José Luis Camacho Acevedo/Se va Ciro; atacan El Debate en Culiacán
La lucha para sobrevivir
Al calor de las luces y el apapacho, la gran mayoría de los políticos olvidan su origen desde la pobreza y ya encumbrados no quieren recordar los malos tiempos, pero lo más peligroso es que la mayor parte de estos, ya no quieren saber ni sentir lo que antes sufrieron, y con mayor gravedad no se inmutan ante los millones que no les alcanza para vivir con un salario mínimo, y ni se diga de una población estoica de la economía informal, que lucha para sobrevivir en el día a día.
Entre muchos de los políticos de todo este país, no hay uno al que se le conozca una obra personal altruista que cuando menos le dé un dulce a un niño de la calle.
La foto de José Antonio Meade, caminando en la acera y en donde esta una persona menesterosa, no se dignó a voltear aunque sea a ver al ser humano en desgracia, y es simple no ven para no sentir pena ajena.
La gran coraza de los políticos, hombres y mujeres encumbrados en el poder en los tres niveles de gobierno y en los famosos cargos legislativos, que son una verdadera mina de oro en el manejo de las comisiones y los cabildeos de las leyes a aprobar, son parte de lo significa una gran lucha de poder.
Pero, en el cinismo más grande en proporción a lo inaudito, tiene que ver con la expresión de la dolorosa medida de subir el precio de los combustibles para no generar inflación o problemas mayores a la economía, lo que significa que entre los más de 50 millones de mexicanos pobres y en extrema pobreza (miseria) hay que apretarse más el cinturón y acomodarse a la situación en donde por supuesto se incluye pagar más.
En los hogares de la clásica familia mexicana, entre todos se unen para ayudar a los padres a pagar el recibo de la luz que para los políticos no significa nada, o el gas para cocinar sin derecho a usar el calentador de agua para la temporada invernal.
Los pobres de este país, son los que reprueban a los políticos de todos los colores porque están ausentes y le dan la espalda a la problemática que viven todos los días y en donde los niños y jóvenes estudian por el esfuerzo sobre humano de los padres.
En el sistema caduco depredador de federación, estados y municipios, la idea fundamental es de obtener ingresos en la forma en que se pueda, lo que se convierte para el ciudadano de a pie en una lucha diaria para no gastar y hasta caminar cuando no hay dinero para el transporte público, o aunque sea una torta.
El esquema de pobreza y de injusticia social no ha cambiado en décadas y ahora se agrava más cuando nadie quiere voltear de los políticos a cuando menos intentar alguna acción de ayuda generalizada que no tenga que ver con la clásica dadiva del cohecho de los tiempos electorales.
Entre promesas incumplidas, promesas nuevas de esperanza a soluciones serias y de una supuesta sinceridad al cinismo de decir, no se pudo evitar una medida dolorosa, aun así quieren seguir en el reparto del pastel entre sus grupos de allegados políticos.
Aquí a nadie hay que convencer, el voto ya está convencido y nada más falta comprobar como siempre que es tan malo el pinto como el colorado. Dicho genéricamente a lo mexicano y sin alusión a nadie. Al tiempo.
Por cierto, en el caso de la señora karime Macías, que envía una carta desde Reino Unido, en donde dice que es perseguida política y que pide que le devuelvan sus “cachivaches” encontrados en una bodega en Córdoba, aquí existen en lo legal complicaciones simples, debe presentar facturas que avalen su propiedad de lo que solicita, además demostrar que sigue casada con Javier Duarte, por el asunto de que exista una sociedad conyugal o no y también, los “bienes asegurados” son parte de un proceso penal y por lo mismo, no se pueden entregar a nadie mientras exista la presunción de algún delito y al final pasen a la beneficencia pública a remate
La famosa carta no se debió hacer, porque se acepta una supuesta propiedad y esto la pone en mayor riesgo de a una situación mayor, que por cierto es parte de una de condena generaliza por el monto de los recursos públicos desviados. A esperar a que se calme el huracán que provocaron con el asunto de la abundancia. Así las cosas.