
Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Ante pandemia: evitar debate estéril
En plena pandemia, en México existe un debate estéril, al que ya mucha gente no le hace caso, cuando hay razones más importantes de que preocuparse.
Pero, quienes se esmeran en atacar al presidente AMLO, no se dan cuenta que abonan a una inercia negativa que ya no hace daño, sino simplemente se convierte en los dimes y diretes de siempre que sólo abonan odio y rencor de quienes no aceptan su derrota.
La guerra de mensajes negativos, favorablemente se ha disminuido entre unos y otros, algo que no construye nada, y por el contrario se pierden en un abismo de revanchismos y conflictos que no conducen a nada, incluso se carece de propuestas o de soluciones a las muchas problemáticas nacionales, que se han ido resolviendo después de los noventa años del PRI y sus aliados.
La gente está concentrada en el día a día en la información oficial de la pandemia, por eso hay oídos sordos a los mensajes con sesgo ideológico de quienes obedecen a las consignas de los gobiernos de antes y que se fueron por el voto decidido ante el hartazgo de más de treinta millones de mexicanos, que ayudaron a un cambio.
Y que por supuesto, cambio al que se resisten los personajes del ayer, de la ultraderecha en el país, que como la novela de los ricos también lloran, y mucho a los privilegios y beneficios del pasado, a lo que estuvieron acostumbrados.
Las necesidades de la emergencia sanitaria es lo que preocupa a la gente de todos los estratos sociales, pero más preocupa a quienes viven en el día a día y ya no tienen para satisfacer alimento para poder sobrevivir.
Muchos otros, tienen que seguir trabajando como si nada estuviera pasando, incluso y sin protección siguen en la lucha diaria para lograr lo del sustento de las familias, a estos son los que hay que darles la mano con la ayuda, para que sigan adelante y desde la sociedad civil.
Hay que dejar de pensar, de que todo como antes se le dejaba al gobierno para que en el momento de las emergencias hicieran los grandes negocios, incluso se quedaran con las ayudas enviadas por gobiernos y fundaciones de otros países en las contingencias.
Esa esa forma, se atiende a la emergencia por una pandemia, que a todos tomó de sorpresa, y que desde los tres órdenes de gobierno, hacen lo de todo un esfuerzo coordinado para evitar mayores efectos negativos a la población en general en esta crisis insospechada,
Hay que aprender de los dirigentes de las iglesias de todo el mundo, se mantienen en silencio en la oración, es lo mejor que se puede hacer ante el mal que se espera pase rápido, en igual forma las familias en el seno del hogar permanecen cumpliendo con el aislamiento.
Esperando con fe en Dios que no existan victimas considerables en esta pandemia, la regla más importante es no salir de casa y en caso indispensable de salir, mantener en cumplimiento las reglas de la sana distancia y el gel antibacterial, además del estornudo de etiqueta.
Cuidar a las familias es la parte fundamental, prioridad con personas de la tercera edad y niños, y no caer en los rumores de quienes en las redes sociales meten ruido con sesgos ideológicos a fin de tratar provocar caos.
No hay que olvidar, que la población en México, tiene callo para actuar ante una emergencia, con tanta experiencia ahora en esta ocasión, no es diferente, la unidad, la disciplina y responsabilidad de todos es importante.
Hay que dejar que trabajen las áreas de responsabilidad en sus respectivas acciones y tratar de no distraerles para que no se salgan de la partitura, sí del guion, del programa y cuando menos se pueda escuchar al final de una sinfonía de todos, un aplauso del clásico grito de felicidad de los mexicanos, del sí se pudo.
En las tareas de orden médico, de enfermería y servicios en los hospitales, todos tienen a un familiar o dos o más atendiendo a los pacientes en general, por favor no les hagas daño, no los ataques y no los lastimes, que son los que realizan la gran labor humanitaria y de sacrificio personal con mucho espero, respétales a ese gran esfuerzo que no es por un salario, sino por un deber social digno, de estar en el campo de batalla en cumplimiento del deber.
Palabras de aliento y apoyo son lo que necesitan, ante el riesgo de contagio personal y de llevarlo a sus casas, pero su actuación estoica es única y la más importante en esta pandemia.
Los hospitales privados se sumarán a las tareas de apoyar con sus áreas, también hay que reconocerle ese gran esfuerzo a todo su personal.
En la emergencia no hay divisionismo de hospitales públicos o privados, el objetivo es el mismo salvar vidas. Éxito.
Y recordando aquella frase lapidaria de los Beatles en un concierto ante la realeza en Londres, “los que puedan aplaudan y los que no sacudan sus joyas”. Para la reflexión. Así las cosas.