Gabriel García-Márquez/Sentudo común
La trágica muerte de Abraham Márquez Carmona, un trabajador de 57 años de edad adscrito a la Subdirección de Operaciones de Radio Televisión de Veracruz (RTV) que falleció este martes 27 al caer accidentalmente de una escalera desvencijada cuando sustituía la lámpara de uno de los estudios de la televisora estatal, destapó la cloaca encubierta en este organismo público descentralizado y que durante este sexenio que está por finalizar fue dirigido por Víctor Hugo Cisneros Hernández, un ex protegido del ex secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos –con quien se le vincula familiarmente–, y que desde noviembre de 2022 es vicepresidente del Consejo Directivo de la Red de Radiodifusoras y Televisoras Culturales de México (RED México).
Este miércoles, empleados de RTV difundieron un comunicado en el que denuncian que “en Radio Televisión de Veracruz hemos sido testigos de un deterioro sistemático y sostenido que ha comprometido no solo nuestras condiciones laborales, sino también nuestra seguridad y dignidad como trabajadores. Años de negligencia, falta de mantenimiento y decisiones mal tomadas han creado un entorno de trabajo precario e inseguro. Este entorno es el que ayer cobró la vida de nuestro compañero Abraham, quien falleció al intentar cambiar un foco en el estudio de televisión. No es solo una escalera en mal estado lo que nos ha traído hasta aquí; es la acumulación de errores, omisiones y desprecio hacia quienes trabajamos día a día para sacar adelante esta institución”, puntualizan.
Entre la “lista de agravios” destacan que “fuimos testigos del desvalijamiento de nuestra unidad móvil Xico dentro de las instalaciones del parque deportivo Colón, un saqueo de más de 2 millones de pesos que, debido a la falta de facturas originales, no pudo ser cubierto por el seguro”, recriminando que, “como es costumbre, este incidente fue tratado con evasivas y culpas ajenas”. También señalan que “en un acto de desidia y falta de visión, la institución perdió la concesión de televisión, dejando de salir al aire y regresando eventualmente en otro canal del espectro. Tras 42 años de identificación, se confirmó la pérdida de las siglas XHGV (Gobierno de Veracruz) al no renovar la concesión de este medio estatal. Este hito negativo, que afectó profundamente la presencia y operación del medio, fue maquillado para desviar la atención de la verdadera responsabilidad. Asimismo, la certificación ISO, que tanto esfuerzo nos costó y que traía consigo innumerables beneficios para el sistema y para el estado de Veracruz a nivel internacional, también se perdió. Con ella se fueron las oportunidades de mejora en los procesos internos y el reconocimiento que con tanto esfuerzo se había ganado”.
Reprochan que “hoy en día, las afectaciones son palpables en cada rincón de nuestra institución. Las sillas en las que nos sentamos están en condiciones deplorables, los equipos informáticos son insuficientes para sostener nuestras labores cotidianas, y muchos de nosotros hemos tenido que improvisar para poder trabajar. La situación es tal que hemos salido del aire por falta de plantas de luz, cuyo mantenimiento nunca se llevó a cabo de manera adecuada”.
Enlistan, además, el estado deplorable en que se encuentran los sanitarios; una consola Studer de primer nivel descompuesta pese a ser “una herramienta esencial que nos permitía operar con un amplio rango de acción”; cámaras de TV “sostenidas con palos porque sus elevadores ya no funcionan”; técnicos de plataformas digitales que tienen que llevar equipo propio para trabajar, y, entre otras tantas anomalías, citan que “la Unidad Móvil Citlaltépetl fue desmantelada para equipar parcialmente el Estudio C y reponer lo robado de la Unidad Móvil Xico en el Estadio Colón”, de Xalapa. Refieren que “esta última sigue sin estar equipada al 100%, utilizando una consola prestada de solo 6 canales, lo que limita las producciones. No cuenta con microfonía, y su equipo de video está obsoleto o dañado”. Y añaden que “la Unidad Móvil Coatzacoalcos presenta cables de cámara dañados, tarjetas de video averiadas, y baterías de emergencia inservibles, problema común en todas las unidades. En los Estudios A, B y C, las consolas análogas están en mal estado, con canales inoperativos. Los equipos de cámaras, trípodes y micrófonos también tienen fallas. Existen goteras, falta de monitores de audio de calidad y pilas para operar. Además, hay escasez de personal capacitado, y el nuevo personal no está especializado, afectando la calidad del trabajo”.
