Ricardo Alemán/Itinerario político
* DOÑA OLGA
Hace exactamente un mes visitó Xalapa doña Olga Sánchez Cordero, ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien además de ser candidata plurinominal de MORENA al Senado de la República ha sido propuesta por Andrés Manuel López Obrador para ocupar la Secretaría de Gobernación en su gabinete presidencial.
En aquella ocasión, cuando los adversarios de López Obrador aún dudaban seriamente que el tabasqueño pudiera ganar la elección –y mucho menos se imaginaban que lo hiciera de la forma tan apabullante como lo consiguió–, las palabras de doña Olga no tuvieron el mismo impacto en los destinatarios como sí los tuvo este lunes 2, al día siguiente de los comicios en los que arrasó el líder fundador de MORENA.
Sin embargo, desde la primera semana de junio en la capital veracruzana, acompañada de dirigentes y candidatos morenistas, entre ellos el abanderado a la gubernatura, Cuitláhuac García Jiménez, la señora Sánchez Cordero expresó tajante: “Que se oiga bien y que se escuche lejos (…), la pacificación de nuestro país empieza con el respeto a este proceso electoral”, por lo que como futura titular de la SEGOB exigía a los gobernantes que no se entrometieran en el proceso electoral, “no sólo por el bien del Estado (refiriéndose a Veracruz) sino de México”.
“Ustedes tienen la responsabilidad, señores gobernadores y señor Presidente, del cauce de la legalidad, que el proceso electoral sea ordenado, democrático, institucional y pacífico”, reiteró, remarcando que “se los exigimos como mexicanos”, ya que, dijo, “el bien superior de la Nación es lo que estamos reclamando porque de ellos depende la gobernabilidad del país, la transición pacífica”.
Esa vez, la advertencia la dirigió desde un foro organizado en el auditorio del Sindicato de Trabajadores de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”. Pero este lunes 2, la ministra en retiro de la SCJN lo hizo vía telefónica con todos los gobernadores del país, entre ellos el panista veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares, quien para esas horas todavía se resistía a admitir la derrota de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez ante el candidato de MORENA, Cuitláhuac García, a quien las encuestas de salida oficiales del Instituto Nacional Electoral (INE) le daban una clara ventaja de 7 puntos desde la noche del domingo.
Según ha trascendido, la primera frase de doña Olga siempre es “le llama la próxima secretaria de Gobernación”, ofreciéndoles a los gobernadores del PAN, PRI y PRD “trabajo conjunto, colaboración y mutua responsabilidad”.
Sin embargo, cuando ella tome posesión de la SEGOB el 1 de diciembre próximo, Yunes Linares estará entregando simultáneamente la gubernatura de Veracruz.
¿Qué le pudo haber dicho entonces doña Olga al mandatario veracruzano para que al día siguiente, martes 3, su renuente hijo saliera a reconocer que los resultados de la elección no le eran favorables?
¿A poco le recordó el caso Atenco, que actualmente está en manos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y que como ministra de la Corte a ella la indignó por el abuso sexual que policías federales subordinados de Yunes cometieron contra un grupo de mujeres en 2006 en el Estado de México?
¿A poco le habrá recordado el caso del violento desalojo de San Salvador Atenco, que actualmente está en manos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y que como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a ella la indignó por la tortura sexual que policías subordinados de Yunes, a la sazón subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la SSP federal, cometieron contra un grupo de 23 mujeres en mayo de 2006 en el Estado de México, que era gobernado por Enrique Peña Nieto?