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Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Histórica aprobación de AMLO
Después del hartazgo a los muchos años de explotación y maltrato sobre las mayorías de este país, mucha gente optó por la tercera vía, cuando ya la paciencia se había agotado ante el cinismo y canalladas de muchos políticos que se enriquecieron brutalmente en años, y por la vía electoral, que ha sido la mejor en las democracias como modelo de vida en la mayor parte de los países en el mundo, es como llegó el pasado 1 de julio al poder presidencial Andrés Manuel López Obrador y su Partido Morena, que está por cumplir el primer año al frente del Poder Ejecutivo Federal.
La opción de los electores que abarrotaron las urnas para dar un golpe de temor, que se sabía y conocía ya como una decisión de los ciudadanos en aras de un cambio necesario para erradicar pobreza, corrupción, impunidad, inseguridad y el abuso de poder.
A pesar de las resistencias de muchos de los que viven en la opulencia, sí en la riqueza que algunos hicieron al amparo del poder, otros por las malas prácticas profesionales o de miembros de una iniciativa privada sumisa al poder en turno, el presidente López Obrador, se ha enfrentado a la ferocidad de sus detractores gratuitos y de adversarios, más no enemigos que andan aún rumiando aquel histórico triunfo electoral del pueblo.
En los casi primeros 365 días de AMLO al frente de la presidencia del país, se han dado avances significativos con acciones certeras para restablecer el daño al tejido social, en donde poco a poco la gente da cuenta de los beneficios que les otorga el gobierno a quienes nunca esperaron que les llegara la justicia social, pero como un anhelo o sueño cumplido, ahora se les otorgan pensiones a los adultos mayores sin excepción, a personas discapacitadas, becas a jóvenes y muchas acciones para reactivar el trabajo en el campo mexicano.
Se trata de programas que son toda una realidad que son parte de resultados de una lucha social e ideológica del presidente AMLO, que está convencido de la necesidad de cambiarle el destino a millones de mexicanos que están predestinados a morir en la miseria o en la inanición, a causa del depredador modelo neoliberal, muy miserable y que cumple con los modelos de los dueños del dinero en el orbe, de sangrar al máximo a las grandes mayorías empobrecidas que son las que a base de esfuerzo y sacrificio sostienen a todo un país.
Sí, desde la agricultura, el comercio informal, la mano de obra barata y mal pagada, entre otros efectos, que en un primer año del mandato se han ido transformando las precarias condiciones de millones de mexicanos, para los que no había destino, porque estoicos se acostumbraron a vivir bajo la pesada bota del Estado, del que se liberaron mediante un ejercicio directo del voto con decisión y valor, de que el mal que habían padecido, no podía ser peor, después de vivir años en el infierno.
Ahora, ya casi a un año, el presidente Andrés Manuel López Obrador, sigue trabajando más de dieciséis horas diarias, comenzando jornadas laborales a las seis de la mañana en reuniones con el gabinete de seguridad, después sostener una conferencia de prensa mañana y de realizar una apretada agenda de trabajo ejecutiva, pero de puertas abiertas.
Los fines de semana con las giras de información y solución de problemas al interior del territorio nacional en los estados, en donde actúa con pleno respeto de los gobernadores y alcaldes de otros partidos políticos opositores y les extiende la mano en un ambiente de civilidad, concordia y respeto, lo que por lógica le molesta a los adversarios y detractores que quieren ver a un país polarizado y en conflicto,
AMLO, atiende la problemática nacional y deja a un lado los escaparates de los foros mundiales de los líderes más poderosos del orbe, para estar en el país y ver que se den las soluciones a las múltiples problemáticas que heredaron las anteriores administraciones federales,
Con el paso de los meses, desde los principales líderes mundiales, al presidente mexicano que tiene más del 68 por ciento de aprobación, cifra mayor a la de sus antecesores en igual periodo, le han externado amplios reconocimientos a sus acciones por llevar a su patria por caminos de superación y progreso,
Entre otros importantes logros en un primer año de sumandato, están la defensa y contención del robo de combustibles, la suspensión de las obras del aeropuerto de la ciudad de México, el anuncio y el inicio del nuevo aeropuerto en Santa Lucía, la nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco y la realización de más de 160 proyectos de obras de construcción de gran magnitud con inversión privada.
En las acciones se incluyen un moderado avance en materia de legalidad con las reformas en materia de educación, energía y gobernabilidad, para frenar toda la herencia maldita del gobierno de EPN y de los seis años de Fox y los del mandato de Calderón, constituidos en un pesado lastre que poco a poco se ha ido liberando a las estructuras políticas nacionales.
En materia de seguridad, con decisión se logró cerrar la frontera sur y ejercer un control del ingreso de migrantes al país con mucho orden, también se integró a la Guardia Nacional, además de que a las fuerzas armas y diversas corporaciones policiacas se están coordinado en un esquema de orden y legalidad.
Aun así, AMLO al avanzar venciendo resistencias, y el despiadado efecto de los males que dejaron los del viejo régimen que siguen con sus estertores finales, se ha enfrentado a los peores escenarios nacionales de inseguridad, migración y delincuencia, que es productos de la corrupción y de la impunidad de muchos años de los abusos de poder.
Pero los que tienen la riqueza acumulada en bancos extranjeros o en propiedades, quieren ponerle sal a la herida, sin darse cuenta que, a pesar de sus negativas posturas, disfrutan de lo mal habido y quieren más, pero a la vez le niegan el presente y el futuro a millones de mexicanos que ven por fin una luz al final del túnel, y los otros quieren regresar al pasado que se les fue y no lo aceptan por sus posturas inhumanas y egoístas de lastimar al prójimo.
AMLO no quiere perpetuarse en el poder, su fin es cambiar las viejas estructuras y dejar unas nuevas con apego a la filosofía Juarista. Así las cosas.