Bryan LeBarón/A 5 años, no dejemos solo a nadie
Los últimos acontecimientos en los vaivenes políticos, económicos y sociales del país, son importantes, más cuando se dice que el horno no está para bollos.
Pero, lo importante es analizar la realidad y en contra de lo que se está luchando en una nueva era Post-Covid-19, lo que significa que se está aprendiendo a vivir en una nueva realidad en México y en todo el mundo.
Aquella expresión, que Felipe González, puso de moda: “El Mundo no es lo que era”, queda ad hoc, y por lo mismo pocos políticos, líderes mundiales y los dueños del dinero, tanto de organismos internacionales como los poderosos magnates, no entienden que, ante el colapso, la única salida a la sobrevivencia es el humanismo y la solidaridad entre unos y otros.
Millones de personas en el mundo han perdido sus trabajos, muchos millones más viven en la pobreza extrema y no tienen para comer y satisfacer lo mínimo indispensable, porque “la pandemia los alcanzó”.
En todos los países existe necesidad de lo elemental, madres y padres de familia viven angustiados, mientras los políticos y poderosos no se inmutan ante las exigencias del momento.
Lo que se percibe, es que gobernantes y líderes mundiales, se dedican a conservar fortunas guardadas, mientras la gente sufre de hambre y necesidad, también es cierto cuando se presentan los contagios de Covid-19 en algún miembro de la familia, todos se unen a sufragar gastos, pero al final la crisis económica se generaliza aún más.
Los políticos y gobernantes, junto a los empresarios, poco se les ha visto ofrecer un mensaje de solidaridad humana.
La realidad, es que son pocos los que conservan un trabajo y simplemente se entra a un mundo de alta competencia laboral.
Los devastadores efectos de la pandemia, más el sentido depredador de los políticos, se han unido en un letal binomio que deja resultados de una catástrofe mundial, inimaginable y en donde pocos han sido los que han entrado al debate de la defensa de los pobres del planeta y exigirles cuentas a políticos y gobernantes.
Aquí, el caso más relevante de un personaje que elevó la voz desde el inicio de la pandemia para exigirle responsabilidad a los del poder político y económico, ha sido el consultor Antonio Sola, que con un mensaje claro y directo pone el dedo en la llaga y los efectos cuando menos se hacen sentir como una voz en el desierto, que comenzó a tener éxito, porque sus planteamientos crean un precedente de amplio reconocimiento internacional como el Papa Francisco, parlamentos, algunos gobiernos, pero sobre todo entre sus colegas del marketing y la comunicación política.
El mundo cambió, la democracia debe cambiar, los políticos y gobernantes también, dice Antonio Sola, ante una nueva era de la democracia digital en donde la pandemia llegó para quedarse, pero sólo en la unidad generalizada se podrá superar, con muchas posibilidades de beneficio en favor de niños, mujeres y personas de la tercera edad para que la vida siga, sin problema.
Por cierto, el nuevo libro de Antonio Sola, Sociedad en Jaque, Sentido Común al Rescate, con mucho éxito entre los ávidos lectores y expertos de la comunicación.
En otro asunto, llamaron mucho la atención, por el desacierto de las desafortunadas apreciaciones, que, en materia “política”, dio el doctor Hugo “Ego” López Gatell, al considerar como un intento golpista –en contra de nadie— a las protestas de “quince o veinte padres de familia” que demandan urgente atención para el desabasto de medicamentos para los niños con cáncer en las instituciones hospitalarias públicas. Los expertos le cantan las golondrinas al galeno, que ya lleva muchas y contando. Así las cosas.