Andi Uriel Hernández Sánchez/Vivienda popular, otra demanda insatisfecha
Muy discrecionalmente ha circulado que el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, estará este lunes 27 en Xalapa.
En un principio, según trascendió, estaba programado un desayuno en casa de un ex dirigente estatal del tricolor, para el cual se había invitado a un selecto grupo de líderes priistas, pero de última hora decidieron rentar un salón de un hotel ubicado sobre la avenida Lázaro Cárdenas, a escasos metros de la monumental araucaria que el famoso escultor Sebastián diseñó bajo el generoso patrocinio del gobierno de Fidel Herrera Beltrán (2004-2010), el penúltimo mandatario priista de Veracruz.
Pareciera que a la burocracia a cargo del PRI estatal les diera vergüenza el estado catatónico en que se encuentra después de la reciente elección, en la que no sólo fueron barridos en la elección federal –de Presidente de la República, senadores y diputados al Congreso de la Unión– sino también en los comicios de gobernador, para los que postularon a Pepe Yunes Zorrilla, un excelente candidato, y de diputados locales, sin ganar uno solo de los 30 distritos electorales de mayoría relativa y consiguiendo a duras penas dos diputaciones plurinominales, una de las cuales fue para Ana Rosa Valdés Salazar, ex alcaldesa de Paso de Ovejas y esposa del dirigente estatal Adolfo Ramírez Arana, quien no pudo contener la desbandada de militantes en la sucesión estatal 2023-2024.
Por primera vez en la historia del PRI en Veracruz, el tricolor no alcanzó las tres curules que como mínimo exige la Ley Orgánica del Poder Legislativo para integrar una bancada con derecho a voz y voto en la Junta de Coordinación Política del Congreso local. Actualmente, Héctor Yunes Landa, el segundo diputado plurinominal del Revolucionario Institucional, acude a las sesiones de la Jucopo pero no puede votar los acuerdos.
Responsabilizan al “Fofo” Ramírez Arana de tomar decisiones equivocadas que contribuyeron a la deserción de buena parte de su militancia, cuyo desencanto obviamente terminó restándole sufragios a su propio candidato a la gubernatura.
Por ejemplo, a mediados de enero 2024 en Tantoyuca, en plena sucesión gubernamental, el doctor Jorge Morales Trinidad, ex diputado local, ex presidente del partido y ex candidato a la alcaldía, y el ingeniero Margarito Serna del Ángel, dirigente del Comité Directivo Municipal del PRI, junto con líderes regionales de la Central Campesina Independiente (CCI) y de organizaciones de taxistas, entre otros, renunciaron al Revolucionario Institucional en protesta porque sin previo aviso del Comité Directivo Estatal les impusieron en la dirigencia municipal al profesor Carlos Héctor Torres Martínez, a pesar de señalarlo de estar en la nómina del PAN.
Ahora, a escasos cuatro meses de la elección de los 212 ayuntamientos veracruzanos, salvo el municipio de Cosoleacaque –donde el PRI sólo resultaría competitivo si finalmente se postulara Cirilo Vázquez Parissi, hermano del actual alcalde Ponciano Vázquez–, el priismo no aspira a ganar una sola de las otras 29 cabeceras distritales locales de la entidad, pues en Orizaba, que es su otro bastión que perdió de manera apabullante en 2024, el munícipe Juan Manuel Diez Francos, líder del grupo empresarial que bajo las siglas del tricolor ha gobernado la Pluviosilla desde 2007, se apresta a sumarse a la 4T postulando candidato a través del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), aliado de Morena.
Habrá que ver qué cuentos y cuentas le dan hoy a “Alito” Moreno y si el priista campechano se las cree.
LA CEAPP, INÚTIL,
DEBERÍA DESAPARECER
Vaya relajo el que armaron los actuales encargados de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP), un organismo supuestamente autónomo pero que por el millonario subsidio público que recibe del régimen, sus directivos suelen plegarse a la línea política que les marca el gobernante en turno.
Así ha sido, lamentablemente, desde que el ex gobernador priista Javier Duarte la creó dotándola constitucionalmente de autonomía luego de haber desaparecido la comisión anterior que su antecesor, Fidel Herrera Beltrán, había adscrito a la Secretaría de Gobierno a propuesta del director del Colegio de Periodistas, José Pablo Robles Martínez, editor de Diario del Istmo y de Imagen de Veracruz, y del extinto académico y ex coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Ignacio Oropeza López.
Duarte de Ochoa reinventó la CEAPP como una estratagema política para enfrentar la crisis que le explotó a su administración con la desaparición y ejecución de periodistas, cuyo número rebasó al de otras entidades.
No fue una iniciativa impulsada por los comunicadores, sino por el régimen priista para acallar las críticas de la opinión pública que tambalearon al mandatario que al final de su sexenio no pudo sostenerse en el poder, pues en octubre de 2016 tuvo que solicitar licencia para separarse de su cargo ante la persecución que inició en su contra la Fiscalía General de la República (FGR) por lavado de dinero y asociación delictuosa.
Después de Duarte gobernó Miguel Ángel Yunes Linares, de la alianza PAN-PRD, quien también impuso a sus incondicionales en la CEAPP. Y lo mismo ocurrió con Cuitláhuac García, de Morena, pese a que su líder, el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, le endosó la misión de construir el primer piso de la Cuarta Transformación en Veracruz.
Ahora le ha tocado el turno a Rocío Nahle, también de Morena. Y, por lo que se ve, será más de lo mismo.
¿Tiene caso seguir sosteniendo un “órgano autónomo” como la CEAPP que no funciona como tal? Duele aceptarlo, pero lo tenemos que reconocer. Los recursos públicos que ejerce les serían de mayor provecho a los niños con cáncer.
Si ya van a desaparecer el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI), ¿por qué no aprovechan de una vez para hacer lo mismo con esta seudo comisión de “protección” a periodistas?