Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
En los últimos días, entre algunos grupos morenistas de Veracruz, han circulado versiones acerca de un supuesto distanciamiento entre el gobernador Cuitláhuac García y su secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos.
Inclusive este domingo 25 parecía confirmarse tal especulación porque anteayer fue el cumpleaños del titular de la Segob, quien lo celebró con un pastel que seguramente sus colaboradores le mandaron a hacer con la figura del famoso catamarán que recorre desde Tlacotalpan la Cuenca del Papaloapan. El mandatario, quien no estuvo presente, reclamó sutilmente a través de su Facebook no haber sido invitado, publicando en la red social las iniciales “GPI”, que según los eruditos es una abreviación usada en mensajes de texto que significa “Gracias Por Invitar”.
Ante los comentarios que desató la irónica y cifrada publicación de García Jiménez, algunos internautas allegados a Cisneros recomendaron no “atar navajas” entre el gobernador y el número dos de su gabinete, pues aclararon que si el jefe del Ejecutivo estatal no lo acompañó se debía a que el domingo pasado acudió a la toma de posesión de la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, de la alianza Morena, PT, PVEM y FXM, a la que asistieron también otros gobernadores morenistas, miembros del gabinete presidencial y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
La buena relación entre ambos no parece haberse lastimado, pues ayer lunes, después de la conferencia de prensa, el jefe del Ejecutivo festejó con otro pastel a su secretario de Gobierno, quien además publicó en su cuenta de Twitter que “sesionamos convocados por el gobernador @CuitláhuacGJ en la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz en Fuerza Civil, donde evaluamos la agenda estratégica de seguridad y damos seguimiento a los reportes de protección civil de norte a sur”, concluyendo con el hashtag “#VeracruzMeLLenaDeOrgullo”. También difundió fotografías en las que se ven comentando y acordando personalmente algunos puntos.
El lunes 12 de septiembre, tras la balacera en la ciudad de Orizaba, Cisneros había acompañado igualmente al gobernador a fijar su posición ante los medios de comunicación, y dos días antes, el sábado 10, se le vio al lado de Cuitláhuac en la reunión que el mandatario veracruzano sostuvo en la ciudad de Perote con el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, en la firma de un convenio de coordinación de acciones para reforzar en los municipios limítrofes el combate al huachicol, narcomenudeo y asaltos en carreteras.
Según amigos de don Eric –que los tiene–, los rumores esparcidos últimamente acerca de un supuesto distanciamiento con el Ejecutivo estatal se deberían más bien a una campaña para descartar al cuenqueño en la puja por la candidatura al Senado de la República, ya que la postulación a la gubernatura estaría entre la secretaria de Energía, Rocío Nahle –que llevaría ventaja por razón de género–; el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, por sus alianzas con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado; y el alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued, por su posicionamiento en las encuestas.
Y es que la disputa por la senaduría entre los más cercanos al gobernador y también entre los no tan allegados –como Manuel Huerta Ladrón de Guevara, delegado federal de Programas para el Desarrollo en el Estado de Veracruz– se ha intensificado ya que este cargo de elección popular de seis años sería el mejor trampolín político para saltar a la gubernatura en la sucesión estatal de 2030.
Huerta, por cierto, ya tenía en la bolsa la candidatura de Morena al Senado en 2018, pero de última hora le propusieron al entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador al empresario xalapeño Ricardo Ahued, quien finalmente fue postulado como compañero de fórmula de Rocío Nahle a la Cámara alta del Congreso de la Unión.
Así es la política. Con razón, ahora el ex dirigente estatal de Morena y actual delegado de la Secretaría de Bienestar ha venido reiterando que nadie, nadie, nadie tiene segura la nominación a la gubernatura. Él lo sufrió en carne propia hace cuatro años.