Raúl López Gómez/Cosmovisión
El veredicto, dictamen, o acuerdo de la votación en el seno del consejo general del INE, este lunes en la capital del país, sin duda representa el rumbo de una democracia de las más costosas en el mundo, en comparación con los altos índices de pobreza, miseria y alta marginación que existe en el territorio nacional.
Luego entonces, cual es el rumbo de una nación con un régimen nuevo, innovador y reformador que ha pretendido cambiar las viejas estructuras de los pasados noventa años y existen muchas resistencias.
En el silencio los ciudadanos se consultan entre unos y otros, se comienza a buscar respuestas para el consenso.
Muchos, quieren saber de la diferencia entre el pasado y el presente de ahora con quienes están aprendiendo a gobernar, y por supuesto que el costo ha sido muy elevado, pero también aleccionador.
Los ciudadanos ponen en la mesa del pro y los contras del antes y del ahora, entiéndase el después del 1 de julio de 2018, en donde el huésped de los Pinos, ahora vive en el palacio nacional, y se ha enfrentado a las peores crisis de medición de fuerzas, sí de las resistencias a los cambios, cuando el cambio lo signaron con el respaldo de los votos de más de treinta millones de mexicanos.
Por eso, los de ahora piden el piso parejo, y ante las grandes expectativas de un partido al que se agolparon las multitudes de todas partes, de los colores y de las ideologías, cuando a tiempo se dijo: “hay que ver que no se cuelen”. Pero al final muchos se colaron todos quieren “treparse” al arca de Noé, como si se tratara del final del mundo de aquellas especies en extinción y que se resisten a desaparecer.
Porque sufren, los que de por vida por tres generaciones han estado pegados a la ubre del poder y no se resisten a perder el nivel de vida que les dio y les dejó junto con sus familias la famosa revolución mexicana.
Por eso, es que, en los nuevos tiempos políticos, vistos desde el año 2000, en donde el cambio se quedó en un sueño y se desvaneció con los que no entendieron el mensaje de la gente.
Ese modelo se ratificó por la vía dudosa en favor de Felipe Calderón, y los resultados quedaron a la vista con las conductas peligrosas de los que se aliaron con los grupos de poder y simularon toda una guerra.
El pueblo buscó la salida a esos 12 años, y se llegó a pensar que en la opción del retorno del PRI con EPN y el montaje de la televisión y los diversos medios de comunicación, serían la solución, pero una vez más la decepción nacional de quienes encontraron la ofensa en el uso despiadado de los recursos públicos en la corrupción más grave de todos los tiempos.
Después con el famoso político tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, y su partido Morena, los ciudadanos ante el hartazgo optaron de forma decidida por un cambio y ahora, parece que muchos se sienten en el limbo y otros comienzan a sentir que por fin les llegó la justicia social anhelada y esperada por varias décadas.
Pero ¿cuál es la realidad de lo que los ciudadanos pretenden el próximo seis de junio con un proceso electoral intermedio, que pone de nervios a unos y otros, por la alta tensión del ambiente político y ante la peor pandemia en la historia de la humanidad?
Falta criterio, a todo este panorama, en la costosa democracia de este país de los que unos ganan y otros pierden, pero lo que se pide es que el árbitro electoral se abstenga de aplicar decisiones parciales y dudosas.
Por eso, una vez más el TRIFE, responde con un criterio al principio de justicia de hace más de dos mil años, de darle a cada quien lo que le pertenece.
La pregunta en el aire, y lo que se puede esperar en dos vertientes a una decisión salomónica, de que se aprueban las dos candidaturas de Morena agobiadas por el INE en Guerrero y Michoacán, o se concede una, o se niegan las dos de una vez por todas para demostrar poder de decisión, aunque se exasperen los ánimos en un clima electoral tenso.
En la realidad, Guerrero y Michoacán, son dos entidades muy complicadas, que no han podido entrar al tema de la gobernabilidad, y aquí lo mejor debe ser en ese imperativo categórico, que les devuelvan sus registros de candidatos a Félix Salgado Macedonio y a Raúl Morón, y dejar que el pueblo decida en las próximas elecciones con todo y los estigmas y problemas internos en el que se observan las denuncias a destiempo, y la preocupación porque estas entidades que se debaten en serios problemas de inseguridad ahora, que son la manzana de la discordia.
Algo muy raro con el INE, y que debe evitar ante todo los dados cargados de rencor de algunos consejeros, ante las sospechas despertadas en muchos ciudadanos por una supuesta parcialidad. Así las cosas.