Raúl López Gómez/Cosmovisión

Se radicaliza violencia de protestas de mujeres

Injustificables la manifestación de mujeres en la ciudad de México del viernes por la tarde-noche con demostraciones de vandalismo, que ponen en peligro a la seguridad nacional.

Los eventos registrados sin precedente alguno, en ese tipo de situaciones que vienen a complicar aún más la delicada condición de la economía en tiempos difíciles de una autentica transición política, que busca superar añeja corrupción e impunidad, que afectó como un verdadero cáncer a las instituciones públicas y privadas de todo el país.

Lo que faltaba, cuando se lucha por sacar adelanto atraso de pobreza y de miseria que afectan a las grandes mayorías en todo el territorio nacional, en la ciudad de México, aparece una protesta con un sesgo de alto nivel de anarquía.

La protesta inusual de “mujeres embozadas” que con un alto nivel de violencia atacan a las fuentes de trabajo de la iniciativa privada y en un lujo de extrema violencia hasta quemaron la estación de policía “Florencia”, en la zona de mayor influencia en la zona metropolitana.

Las ofensivas respuestas a una lucha de defensa de los derechos de las mujeres y sobre todo de las supuestas violaciones de mujeres a manos de elementos de la policía, aun sin demostrarse o comprobarse, a pesar de las intensas investigaciones, pone en duda un movimiento sospechoso de protesta, que emplea vandalismo, violencia extrema y hasta ataques a los representantes de los medios de comunicación en forma deliberada.

A la protesta anunciada de una agrupación de mujeres, que clama justicia a hechos aun no confirmados, la policía capitalina en la ciudad de México, aplicó un modelo de contención muy serio y respetuoso de mujeres policías, de protección civil y de limpieza compuesto de féminas, para estar alertas ante lo que nunca se esperó y de forma insospechada las mujeres esbozadas, usaron derroche de fuerza con un alto nivel de violencia, nunca antes visto en este país por civiles, supuestamente, para hacer daño con pintas, quemas y destrucciones de todo a su paso y causar terror.

Lo reiterativo del caso, que en una semana se dieron dos movimientos de protesta, pone en aviso ya a las autoridades de la ciudad de México, que deben estar en alerta máxima ante la acción de grupos radicales en los movimientos de protesta de mujeres, que se debe de ya proceder a la aplicación de medidas extremas de una contención a tiempo con apego a derecho.

Las “protestas que violan la legalidad de la ciudad más poblada del planeta, y que como ha sucedido en otros países, las situaciones se complican, y luego hasta en una psicosis generalizada la violencia de expande poniendo en peligro a la seguridad de la toda la población de una gran ciudad en movimiento siempre.

Además, de que se afecta a toda la economía de una gran ciudad con una población de millones personas, y miles de visitantes diariamente de todo el país y del mundo, se da un mensaje de mala imagen por las situaciones catastróficas causadas en la vía pública.

Se trata, de que se actúe con apego a la ley y que se apliquen las medidas de previsión de “cero tolerancia” a este tipo de hechos de violencia en la ciudad de México, nunca antes vistos, que de forma extraña son reiterativos y ya demandan de acciones contundentes para su contención, pero además se den las consignaciones de quienes hombres o mujeres estén cometiendo delitos, y de evitar la permisividad a los hechos que alteran el orden público y ponen en riesgo a la paz social, y a terceros inocentes que son la mayoría.

Se hacen “protestas” con acciones violentas para llamar la atención de las autoridades, dicen que ese es el fin supuesto con muestras de total “anarquía”.

Los daños materiales incuantificables, los efectos de mala imagen a una ciudad que trasciende en un nuevo gobierno por ofertas de nivel turístico y de negocios al mundo, se van a la basura cuando un grupo de radicales dan un mensaje de violencia al orbe.

Como si se tratara de un movimiento preparado, sí perpetrado para causar un mal al gobierno en turno de la ciudad de México y que es del mismo partido Morena, que hoy en la presidencia de la república, hace esfuerzos de lucha en contra de corrupción e impunidad.

Es notorio, el radicalizando de las demostraciones de violencia y resistencia a una lucha ideológica directa en contra de la famosa Cuarta Transformación y del Partido Morena, que ofrece una lucha decidida por superar a los grandes males dejados por los gobiernos priistas que noventa años, no les alcanzaron para enriquecer a más de tres generaciones como los usufructuarios del poder político.

Todo esto es diferente a las dos marchas “Fifís” en una protesta injustificada de pedir la salida o renuncia del presidente, aún sin razón a la premura, pero se hacen sin violencia.

Está claro, que los partidos políticos y sus agrupaciones, se resisten a perder el poder, y siguen controlando algunos de los hilos conductores hacia el corporativismo sindical y de las organizaciones del campo, depredadoras Antorcha Campesina, que engaña y vive de los pobres, y su líder se transporta en vehículos de lujo Porsche y de otras marcas hasta blindados, con escoltas, que al estilo del otrora poderoso líder nacional petrolero la “Quina”, hasta amenaza al presidente AMLO, por la ausencia de los apoyos al campo, que se dan de forma directa a la gente.

Ese tipo de peligrosos seudo-dirigentes se deben someter al imperio de la ley, para evitar que causen más daño a la nación.

También, en la semana pasada fueron detenidos dos sujetos que transportan en la ciudad de México, tres millones de pesos en efectivo y atribuidos a un personaje del PRI. Y se debe investigar el destino final de ese recurso.

El caso del encarcelamiento de la ex perredista y priista Rosario Robles, atrapó a la opinión pública y se enturbió el ambiente político, hace falta llegar a los verdaderos peces gordos, y no recalar con una mujer prepotente y peligrosa, pero que no es tanto como para ponerla tras las rejas.

La gente, pide justicia y que se llegue en contra de José Antonio Meade, ex candidato presidencial, y de todos los responsables, hasta que se inicie un juicio político en contra de los causantes de la barbarie del pasado, que siguen en la operación.

La paz y la seguridad nacional, requieren de legalidad y de la correcta aplicación de la ley con respeto y tolerancia, pero sin complacencias ante los abusos de poder. y como diría un antiguo precepto huasteco de estos lares: tomar sin emborracharse, amar sin enamorarse y robar sin enriquecerse. Cuando menos. Así las cosas.