Gabriel García-Márquez/Sentido común
México: país polarizado
Los que nunca antes protestaron, ahora se resisten ante el gobierno de Morena del presidente Andrés Manuel López Obrador, que lo respaldan más de treinta millones de votos de los mexicanos que le dieron la victoria de la elección histórica del 1 de julio de 2018.
Lo raro, es que, desde el inicio de este mandato presidencial, existen resistencias de las cúpulas empresariales y de los ricos de este país, que se oponen a los programas sociales, de bienestar y de obra pública del nuevo gobierno.
Ahora, con marchas pretenden debilitar al gobierno de la república, y en una realidad, el presidente AMLO, sigue aumentando en cifras históricas de aceptación a su gobierno, con calificaciones altas, sin precedente alguno.
Luego entonces, la pregunta es de ¿Por qué los ricos de este país se muestran negativos a los programas de apoyo a los pobres?
Las respuestas son muchas, desde los expertos serios de los fenómenos sociológicos, de quienes se resisten a que los programas sociales y de bienestar apoyen a jóvenes, personas de la tercera edad y a la gente del campo, que pretenden seguir lastimando con explotación y una discriminación despiadada.
Es una lucha de ricos contra pobres, pero ahora con una gran diferencia el presidente López Obrador, ha sostenido en su mandato. “primero los pobres” y quizás eso los tiene molestos.
Los del sector empresarial y de aquellos profesionistas que reniegan de su pasado de pobreza, son los que le andan vanamente tratando de mover la silla presidencial a AMLO, quien el mismo ha estimulado la lucha democrática, el debate e incluso hasta el sometimiento de un formato de revocación de mandato, al que ha propuesto y sostenido que se sujetará para qué en caso de tener una respuesta negativa, no tendrá empacho en dejar la presidencia.
Pero, el presidente López Obrador, es un político inteligente, muy hecho en la brega de la lucha social y con grandes maestros que desde muy joven lo iniciaron en la actividad política en su natal Tabasco.
Y se habla de personajes de mucho prestigio como don Enrique González Pedrero e Ignacio Ovalle, así como de los grandes maestros de la izquierda mexicana que lo fueron guiando desde su juventud, y se ha mantenido muy firme en sus convicciones ideológicas.
Pero esto, no significa, que el presidente pretenda implantar un nuevo sistema, al que algunos de los ricos de este país le hacen ruido y tratan de sacar raja como Gilberto Lozano, quien fundó el movimiento anti-AMLO, al que denominan FRENA, y desde Monterrey, cuna del sector empresarial han intentado posicionar con acciones radicales y ofensivas en contra del presidente del país, que se mantiene firme en no responder a los ataques, y mejor dar paso a las manifestaciones y al debate, sin problema.
Por eso, los ricos que andan llorando, y alborotando el gallinero –dicho en la metáfora coloquial—no han encontrado eco a un movimiento que no llega al mínimo porcentaje de los ciudadanos que votaron por AMLO para hacerlo presidente de este país, y acabar con los famosos noventa años del PRI y sus aliados, de los que muchos ya están en las cárceles, y al parecer va en aumento los delincuentes que serán llevados ante la ley por casos escabrosos de fraude, robo y sobornos en el sector público de los tres pasados mandatos que alcanza a políticos, empresarios y a funcionarios públicos.
Los que intentan hacer ruido a costilla del mandato del presidente López Obrador, tendrán que esperar al próximo año para las elecciones intermedias en donde ahora sí podrán mostrar el musculo, y no con los carros último modelo que hacen con caravanas que a nadie sorprenden y menos espantan a la gente, que estoica los ve y no los oye, porque representan a los estertores de un régimen moribundo, que llegó a su fin con el neoliberalismo explotador y perverso en plena agonía.
El presidente cerró las llaves del presupuesto a los Fobrapoas, y también se mantiene firme a que todos paguen impuestos por igual, y se les cancelaron privilegios y beneficios a los que antes se acostumbraron.
En igual forma, los mediáticos ya no encontraron respuesta a chantajes para sus millonarios convenios y se están acostumbrando a trabajar como debe ser. Las reacciones son lógicas están molestos por la ubre que se les fue. Así las cosas.