Sobre el parque vehicular, que alguna vez contó con alrededor de 30 unidades, comentan que “se redujo a 14 vehículos de los cuales actualmente sólo son funcionales muy pocos”. Exponen que “la falta de unidades y gasolina ha afectado nuestra capacidad para reportear y cubrir los eventos a los que estamos comprometidos. No solo enfrentamos una grave escasez de unidades, sino que los pocos que quedan están en condiciones deplorables. La falta de mantenimiento ha resultado en vehículos con frenos deficientes y llantas lisas, poniendo en peligro la seguridad de quienes los operan. Es inaceptable que debamos exponer nuestras vidas por la negligencia y falta de gestión de los responsables”.
De los equipos de cómputo dicen que se encuentran en pésimo estado, lo que hace imposible la edición profesional de audio y de video. “Las cabinas están en condiciones tan deplorables que es casi imposible realizar trabajos de calidad”, indican.
“Mucho de lo que alguna vez fue funcional, ahora está descompuesto o roto. Trabajamos con remiendos, en condiciones insalubres y peligrosas. Incluso la cafetería, un lugar de descanso y alimentación, se ha convertido en un espacio invadido por cucarachas, con un único microondas en condiciones de uso, el cual también está en mal estado”.
En cuanto al ambiente laboral, advierten que “ha llegado a tal grado de descomposición que existen diversas demandas en contra de los titulares de la institución, incluyendo un proceso penal en contra del director general, el Subdirector Administrativo y el Secretario del Sindicato de trabajadores de la industria de la radio y la televisión. Estos conflictos legales son una clara señal de la crisis en la que nos encontramos y de la urgente necesidad de un cambio profundo en la gestión de Radio Televisión de Veracruz”.
¿Serán llamados a cuentas los directivos de RTV por la nueva administración estatal que a partir del 1º de diciembre próximo encabezará la morenista Rocío Nahle?
Algunos lo dudan, pues recuerdan que hasta el director Cisneros Hernández fue denunciado por la oposición por haber instruido que la televisora estatal realizara la transmisión en vivo del inicio de la campaña de Nahle García en el puerto de Coatzacoalcos el 2 de enero de este año, en el cual se usaron una unidad móvil y drones. La queja propició que el Tribunal Electoral del Estado de Veracruz iniciara el proceso especial sancionador 36/2024, exonerando finalmente al gobernador Cuitláhuac García y al director de la televisora estatal, Víctor Hugo Cisneros.
En su comunicado, los trabajadores de RTV, sin hacer alusión directa a este caso, mencionan que “hubo eventos políticos que fueron cubiertos bajo la sombra de lo indebido, con la acostumbrada declaración de ‘yo no estaba enterado’, reflejando una falta de ética y compromiso con la verdad. Las quejas y reportes han sido constantes, pero la mayoría prefiere callar ante el peligro que representa enfrentarse a directivos violentos y ausentes. Mientras uno de ellos ha llegado a agredir a compañeros, el otro permanece apático, encerrado en su despacho, sin jamás abrir las puertas ni mostrar interés por los trabajadores que día a día mantienen viva esta institución. Sin embargo, los descuentos en nuestros ya de por sí reducidos salarios, por cualquier mínima falta, son aplicados con una precisión implacable, sin ofrecer ningún tipo de apoyo o consideración”, lamentan.