Ricardo Alemán/Itinerario político
Los tiempos de crisis en la era de AMLO
Los que no entienden o no saben dar puntual lectura interpretativa a los mensajes del presidente Andrés Manuel López Obrador, se equivocan y muchos que buscan “tentarle” el agua a los tamales –dicho en la metáfora coloquial– al político tabasqueño, en un momento de crisis y de alerta máxima para el país por la emergencia a causa de la pandemia del coronavirus simplemente “se equivocan”.
La sensatez y principios de ecuanimidad, respeto a la legalidad y de dialogo abierto con todos los sectores de la población, entiéndase ricos y pobres desde el inicio de su mandato del presidente, le dan el éxito alcanzado en los primeros meses de un gobierno, que apuesta a los más elevados principios de la política y la retórica, pero los duros avezados, algunos convertidos en dueños de medios de producción, medios de comunicación o líderes de opinión, al presidente le han negado el beneficio de la duda en una forma infantil y hasta caprichosa.
Pero algo más grave, está sucediendo, que no sólo le han regateado el ascenso al poder presidencial, sino que muchos se han negado a las alianzas que buscan sacar al país de la peor crisis de corrupción, impunidad y de abusos de poder, que dejaron los pasados gobiernos.
Ahora, en el momento de la crisis por el coronavirus, se han dado en operar desde distintos medios de comunicación las posturas negativas de algunos gobiernos estatales, incluso aliados como el de Baja California, que en aras de llevar agua a sus secos molinas están unidos al grupo de quienes desde las zonas oscuras han tratado vanamente de ponerle todo tipo de obstáculos al presidente AMLO, y no le han podido hacer daño ante la fortaleza de su trabajo político de resultados, cada vez más expuesto a los fuerzas políticas internas de detractores gratuitos y enemigos políticos.
Los “duros” no entienden con la ley en la mano de que es momento de unidad y de tender puentes para que todos los sectores de la población estén unidos en el país, para evitar los menos daños en victimas a causa de la pandemia.
En lo que han convertido muchos en una guerra de estrategias en contra del presidente AMLO y de su equipo de colaboradores, sobre todo en materia de salud, que con un experto epidemiólogo como lo es el subsecretario de salud, Hugo López Gatell, ahora lo han convertido en víctima de los misiles con pólvora mojada desde diversos escenarios y que no han podido afectar al efectivo trabajo del funcionario al frente de las acciones del gobierno federal y que lo han pretendido quitar del camino, sin resultado alguno.
Los mensajes de ida y vuelta, desde las zonas hospitalarias de todo el país, convertidas en zonas de conflicto, defendidas con rigor ético y profesional por parte del personal de los institucionales y positivos, que otorgan reconocimiento a las acciones del gobierno federal, otros con sesgo político e ideológico han pretendido sacar de contexto la información para crear conflictos y la desinformación, que simplemente la gente no atiende y no hace caso de “fake news”, porque reconocen al trabajo del presidente AMLO y le otorgan un alto grado de confianza y respeto.
La crisis de la pandemia, en momentos decisivos en donde las cifras demuestran un estricto control del contagio exponencial, y ya en plena fase tres, en los hospitales públicos y privados, la atención se da con eficiencia y resultados positivos,
Aun así, hay que entender que el país tiene en cada persona con un celular en la mano a los clásicos personajes que buscan hacer un protagonismo anacrónico en aras de su libertad de expresión, y hasta desinforman con posturas radicales de una crítica infundada, peligrosa y que, en otros tiempos, muchos hasta ya hubieran podido pisar la cárcel, pero ahora existe un clima de libertad que no se valora.
Muy criticado en redes sociales, ha sido el periodista de TV Azteca, Javier Alatorre, conductor del noticiero Hechos apostando a la desinformación.
Al conductor de dicho noticiero, le llovieron las críticas, por tratar de afectae al programa de salud del gobierno federal en plena etapa tres de la pandemia y al mostrarr en aras de los clásicos intereses económicos, severas críticas a las medidas de aislamiento, porque ilusamente quieren que se reduzca.
Los que se preocupan por las pérdidas económicas, y no por la gente que se puede contagiar del coronavirus, en una etapa de control y de efectivo cumplimiento de las disposiciones sanitarias y mantenerse sin salir de sus casas, andan mal.
Los intereses económicos ya debilitados con los poderosos de antes sumisos al poder político y hoy radicales al gobierno de la Cuarta Transformación de AMLO, bien mejor deben reflexionar porque el interés general está por encima de algunos astutos y voraces empresarios, que en aras de ganancias en la especulación y quieren hacer un “desgarriate” mayor de la situación, sin lograrlo, y simplemente quieren sacar raja, y no han podido, porque el presidente López Obrador, los tiene a raya y bien medidos.
Hace falta ya, qué de un momento a otro, el presidente AMLO, haga movimientos de sus fichas de ajedrez, sobre todo en la secretaría de gobernación en donde se requiere de un conciliador y negociador, que conozca el fondo de la olla, para que los “comelones”, no le quieran meter mano a los tamales, porque se los llevan, entiéndase le ganen el brinco.
Pero, algo importante se da entre la población, después del hartazgo a los años de sumisión, explotación y maltrato de los anteriores gobiernos, el presidente sabe y lo tiene muy presente, que la gente ya se deja engañar y sabe de su respaldo para bien del país. Así que esperar a que pase el cautiverio y no caer en la desinformación de busca confundir a la población, aunque saben que no les hacen caso, porque en la realidad se les conoce y mucho a los que se beneficiaron de estar pegados a la ubre, “pero eso se acabó”.
A seguir manteniendo la calma en los hogares y a mantener lo más grande que tiene el ser humano la confianza y la fe en Dios, o en un poder superior que regula todo en el planeta y lo malo que se da por la mano del hombre. Ya falta menos. Así las cosas.