Carlos Ramírez/Indicador político
El proceso electoral 2024 en México tiene una real disputa de Morena y el Partido Acción Nacional, como cabezas de sus respectivas alianzas.
Se trata de las dos reales fuerzas políticas en competencia, mientras que la tercera vía del partido de Movimiento Ciudadano del paisano Dante Delgado, sigue haciendo política electoral de “parvulitos”, quién sabe el porqué de una estrategia fallida y modorra, por no decirlo en alvaradeño.
Acá en estos lares en la Meca de la política del país, Veracruz como la entidad más politizada sigue con el piloto automático en el gobierno estatal, por todas las circunstancias del respaldo del presidente AMLO al gobernador.
Con todo y las críticas que se puedan dar en contra del gobernador veracruzano, dirigido desde los frentes de MC y hasta del PRD, la realidad es que estos partidos desinflados y sin la calidad moral de sus dirigentes es por eso que sólo se concretan a ofrecer una guerra mediática y no de auténticos resultados para los ciudadanos.
Acá el partido de Movimiento Ciudadano, postula a gobernador a un candidato fallido como Polo Deschamps, que sin necesidad de hacer precampaña se sacó la rifa del tigre para nadar de a muertito, a pesar de sus malos antecedentes.
También, Dante Delgado, cayó en el máximo error que tanto criticó de postular a la senaduría plurinominal de MC a su vástago en una decisión por demás irreverente que le ubica en la realidad de la política mexicana de más de lo mismo y demostrar que el movimiento naranja está podrido.
Y de aquél seudo guerrillero arrepentido Jesús Zambrano del PRD, con su política nintendo, ni entiendo o mintiendo, lleva más de 30 años sin trabajar y como muchos toda una vida en la opulencia que da el “pinche poder”, diría el clásico.
Del Partido Movimiento Ciudadano en su aberración de poner a candidatos fallidos en las candidaturas al gobierno estatal de Veracruz y a la presidencia del país, refleja la incapacidad de seguir en una verdadera lucha ganadora, cuando así se pensó, ahora siendo sparring de Morena y sus aliados, o un partido del montón en modo “patiño”.
El historial de Dante Delgado, se conoce en un centenar de acciones, unas escritas en sangre, otras en la ambición desmedida de riqueza y otras en la palabra que más usa para ofender “perversidad”, pero que la domina muy bien y a la perfección por ser su esencia.
Y por eso, es feliz abandonado, de casi todo sus amigos, que le han acompañado en el camino de la política por muchos años y los ha dejado tirados a su suerte, porque además de ingrato, Dante es de memoria corta. Andale. Así las cosas.