Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
YUNES: SIN RED PROTECTORA
Forjado en el sistema presidencialista que durante casi nueve décadas encabezaron el PRI y el PAN, y que el pasado 1 de julio fue arrasado por la ola del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares había logrado subsistir políticamente como priista ante grupos antagónicos del propio partido tricolor –en el que militó durante más de 30 años ocupando diversos cargos partidistas, de elección popular y administrativos que le permitieron enriquecerse inexplicablemente–, y luego, como militante de Acción Nacional, mediante acuerdos, pactos y chantajes con antiguos aliados y ex adversarios, pudo conseguir espacios de poder para él y para sus hijos antes y después de que en 2012 el Revolucionario Institucional recuperara la Presidencia de la República.
A principios de diciembre de 2016, dos meses después de que Yunes Linares se sobrepuso a la presunta amenaza de que si la PGR procedía contra el gobernador saliente Javier Duarte de Ochoa él también sería arrestado antes de que tomara posesión, el periodista Carlos Loret de Mola definió al panista como un político muy experimentado, “cuyo colmillo alcanza para trazar una autopista de Poza Rica a Coatzacoalcos”.
Pero, por ese año, aunque Yunes ya no tenía el apoyo de su compadre Jesús Murillo Karam, quien había renunciado a la Procuraduría General de la República a consecuencia del espinoso caso de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, el ex candidato del PAN contaba con el respaldo de otro poderoso hidalguense miembro del gabinete presidencial peñanietista: Miguel Ángel Osorio Chong, a la sazón secretario de Gobernación, quien junto con Roberto Campa Cifrián, ex subsecretario de Derechos Humanos en la SEGOB y actual secretario de Trabajo, formaron con el veracruzano parte de la llamada “burbuja” de la entonces secretaria general del PRI y dirigente nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo, la cual coordinaba en 2003 a la bancada de diputados federales priistas en San Lázaro.
Según versión publicada en octubre de 2016 por la periodista Jesusa Cervantes, en la revista Proceso, “en el partido MORENA están convencidos de que Osorio Chong operó desde Gobernación en favor de su amigo Yunes Linares, desprotegiendo al candidato priista”.
La reportera publicó también que “el propio aspirante del PRI, el senador Héctor Yunes, confesó mientras desayunaba en el restaurante de Los Cristales de San Lázaro el 1 de septiembre, ‘no sólo fue él (Javier Duarte)… hubo mucho fuego amigo’ para que perdiera”.
Pero, ahora, después de la reciente elección en la que MORENA ganó la gubernatura de Veracruz, la Presidencia de la República y la mayoría en la próxima Legislatura local y en ambas Cámaras del Congreso de la Unión, el panorama para Yunes Linares es totalmente desalentador, pues aparte de que sus amigos han quedado muy disminuidos en su fuerza política –Osorio Chong, por ejemplo, es líder de la mini bancada del PRI en el Senado, y Campa Cifrián quedará desempleado en diciembre entrante–, sus enemigos se han empoderado, entre ellos la maestra Gordillo, su ex protectora, quien acaba de salir de prisión y se apresta a tomar revancha contra quienes la traicionaron.
Yunes ha quedado también muy debilitado hasta en su propio partido, ya que ni siquiera podrá acomodar a su primogénito Miguel Ángel Yunes Márquez en la Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional del PAN como sus corifeos lo venían pregonando dizque en reconocimiento al millón 400 mil votos que el junior obtuvo en los comicios de julio pasado, casi 500 mil más de los que el ex dirigente panista y ex candidato presidencial Ricardo Anaya recibió en Veracruz.
El único lopezobradorista que podría abogar por él sería Manuel “El Güero” Velasco Coello –el ex presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), con quien casualmente se reunió en un popular café del puerto de Veracruz en la víspera de la elección–, pero ahora que el senador del PVEM solicitó licencia para retornar al Palacio de Gobierno de Chiapas, los dos alfiles de Yunes en la Cámara alta –Indira Rosales y Julen Rementería, ex titulares de la SEDESOL y de la SIOP en su administración– votaron dos veces en contra del mandatario chiapaneco, uno de los más allegados al próximo Presidente de la República.
GORDILLO EN XALAPA
Desde que hace poco más de un mes fue absuelta de los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada que le imputó la PGR y que la llevaron a prisión en febrero de 2013, la maestra Elba Esther Gordillo sólo ha tenido dos apariciones públicas: la primera, en la conferencia de prensa del lunes 20 de agosto, en la que festinó el derrumbe de la Reforma Educativa, y, la segunda, este miércoles en Xalapa, hasta donde acudió para hacer un trámite en la Delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
¿Dado su estado de salud, para qué viajar hasta la capital veracruzana para tramitar lo que bien pudo hacer en otra entidad más cercana a la Ciudad de México?
¿Quién fue el destinatario del mensaje de su sorpresiva visita, la que fue discreta pero sin que pasara inadvertida?
Obviamente su presencia desató todo tipo de especulaciones. Máxime que se hizo acompañar de Othón González, un empresario muy cercano también al ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, actualmente preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México por los mismos delitos que le imputaron a la ex lideresa del SNTE, contra el cual el mandatario estatal del PAN, Miguel Ángel Yunes Linares –ex gordillista–, y su fiscal Jorge Winckler, han reactivado una campaña mediática sobre su presunto enriquecimiento ilícito en complicidad con su esposa Karime Macías.
Y es que coincidentemente los ataques contra Duarte y su cónyuge arreciaron luego de que la PGR decidió cambiar la acusación de delincuencia organizada por la de asociación delictuosa, lo que le permitiría al ex gobernante veracruzano seguir el proceso penal en libertad.
PAN-VERACRUZ, ¿AMORDAZADO?
Hasta la noche de este miércoles, más de cuatro horas después del lamentable suceso, el Comité Directivo Estatal del PAN no había hecho ningún pronunciamiento sobre la ejecución de su dirigente en Papantla, Héctor Guevara Guzmán, quien fue ejecutado junto con su hijo por sicarios que viajaban a bordo de una motocicleta.
Ni Pepe Mancha, que quiere reelegirse como presidente del CDE, y tampoco Joaquín Guzmán, titular de la Sedarpa que aspira a la dirigencia del partido blanquiazul.
El gobernador Miguel Ángel Yunes, quien también hizo mutis, ¿criminalizará al ex regidor panista de Papantla igual que como lo acaba de hacer con el par de maestras de educación indígena recién asesinadas en el municipio de Zacualpan, en la sierra norte de Veracruz?