Andi Uriel Hernández Sánchez/Contrastes
Los antiobradoristas que simpatizan con la alianza “Va por México” (PRI-PAN-PRD) y, por supuesto sus malquerientes, no bajan a Dante Delgado Rannauro de “traidor” y “cómplice” del presidente Andrés Manuel López Obrador, no obstante las diferencias que públicamente ha ventilado el ex gobernador de Veracruz con el tabasqueño desde antes que éste asumiera el Poder Ejecutivo federal.
En 2015, por ejemplo, entrevistado por el periodista Ciro Gómez Leyva, López Obrador habló de los “tiempos nuevos” en los que, decía, “debe buscarse la alianza con los ciudadanos, no con partidos que han dejado de ser opción, alternativa, porque han perdido la autoridad moral.”
¿Incluyes a Movimiento Ciudadano plenamente en esta categorización?, le preguntó sorprendido Gómez Leyva.
“Sí, sí, porque buscan más los cargos, y nosotros lo que buscamos es transformar este país”, respondió tajante el entonces dirigente nacional de Morena.
Al día siguiente Gómez Leyva entrevistó a Dante y le citó lo que le había dicho su ex candidato presidencial. Pero el veracruzano respondió en tono conciliador. “Con Andrés Manuel y con Morena, amor y paz. Quiero decirlo claramente: la confrontación que nosotros tenemos es contra un viejo régimen soportado por el PRI y por el PAN al que, lamentablemente, se sumó el PRD en el Pacto por México” que “nosotros decidimos no firmarlo”, expresó el fundador de Movimiento Ciudadano hace seis años.
En la sucesión presidencial de 2018 Delgado Rannauro ya no apoyó a López Obrador como sí lo había hecho en 2006 y 2012. Decidió aliarse con el PAN y PRD para postular a Ricardo Anaya a la Presidencia de la República y al primogénito de su histórico enemigo político Miguel Ángel Yunes Linares a la gubernatura de Veracruz. Perdió ambas elecciones. En este proceso electoral optó porque Movimiento Ciudadano contendiera solo para medir su fuerza real.
De acuerdo con las últimas tendencias que se publicaron antes de la veda electoral, los candidatos de Dante a las gubernaturas de Nuevo León, Campeche, Colima y Nayarit resultaron altamente competitivos. También los que contienden por las alcaldías de Guadalajara y Monterrey, las dos principales capitales del occidente y norte del país. En Jalisco están por refrendar su hegemonía. “Esto es porque desde hace años comenzamos a construir un proyecto que da buenos resultados desde lo local”, publicó hace un par de meses el senador jalisciense Clemente Castañeda, coordinador nacional de MC, quien subrayó que “Movimiento Ciudadano tiene en claro su papel en esta coyuntura”.
En cuanto a la elección de diputados federales, el partido naranja obtendría alrededor del 7 por ciento de la votación, lo que le representaría entre 17 y 32 curules en la próxima Legislatura, suficientes para que MC incida en la toma de decisiones del régimen obradorista que deban pasar por la Cámara baja del Congreso de la Unión, ya que Morena difícilmente alcanzará la mayoría calificada aun sumando los votos de los futuros legisladores del PT y PVEM, sus aliados en este proceso electoral.
El miércoles pasado, día del cierre de campañas, Dante se reunió en la capital veracruzana con sus candidatos y candidatas de las zonas de Xalapa, Emiliano Zapata, Córdoba, Veracruz, Boca del Río, La Antigua y Medellín, y ahí afirmó que “Veracruz es principio y será fin de un proyecto de regulación nacional”.
Delgado manifestó que Veracruz es el punto de partida del proyecto de Movimiento Ciudadano y que desde aquí se construyen los nuevos liderazgos que requiere el estado y país, pues aseguró que “no se puede estar satisfechos de que exista tanta mediocridad, pues da vergüenza que tengamos como alternativa gobiernos incompetentes”.
“En Movimiento Ciudadano vamos a emerger con lo que somos, y somos la única fuerza capaz de ganar con trabajo y determinación, porque la victoria se construye. A partir del próximo lunes se sabrá que la nueva opción electoral es Movimiento Ciudadano, porque también vamos a ganar el gobierno de Veracruz y la Presidencia de la República en el 2024”, afirmó.
Sin embargo, por ahora, quizá no le vaya tan bien en su estado natal como en otras regiones del país, confirmándose el refrán de origen bíblico de que “nadie es profeta en su propia tierra”.