
Raúl López Gómez/Cosmovisión
Ahora intolerancia a maestros
El éxito alcanzado en México por el Día Internacional de la Mujer, ante las demandas justas de que se dé fin a los feminicidios, la violencia de género y el acoso sexual en el caminar en general de las mujeres, en algunos lugares se desvirtuó el logro.
Pero, sobre todo, en las escuelas de todos los niveles, en donde en los famosos “tendederos” se ventaneó a los maestros, en donde muchos maestros reaccionaron con razón ante la injusticia y dureza de algunas alumnas, que aprovechando del momento se desquitaron en contra de los maestros que cumplen en todo y que a veces por exigir desempeño escolar los pusieron en la picota.
Ahora dar clases en el nivel escolar que sea, significa andar con pies de plomo por parte de los maestros y maestras, porque ahora salieron a relucir que a las chicas no se les puede decir nada, incluso el lenguaje común y coloquial de los mexicanos, y más en estos lares, tendrá que desprenderse de los clásicos: mamacita, chiquita, bonita, chaparrita y todo lo que signifique las expresiones cariño que con respeto se expresan a las féminas, y el ejemplo en las películas de la época de oro del cine mexicano, con Pedro Infante y Jorge Negrete, o German Valdés “Tín Tán”, entre muchos actores o los que le cantaron a la mujer como Agustín Lara.
Y se recuerda la frase clásica de Pedro Infante: “algame Dios”, que significado tenía o se le daba.
Por ejemplo, en esta zona costeña, desde que alguien llega a un lugar con alguna dependiente, “mi amor me puede usted informar sobre este producto”, esto ya no se puede hacer, porque algunas mujeres sienten que las palabras afectuosas evocadas con mucho respeto se convierten en una falta o en una agresión.
Como cambia el mundo, cuando la denuncia principal fueron los muchos casos de feminicidios, la violencia en contra de las mujeres, se optó por la salida fácil, al desquite en contra de los maestros que, enfrascados en sus tareas docentes, ahora pagan los platos rotos, sin excusar a los casos verdaderos de acoso de quienes con frases directas, ofensivas y evidentes estén ocasionando realmente una falta, una agresión a una alumna en un centro escolar. Y se les quiere dar trato de delincuentes.
Los casos de los tendederos de denuncias en la el Tecnológico de Veracruz y de la Facultad de Comunicación de la UV, muchos maestros tuvieron que salir a enfrentar algunas situaciones injustas de las alumnas que se excedieron en el desprestigio, la difamación y la calumnia desde el anonimato, por las expresiones que se convirtieron en el desquite hasta por una baja calificación, o “me miró feo”, o “su mirada intimida es penetrante”, cuando en situaciones reales, las chicas se visten de manera sugestiva y van al aula vestidas en comodidad con poca ropa. Y no se les puede decir absolutamente nada,
Las autoridades educativas, los legisladores y en general la población a partir de ahora deben de establecer los criterios de lenguaje y de costumbres, sobre todo en las escuelas el maestro que puede decir, que puede hacer y además ya debe de asistir a su trabajo a dar clases con los ojos vendados para que no vea a una chica que asiste a clases en shorts o con algunos escotes que son más que evidentes.
En la psicología de la mujer, que en la presente época se presenta, de que se quieren ver atractivas entiéndase bonitas, pero en la realidad a veces se puede llegar a que como diría el cantante Roberto Carlos, se ven como un símbolo sexual, y claro que se pueden despertar pasiones, y se entiende que el hombre, profesional, seguro y respetuoso de las mujeres, no puede hablar, no puede decir, y quizás puede pensar nada más: “te ves bonita”.
Otros casos, los maestros ya no pueden dar consejos, cuando en la universidad o niveles medio superior, se convierten como tutores en los verdaderos padres, que dan opiniones, que ofrecen apoyo y que son los “guías”, los conductores de un camino en la formación de los ciudadanos en ciernes, qué en la presente época, los jóvenes hombres y mujeres, viven en un mundo digital, virtual y hasta imaginario.
Ante el cambio de paradigma en la era del ciberespacio, todo cambió y muchos de los catedráticos que se quedaron en la era del papel, del periódico y la revista, de la radio y la televisión, les cuesta entender y adaptarse al mundo que los rebasó y por lo mismo la brecha entre las generaciones de antes y las actuales, es grande y peligrosa para los catedráticos, que deben ir al aula con el amparo en la bolsa, por si al caso.
En las épocas de hace algunas décadas o lustros, los maestros fueron lo máximo, los formadores, los segundos padres, los del consejo diario, los del acompañamiento en la tristeza, en los procesos cambiantes emocionales, en las crisis económicas y en los triunfos y en los fracasos, hasta el final siguen presentes y además pendientes del desempeño y el desarrollo de sus ex alumnos como auténticos amigos por siempre y colegas aliados.
Ahora hay que imaginar, al maestro mudo y ciego, que se convierte en la víctima de “preferencia” de los estudiantes, en donde ante la vanguardia de la era actual, también hacen falta valores humanos y morales desde la familia, para que los padres den acompañamiento a sus hijos que emigran del pueblo a la ciudad a estudiar una carrera y en ese proceso empiezan a conocer la libertad y sus consecuencias en un mundo de extremo peligro y riesgo, por lo que fue la verdadera protesta del domingo y el lunes.
Los enemigos están en la calle no en el aula. Y si están en la escuela hay que denunciarlos con bases reales ante las instancias legales. Por eso hay evitar difamarlos o ya no habrá maestros a partir de ahora, por lo mismo seguramente muchos opten por la jubilación o la renuncia al puesto. Como siempre el hilo se rompe por lo más delgado. Así las cosas.