Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
Quién sabe si sea mera casualidad, pero resulta mucha coincidencia que después de la filtración de los archivos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en Veracruz haya empezado por fin una “limpia” en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado a casi cuatro años de que iniciara la presente administración.
La noche del miércoles, por ejemplo, después de que se conociera que la Guardia Nacional había detenido in fraganti a tres policías veracruzanos en el municipio de Esperanza, Puebla, por saquear mercancía a un tráiler con reporte de robo, en Xalapa se informó de la sorpresiva detención de Alan “N”, (a) El Comandante Relámpago, ex director general de Operaciones de la SSP y quien hasta entonces se desempeñaba como subdirector Operativo de la Academia Regional de Seguridad Pública del Sureste, el cual ha sido implicado en la desaparición forzada del ex director de la Policía Vial, Juan Alan Cuetero Meza, (a) “El Archie”, cuyo paradero se desconoce desde el 29 de mayo pasado. Y ayer, sobre este mismo caso, fueron aprehendidos en las instalaciones del C-5i en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, Ricardo de Jesús “N”, con clave Galeno, y dos subalternos más.
Ayer, en redes sociales, la periodista Claudia Guerrero hizo alusión a una denuncia por la fraudulenta venta de plazas en la SSP en la que fueron implicados el recién detenido Alan Ciprián Canseco; el “Comandante Tigre”, Heriberto Santamaría Vázquez, quien lo sucedió en la Dirección de Operaciones, y Héctor Pérez Mirós, policía adscrito en Ciudad Mendoza, todos supuestamente protegidos del secretario Gutiérrez Maldonado.
La columnista refirió que la denuncia presentada a mediados de este año por los defraudados Juan “N” y María “N” en contra del policía estatal Pérez Mirós quedó asentada en la Carpeta Administrativa de Investigación número SSP/AI/Q252/03/2022 iniciada por la Dirección de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública a cargo de Julio César Velázquez Jiménez. El monto de este fraude habría ascendido a 148 mil pesos. Tras el escándalo mediático, Alán Ciprián solamente fue reubicado en la Academia Estatal de Policía del Sureste.
Otro caso inexplicable es el de Héctor Manuel Riveros Hernández, (a) “El Pastas”, quien pese a sus oscuros antecedentes fue nombrado en diciembre de 2018 comisionado del Instituto de la Policía Auxiliar y Protección Patrimonial para el Estado de Veracruz (IPAX), un Organismo Público Descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio, que hasta hace más de tres años contaba con cerca de siete mil integrantes entre personal operativo y administrativo.
Como se recordará, Riveros Hernández fue detenido por la Marina Armada de México cuando se desempeñaba como inspector de la Policía Municipal de Coatepec, luego de que en abril de 2013 fueron detenidos in fraganti 10 de sus elementos por delitos contra la salud, los cuales confesaron que pertenecían a una célula de la delincuencia organizada.
Riveros fue puesto a disposición de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) por sus presuntos vínculos con el grupo de Los Zetas y estuvo internado tres años en el Centro Federal de Readaptación Social número 5 (Cefereso 5), de Villa Aldama, en la zona de Perote.
Pero, hasta ahora, el hombre sigue muy campante. Pues, ¿a qué santo se habrá encomendado?
GOLPE AL RECTOR DE LA UV; HABRÍA
RENUNCIADO SECRETARIA ACADÉMICA
No se ha confirmado oficialmente todavía, pero según informes de fuentes universitarias confiables, el pasado miércoles 12 de octubre habría presentado su renuncia la doctora Elena Rustrián Portilla como Secretaria Académica de la Universidad Veracruzana (UV), lo que representaría un gran golpe político para el rector Martín Aguilar Sánchez, al cual le han llovido severas críticas por su mal manejo de la crisis que ha comenzado a generarle el movimiento estudiantil en protesta por los casos impunes de acoso sexual, cuyas marchas y manifestaciones iniciaron alumnas y alumnos de la Unidad de Humanidades y a las que ahora se han sumado compañeras y compañeros de otras escuelas y facultades.
De acuerdo con esta versión extraoficial, la doctora Rustrián, quien también fue secretaria de la H. Junta de Gobierno de la UV, dimitió por congruencia, por ética y por integridad académica, ante la mala gestión como la administración del historiador Aguilar Sánchez ha enfrentado éste y otros problemas.
Según nos dicen, el movimiento estudiantil fue la gota que derramó el vaso, pues previamente hubo alertas oportunas desde el área académica. Sin embargo, al no manejarse de manera correcta, el conflicto se agudizó.