a ponerse en duda la lealtad del mandatario veracruzano si es que finalmente el presidente del CEN del PAN decidiera negarle a su primogénito Miguel Ángel Yunes Márquez la nominación a la gubernatura para dársela al dirigente de MC, Dante Delgado, quien sería la otra opción del FCM dado que Yunes no ha dejado crecer políticamente en Acción Nacional a ningún otro aspirante que pudiera opacar al munícipe boqueño.
Y es que tanto Mancera como el poblano Moreno Valle, quienes la semana pasada difundieron maliciosamente su encuentro con la aspirante “independiente” Margarita Zavala –la cual renunció hace un mes al PAN precisamente por la inminente imposición de Anaya como abanderado presidencial–, han advertido al panista queretano que si no abre el proceso interno para la selección del candidato a la Presidencia de la República, le podría ocurrir lo mismo que le pasó al ex dirigente priista Roberto Madrazo en la sucesión de 2006, quien por imponerse terminó uniendo a gobernadores y miembros de la nomenclatura del PRI que lo desfondaron hasta el tercer lugar en la votación nacional.
Sin embargo, hasta el momento Anaya sigue resistiéndose a ceder al capricho de su aliado en Veracruz, quien continúa presionando al dirigente nacional del PAN pese a que éste le ha mandado a decir en más de una ocasión que no se vería bien que le pretenda heredar la gubernatura a su hijo.
Pero, según ha trascendido, además de que en lo personal no está de acuerdo en convalidar este nefasto acto nepotista, Anaya también tendría serias dudas de que aun cediéndole la candidatura a gobernador para su hijo, Yunes Linares se mantenga leal a él para ganar la
Presidencia de la República, pues varios de sus correligionarios se han encargado de recordarle el historial de traiciones del gobernante veracruzano.
Por ello es que algunos panistas advierten que si el hijo es candidato a gobernador, Yunes Linares haría todo por hacerlo ganar, hasta negociar la elección presidencial en Veracruz, como el ex dirigente estatal del PAN, Alejandro Vázquez Cuevas, lo aseguró en uno de los debates entre los candidatos a la gubernatura en 2016. “El Pipo” Vázquez, ex abanderado del PANAL, acusó a Yunes de haber traicionado a Josefina Vázquez Mota en la sucesión presidencial de 2012, al haber negociado presuntamente con el entonces gobernador Javier Duarte su apoyo para el candidato priista Enrique Peña Nieto a cambio de que su hijo Fernando Yunes Márquez amarrara el escaño senatorial de primera minoría.
De ahí que Anaya estaría tratando de convencer a Dante Delgado de que acepte contender por Veracruz, pues con el líder de MC el aspirante del PAN sí tendría absoluta certeza de que no negociaría la gubernatura por la elección presidencial con Peña Nieto, quien casualmente le aumentó a Yunes en 14.1 por ciento las participaciones federales para 2018, el cual representa un monto de 7 mil 500 millones de pesos más, equivalente a casi la totalidad del déficit financiero del gasto operativo anual del gobierno panista.
Esta bolsa se sumaría a los 46 mil millones de pesos que el estado de Veracruz ya recibe por concepto de participaciones federales desde el Gobierno de la República a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cuyo titular, José Antonio Meade, es mencionado como el potencial candidato del PRI para suceder a Peña Nieto en la Presidencia de la República.
De aprobar la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión tal cual el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación de 2018 que le fue entregado por Meade Kuribreña, Veracruz sería el estado que más se beneficiaría con este incremento sin precedentes en las participaciones federales.
Por eso es que aunque su administración no ha fortalecido sus ingresos propios ni ha reducido al máximo su gasto corriente como recomendaban expertos en finanzas públicas, el pasado miércoles 8 de este mes, al anunciar la renegociación de la deuda pública del gobierno del estado, Yunes Linares afirmó que “vamos a entregar a Veracruz con finanzas estables, no habrá déficit financiero en noviembre de 2018”, y que “a diferencia de lo que sucedió (en 2016), el Gobernador que me suceda no encontrará arcas vacías, encontrará una deuda refinanciada, transparencia y honestidad en el manejo de los recursos públicos”.
Por supuesto que al sucesor que más le gustaría entregar la gubernatura el año próximo sería a su hijo primogénito. Habrá que ver si Anaya y Dante le complacen su nepotismo.