
José Ureña/Teléfono rojo
Los demonios se soltaron
De fin de semana se soltaron los demonios en el país, cuando la ex embajadora de EU en México, Roberta Jacobson, declaró a la prensa, de que el entonces presidente Felipe Calderón, sí estaba enterado de la simulación y de sus malas relaciones de su secretario de seguridad pública, Genaro García Luna, detenido por varios delitos en Nueva York, en una supuesta lucha en contra de la delincuencia.
Contundente, explicita y con las pruebas suficientes la ex embajadora, dio la información que compromete más al ex presidente, y por supuesto que Felipe Calderón, luego ni tardando envió la carta aclaratoria sobre los dichos y hechos que lo involucran y desmintiéndolo todo, como buen abogado.
Esta situación, se provocó también que el tema de Felipe Calderón, se convirtiera de nuevo en un caso muy sonado en medios de comunicación y redes sociales, en donde el debate llegó hasta a los afamados columnistas que jamás han abordado el tema y por lo mismo las conjeturas son muchas, entorno al compromiso mediático con el famoso mandato de los daños colaterales,
También, se vio muy comentado en todos los espacios de comunicación y de las redes sociales del tema de los respiradores de elevado precio adquiridos por el IMSS al hijo del director de la CFE, y por lo mismo se dieron los clásicos debates entre unos y otros,
Pero lo real, es que en plena etapa tres de la pandemia, el presidente Andrés Manuel López Obrador, retomó el vuelo y recuperó su calificación de aprobación de nueva cuenta al máximo y otra vez por las nubes, para pesar de los enemigos gratuitos, detractores y de propios y extraños. Así las cosas.